Una -aparentemente intrascendente- entrevista de Alberto Garzón en ‘The Guardian’ ha provocado un cruce de declaraciones que ha vuelto a tensionar al máximo al Gobierno cuando, una vez resuelta la reforma laboral, parecía que las aguas volvían a su cauce. Está por ver que el bulo sobre sus declaraciones sobre la calidad de la carne española, repicado por PP y Vox, y la reacción de la parte socialista del Gobierno, que atiza al ministro, no termine impulsando el tirón de un ministro en horas bajas y lastrando las expectativas electorales del PSOE, que puede perder la bandera verde y quedarse en tierra de nadie en la campaña de Castilla y León. De momento, y a pesar de que su labor política no entusiasma en Unidas Podemos, Garzón sale reforzado de puertas para adentro, con un cierre de filas liderado por Yolanda Díaz y los líderes morados.
“Soy el ministro de Agricultura y Alimentación y es normal que si alguien habla de alimentación me llame”. Así se expresaba el ministro de Agricultura, Luis Planas, en los micrófonos de Onda Cero el pasado martes. Planas, siempre cauteloso y fuera del foco mediático, utilizó un calibre verbal contra el ministro de Consumo totalmente inédito hasta ahora en la coalición. Y, como el que calla otorga, ante la pregunta de si Alberto Garzón debe dimitir, Planas calló. Eso sí, reconoció que todo el ruido mediático parte de una manipulación de las declaraciones de su compañero de Gobierno. La semana pasada, ante la misma pregunta sobre la conveniencia de la dimisión, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, tampoco defendía al ministro y respondía que eso era una pregunta para el propio Garzón.
En UP consideran que, tras la reacción socialista, entran en la campaña castellano-leonesa “por la puerta grande”
La desautorización de Pedro Sánchez fue más cauta, en los micrófonos de la Ser. “Lamento esta polémica, y con esto lo estoy diciendo todo”, afirmaba el presidente, una polémica que “no se compadece con la realidad del sector”, ha añadido. Y Yolanda Díaz terciaba subrayando que “el ministro lo que ha hecho sencillamente es corroborar lo que el Gobierno está defendiendo en sus documentos”. “Pediría que cuidemos la coalición y seamos cuidadosos con nuestras palabras”, demandaba la vicepresidenta segunda.
Lo que Garzón expresa, en una entrevista a The Guardian -que pasó sin pena ni gloria durante casi un mes hasta que la rescató, manipulada, una web del sector-, son sus recelos, que también albergan varios presidentes autonómicos, acerca de la ganadería industrial y defiende la ganadería extensiva. Quizá se podría haber expresado de otra forma, pero lo que no dice en ningún caso es que “España exporta carne de mala calidad de animales maltratados”, como afirma la noticia difundida por una web del sector que ha dado pie a todo el revuelo.
En cualquier caso, este es el segundo enredo en torno a un Garzón que ha demostrado sobrada capacidad para meterse en charcos, empañando posiciones perfectamente razonables. Si hace unos meses la cuestión giró en torno a lo saludable de reducir el consumo de carne, esta vez lo hace en torno a las macrogranjas y su impacto medioambiental y en la salud. En esta ocasión, Sánchez ha bajado el tono, pero en aquella ocasión se descolgó con aquello de que “un chuletón al punto es imbatible”, mientras las derechas se rasgaban las vestiduras como si el Gobierno estuviera a punto de prohibir el consumo de carne.
Objetivo: sacar a UP del Gobierno

En las filas socialistas se quejan de la poca coordinación en materia de comunicación, de que nadie les avisó y de que Garzón, con sus palabras, abre un debate delicado que ahora no les interesa abrir. En Unidas Podemos, mientras, se clama contra el temblor de piernas que le ha entrado a Moncloa y al sector socialista del Gabinete cuando ha habido que plantar cara a las fake news de la derecha. Y más cuando el PSOE y Sánchez asumen plenamente lo manifestado por Garzón. Tal es así que esta misma semana corría en Twitter un vídeo del presidente, grabado en octubre del 19, en el que afirma que “apostamos por una ganadería sostenible, a menor escala, de gran valor ambiental y que genere empleo en el medio rural”. También se ha podido ver otro de Planas, en la misma línea.
En contra de las macrogranjas están las principales organizaciones del sector, como UPA o COAG. Esta última, por ejemplo, ha organizado movilizaciones y ha recogido firmas para frenar un proyecto que pretende acoger a 20.000 vacas en la localidad soriana de Noviercas. También lo están presidentes autonómicos como Emiliano García-Page, que no pierde ocasión de disparar contra el Gobierno, pero que, en diciembre, anunciaba una moratoria en Castilla-La Mancha para nuevas concesiones de estas macrogranjas. Y mientras el popular Alfonso Fernández Mañueco dice que la misma idea de macrogranjas no existe, que es “una cortina de humo”, el Ayuntamiento de Daimiel, liderado por un alcalde de su partido, ha vetado la macrogranja que pretendía instalarse en el municipio. Y hasta la UE terciaba esta semana por boca de su comisario de Agricultura, el polaco Janusz Wojciechowski, que aseguraba que existe «un problema» con las macrogranjas.
En este escenario, hay quien sospecha en el entorno del Gobierno que, aparte de los cálculos electorales que esté haciendo Moncloa sobre el impacto que pueda tener este debate en las inminentes elecciones de Castilla y León, este puede ser el primer capítulo de un proceso destinado a tensionar tanto el Gobierno que termine dando lugar a la salida de los morados. Un movimiento que tendría un solo objetivo: que Yolanda Díaz llegue a las elecciones generales sin la vitola de vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo.
El PSOE se arriesga a perder la bandera verde
Sánchez tendrá que “rebobinar”, auguran los morados, y más tras ‘resucitar’ el vídeo en el que defiende lo mismo que Garzón
“Pedro Sánchez y el PSOE no se lo pueden permitir y, en cualquier caso, nosotros no se lo vamos a poner fácil”, afirman desde el equipo de la vicepresidenta sobre las supuestas intenciones para que UP salga del Gobierno. Otra cosa es que a los sectores conservadores del partido, retornados al redil sanchista en el congreso federal de Valencia, contemplen esa posibilidad con agrado. Estas fuentes explican cómo los sondeos recogen un amplio sentir en la opinión pública: nadie quiere saber nada de elecciones. Y el que las provoque, por unas razones u otras, lo pagará en las urnas. “Han aprendido de la repetición electoral de 2019”, señalan. Es por esto, explican desde el equipo de la vicepresidenta, que Juanma Moreno no tiene ninguna prisa en convocar las elecciones en Andalucía. Y si Fernández Mañueco lo ha hecho, la decisión tiene mucho que ver con las acusaciones de financiación ilegal que le han lanzado antiguos miembros de su equipo, según ha publicado Público.
Estas fuentes subrayan que Sánchez y sus ministros no han sido capaces de medir las consecuencias de no cerrar el debate. Ahora “el viento ha cambiado” y Unidas Podemos entra en la campaña castellano-leonesa “por la puerta grande”, mejorando unas expectativas que hasta ahora eran escasas. Y como le paso a Ángel Gabilondo en las elecciones de Madrid, cuando Mónica García acaparó el debate sobre la Sanidad contra Isabel Díaz Ayuso, Luis Tudanca puede quedarse “en tierra de nadie”, sin la bandera medioabiental y sin posibilidad de restarle espacio a las derechas en este debate. Estas voces auguran que Sánchez tendrán que “rebobinar” y más después de que se haya difundido en redes el vídeo en el que defiende exactamente lo mismo que Garzón.
Cierre de filas sobre el ministro
En Podemos, la labor política de Garzón no entusiasma, pero la ausencia de apoyo por parte del sector socialista del Gobierno ha encendido los ánimos y, de puertas para adentro, todo esto no ha hecho sino reforzar a un ministro que estaba totalmente opacado. Una muestra del impulso que puede recobrar Garzón gracias a lo sucedido son los datos de audiencia de la entrevista que concedió esta semana en La Sexta. El programa en el que apareció, ‘El Intermedio’, alcanzó su programa más visto de la temporada. A medida que pasan los días y se debate sobre el asunto, la posición de Garzón va ganando adeptos en los debates televisivos y radiofónicos y las contradicciones de la parte socialista del Gobierno quedan más a la vista.
En Podemos, la labor política del ministro no entusiasma, pero, de puertas para adentro, todo esto no ha hecho sino reforzarlo
La polémica de las macrogranjas puede terminar impulsando a un Garzón que es el tercer ministro peor valorado en el CIS -con permiso de Manuel Castells, ya fuera del Ejecutivo-. Cuando Garzón asumió el mando de un ministerio muy poco ‘sexy’, desde Unidas Podemos advertían de que, a pesar de sus escasas competencias, podía convertirse en una cartera con impacto en la vida diaria de la gente. Sin embargo, después de casi dos años al frente de Consumo, el legado de Garzón es escaso. Le costó mucho regular la publicidad de las casas de apuestas, hasta el punto de que primero aprobó una normativa tan laxa que recibió fuertes críticas a la interna. Tuvo que recular y, en octubre de año pasado, aprobaba un Real Decreto que relegaba esa publicidad a la madrugada.
Con estas credenciales, el capital político de Garzón, que llegó a ser notable, languidecía. No hay que olvidar que, hasta la irrupción de Pablo Iglesias y Podemos, Garzón era la gran referencia de la izquierda alternativa tras la crisis de 2008 y el 15-M. Sobre ese prestigio, en las generales de diciembre de 2015, con él como candidato, IU logró un millón de votos en toda España. Un millón de votos que, con el famoso ‘pacto de los botellines’, Iglesias pretendió sumar a los cinco que había conseguido Podemos, para alcanzar un sorpasso que terminó en agua de borrajas.
Sin rival en IU
El ministro de Consumo quizá no acumule mucho capital político de puertas para afuera, pero en IU no tiene rival. Ha sido reelegido coordinador general con sobrada mayoría sobre su rival, José Antonio García Rubio, que estaba apoyado por el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, y el predecesor de Garzón en el cargo, Cayo Lara. Garzón obtuvo el 74% de los votos por el 20% de García Rubio, cuya candidatura contaba con un eje fundamental: recuperar la soberanía de IU y revertir la fusión electoral, que no orgánica -todavía-, con Podemos. La candidatura de Garzón incluía en los primeros puestos al secretario general del PCE y secretario de Estado de Agenda 2030, Enrique Santiago -responsable del área de modelo de Estado, Justicia e Interior-, a la eurodiputada Sira Rego -que ejerce como portavoz de la organización- o a la actual directora de gabinete de Irene Montero en el Ministerio de Igualdad, Amanda Meyer.
A su favor también está el hecho de que, bajo su gestión, IU ha conseguido reducir la deuda que acumulaba de 11 a 5 millones de euros. Y su objetivo es dejarla prácticamente a cero a lo largo de los cuatro años de mandato que acaba de estrenar. Entre otras cosas, vendiendo la sede de la calle Olimpo de Madrid, y mudándose, en principio, a Puente de Vallecas. Una gestión que ha salvado a la organización de estar al borde de la desaparición, pilotada por Ismael González, que repite como responsable de Organización y Finanzas.
En lo que no hay novedad es en la posibilidad de que Garzón sea el candidato en las próximas elecciones andaluzas. Iglesias le ofreció la posibilidad de ser el candidato de UP en la Comunidad de Madrid, cuando se conoció el adelanto electoral de mayo, un ofrecimiento que Garzón rechazó. Como también ha rechazado públicamente la posibilidad de liderar la lista de UP en Andalucía. “No me veo”, ha llegado a afirmar. Eso sí, Garzón es uno de los principales apoyos con los que cuenta Yolanda Díaz en la articulación del frente amplio. Y eso a pesar de que su relación no sea la mejor desde que la vicepresidenta abandonara IU en 2019, cuando Garzón defendió un acuerdo de legislatura con el PSOE, para evitar la repetición electoral, y Díaz se puso al lado de Iglesias para defender la entrada de UP en el Gobierno.
A Garzón le atacan por ser comunista. Lo de la carne es una excusa, para azuzar a la gente alineada que no piensa por si misma y que ataquen al ministro. Este buen hombre no dijo nada del otro mundo, solo expuso lo que cualquier ciudadano inteligente pude comprender; carne la mínima y de buena calidad. Porque la carne no es precisamente un alimento inocuo. Todo el mundo sabe que el ácido úrico y la gota no se padece por consumir frutas y verduras. Y otros muchos males hay derivados del abuso de carne. O de comer cadáveres, como dicen algunos, con buen criterio, porque eso es lo que hacemos cuando comemos carne. Y ya sabemos lo que le pasa ala carne cuando se queda atrapada entre las encías, no digo ya en el interior caliente del estómago. Que huele a muerto.
Siento ser tan expresivo, me lo puedo permitir porque no soy ministro. Y se qué las verdades duelen, si van contra tu negocio, pero es que mi salud es más valiosa que tus vacas y tus gorrinos; y más limpia, porque no contamina, como hace tú. ¡Pobre ministro!
Yo, la verdad es que, estoy a favor del señor Garzón, aunque no comparta su ideología política, pero le respeto, por ser coherente con sus ideas y con la verdad. Gracias ministro.
A Garzón le atacan por ser comunista. Lo de la carne es una excusa, para azuzar a la gente alineada que no piensa por si misma y que ataquen al ministro. Este buen hombre no dijo nada del otro mundo, solo expuso lo que cualquier ciudadano inteligente pude comprender; carne la mínima y de buena calidad. Porque la carne no es precisamente un alimento inocuo. Todo el mundo sabe que el ácido úrico y la gota no se padece por consumir frutas y verduras. Y otros muchos males hay derivados del abuso de carne. O de comer cadáveres, como dicen algunos, con buen criterio, porque eso es lo que hacemos cuando comemos carne. Y ya sabemos lo que le pasa ala carne cuando se queda atrapada entre las encías, no digo ya en el interior caliente del estómago. Que huele a muerto.
Siento ser tan expresivo, me lo puedo permitir porque no soy ministro. Y se qué las verdades duelen, si van contra tu negocio, pero es que mi salud es más valiosa que tus vacas y tus gorrinos; y más limpia, porque no contamina, como haces tú. ¡Pobre ministro!
Yo, la verdad es que, estoy a favor del señor Garzón, aunque no comparta su ideología política, pero le respeto, por ser coherente con sus ideas y con la verdad. Gracias ministro.
¡Que descaro! Borrarme un comentario por decir la pura verdad sobre la carne. Jajajaja. ¡Ay madre! En este mundo la verdad está proscrita.