Y ya van tres. La Fundación Princesa de Girona tendrá que volver a ‘exiliarse’, por tercer año consecutivo, para poder hacer entrega de sus premios.
A raíz de su discurso del 3-O, pronunciado dos días después del referéndum ilegal celebrado en Cataluña siendo Carles Puigdemont su presidente, el Ayuntamiento gironés declaraba en 2018 a Felipe VI persona ‘non grata’.
Alcaldesa de Junts per Catalunya, Marta Madrenas se las ha ingeniado desde entonces para no reconocer la ‘autoridad’ de la Fundación y sus presidentes de honor, el rey y su primogénita Leonor, alegando unas obras en el auditorio hasta entonces a disposición de los Premios Princesa de Girona que parecen ser interminables.
Primero y, sin salir de la provincia, recalaron en el centro de eventos Mas Marroch del Celler de Can Roca. Después aterrizaron en Barcelona donde, según han publicado esta semana varios medios, volverán a repetir en esta edición, que se celebrará a finales de junio o principios de julio. Parece que lo de la expatriación de la Familia Real española se está convirtiendo en toda una costumbre.