
Sin Maldad / José García Abad
Sorprende, si es que hay algo que todavía pueda sorprendernos, que a estas alturas de nuestra democracia no se haya intentado hasta ahora mismo promulgar una ley, verdaderamente democrática, sobre los secretos oficiales. Digo “democrática” porque todavía nos regimos por la de 1968, en pleno franquismo, modificada parcialmente, muy parcialmente, en 1978.
No se había puesto a ello ni Suárez, ni los socialistas Felipe González, o Rodríguez Zapatero, ni los de derechas: Aznar o Rajoy. Ha tenido que ser el gobierno coaligado de Pedro Sánchez, el que, por fin, se ha puesto al asunto para lo que ha elaborado un “Anteproyecto de Ley de Información Clasificada”.

Ciertamente, los gobiernos, sean de derechas, de izquierdas o híbridos, arrastran los pies a todo lo que signifique transparencia informativa. El anteproyecto aprobado por el Gobierno asegura avances en la transparencia pero desde que Bolaños anunció en agosto la buena nueva no han faltado las críticas
Sin embargo, desde que Bolaños anunció en agosto la buena nueva no han faltado las críticas, incluso desde Unidas Podemos, el aliado, unas críticas que se han incrementado últimamente por parte de: Hay Derecho, Más Democracia, Access Info y Transparencia internacional, que argumenta que el anteproyecto no garantiza un equilibrio entre la clasificación de información y el derecho a la libertad de información, la rendición de cuentas y la transparencia, tal y como su propósito expresa.
Según estas organizaciones, la Ley de Información Clasificada «no puede permitir, en aras de una supuesta seguridad nacional, potenciales violaciones de los derechos humanos y mucho menos los delitos de lesa humanidad».
Igualmente, consideran que «no puede ser valedora de la ‘Agenda Oculta del Estado’ ni de prácticas ajenas a nuestro ordenamiento constitucional. Su objeto es la protección de la seguridad y defensa nacional, pero siempre en el marco del sistema constitucional. Se puede admitir una reserva temporal, pero la transparencia debe brillar al final del periodo legalmente establecido y, en todo caso, la reserva debe ser la excepción y no la regla en la actuación del Estado».
En Amnistía Internacional España celebran que, con este anteproyecto, se deje atrás una ley franquista pero su director, Esteban Beltrán, considera fundamental que la ley incluya “mecanismos de control independientes sobre las decisiones gubernamentales” acerca de qué información se clasifica o se desclasifica y plantea la necesidad de que se asegure el control judicial de dichas decisiones.
Arrastrando los pies
Ciertamente, los gobiernos, sean de derechas, de izquierdas o híbridos, arrastran los pies a todo lo que signifique transparencia informativa. En España tenemos una peculiaridad insólita en esta materia al no estar establecido un periodo de tiempo para desclasificar documentos. Ahora que se abren en parte los archivos más oscuros, los del Vaticano y los de Rusia, a los que los historiadores se han lanzado como lobos hambrientos, en España todavía permanecen cerrados documentos del franquismo como la salida del Sáhara y de la democracia como lo que verdaderamente ocurrió el 23-F, la venta de armas a otros países, los viajes del presidente del Gobierno o los que oculta la impunidad del jefe del Estado fijada en la Constitución.
Hay, sin embargo, avances significativos: se establecerá un plazo límite para la desclasificación automática que oscilará entre los cuatro y los 50 años, según sea considerado el documento: alto secreto, secreto, confidencial o restringido, aunque los 50 años del alto secreto pueden ser prorrogados por 15 más; por otra parte la desclasificación ya no dependerá del ministerio de Defensa, sino del de Presidencia regido por Félix Bolaños.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.