
Empar Pablo
No va a haber destrucción de empleo por el acuerdo de las pensiones ni por el aumento del 0,6% de las cotizaciones sociales. Ese leitmotiv, esa letanía propia de la legión de los augures del desastre, es música falsaria que suena a viejo y huele a naftalina, aunque tiene apariencia de ‘autotune’ porque se intenta modernizar con argumentos que parecen nuevos pero son lo mismo de siempre.

La reforma de las pensiones mejora de forma estratégica y estructural los ingresos de la Seguridad Social, pensando en las pensiones actuales y sobre todo en los y las pensionistas del futuro
La reforma de las pensiones mejora de forma estratégica y estructural los ingresos de la Seguridad Social, pensando en las pensiones actuales y sobre todo en los y las pensionistas del futuro. España se enfrenta a un reto demográfico mayúsculo y hará falta un mayor gasto en pensiones públicas cuando se produzcan las jubilaciones de las generaciones del ‘baby boom’. Y claro, esta situación se podía abordar como en 2013, con aspectos como la reducción drástica de la protección de pensiones a través de la no revalorización con el IPC, o bien con la mejora de ingresos de la Seguridad Social que garanticen poder pagarlas en el futuro. ¿Qué preferirán los medios, los grupos de presión y ‘think thanks’ patrocinados desde hace decenios por el gran capital, los fondos internacionales de inversión, la banca y aseguradoras, tan generosas todas en campañas publicitarias? Todos estos agentes, que tienen nombre y apellidos, esperan una ventana para tener una oportunidad de negocio con las pensiones en España como la que disfrutan en países como Chile o EE UU.
Pero no. Esta segunda parte del acuerdo de pensiones no va de nuevos impuestos, ni de ‘hachazos’. En cambio –seamos serias– sí va de una mejora más que manejable de las cotizaciones sociales para que en el plazo de algo más de veinte años se garanticen los recursos a la Seguridad Social para el pago de las pensiones. Se trata de un paquete de medidas que pretende instalar un sistema de ingresos estructurales a la Seguridad Social que garanticen la viabilidad y la suficiencia de las pensiones para los próximos 25 años porque es fundamental otorgar certezas a la población española.
Deberíamos sentir orgullo por ser capaces como país, entre todos y todas, de mantener un sistema de pensiones público como el que disfrutamos. Después de la reforma que se hilvanó de manera tripartita hace un año y medio, se permitió que hoy, los diez millones de pensionistas estén viendo revalorizadas sus pensiones en función de la evolución de la inflación media en el año 2022 y que haya desaparecido de nuestra legislación el factor de sostenibilidad que amenazaba las pensiones de las personas jóvenes con un recorte de más de un 20% en los próximos 25 años.
Ahora, el carácter histórico de la segunda parte de la reforma parte de que asienta un cambio de enfoque ante los retos que la jubilación de la generación del ‘baby boom’ sometía a nuestro país. ¿De qué tipo? Se van a jubilar muchas más personas, que previsiblemente vamos a cobrar jubilación durante más tiempo en función de cómo evolucione la esperanza de vida y además de mayores cuantías. Es decir, había que tomar una decisión estratégica como país y se ha hecho así para completar la secuencia de acuerdos más importante, en lo que se refiere a las pensiones, desde la crisis financiera de hace 15 años, que hemos acordado.
Hay medidas adicionales que otorgan más protección y que reducen algunas de las consecuencias indeseadas para las mujeres de las brechas salariales, que acaban concurriendo en brechas de pensiones. Esto se ha hecho a través de una mejora de las pensiones mínimas, que a partir de ahora tendrán un tope mínimo. Y se mejoran los complementos para hacer frente a la brecha de pensiones, con un incremento adicional a la subida de los precios del 10% en los dos próximos años y mejoramos también las lagunas de cotización de las personas que tienen dificultades o tienen años en los que no han podido cotizar.
Con todo, desde la calma y con sentido común seguiremos contrarrestando algunos de los mensajes que ya se están lanzando. La subida de las cotizaciones sociales a través del mecanismo de equidad intergeneracional hasta llevarlas al 1,2% es una subida absolutamente manejable para las empresas españolas. Llamarlo ‘impuesto al trabajo’ es un insulto cuando se piden al mismo tiempo subidas salariales por eficacia económica. Decir que mantener el MEI en 1,2% a partir del año 2029 hasta el año 2050 es un impuesto al empleo en España es una broma de mal gusto. Y una majadería es, a la postre, asegurar que el millón escaso de personas que cotizan por encima de las bases máximas serán ‘talento’ que se aleje de España. Nadie se va a ir del país por ser un 0,6% más solidario dentro de algún decenio.
Por último, me gustaría dejar escrito que aprobar las novedades en materia de pensiones con el aval de la Comisión Europea es muy relevante para este país porque esta institución, hace apenas diez años, estaba llamada a recortar pensiones. Se sigue constatando que hay un cambio de paradigma en cómo se enfocan las crisis económicas en Europa desde el año 2020 y que estamos contribuyendo a ello. Y eso es bueno para todas las personas trabajadoras. Seguimos construyendo un futuro con pensiones con más ingresos, más protección y más certezas.
Diplomada en Relaciones Laborales por la Universitat de València. Máster en Prevención de Riesgos Laborales (técnica superior en Ergonomía y Psicosociología) por la Universitat Politècnica de València. Máster en Género y Políticas de Igualdad por la Universidad Rey Juan Carlos I. Community Management por la Fundación UNED. Formadora Ocupacional por FOREM PV. Vinculada a CCOO desde 1996 de forma militante en la Secretaría de Juventud de CCOO PV. Se incorpora como miembro de la Comisión Ejecutiva Confederal de CCOO PV en el 8º Congreso como secretaria de Juventud del País Valencià. En el 9º Congreso asume la Secretaría de Comunicación y Política Lingüística en CCOO PV. En el 10º congreso se incorpora a la Dirección Confederal estatal de CCOO como secretaria de Movimientos y Redes Sociales. En el 11º Congreso es nombrada secretaria de Comunicación, cargo que mantiene actualmente en el 12º Congreso de CCOO.