¡Vaya Gente! / Mara del Prado
Se acerca la Navidad y el coronavirus acecha a la vuelta de las fiestas. En algunos hogares se ha adelantado a la temida tercera ola y la cuarentena no perdona a nadie. Ni siquiera a la realeza europea, que ya ha conocido las consecuencias del Covid: en mayo, el príncipe Joaquín de Bélgica dio positivo tras saltarse todos los protocolos sanitarios para asistir a una fiesta en Córdoba y tuvo que pedir disculpas al ser descubierto, y el príncipe Alberto de Mónaco aún arrastraba secuelas en junio cuando había enfermado en marzo. “No era todos los días, sino dos, tres veces por semana”, cuenta ahora en People, donde recuerda que, tras una sintomatología leve, comenzó a tener fatiga de manera intermitente hasta la llegada del verano.
Ahora es Christian de Dinamarca quien ha de guardar cuarentena dos meses después de celebrar su 15 cumpleaños. La Casa Real danesa ha hecho público el contagio del primogénito de los príncipes Federico y Mary en un comunicado, donde informa de su aislamiento en el Palacio de Federico VIII, en Amalienborg. El suyo y el de su familia directa.
Recuerda hola.com que, a finales de noviembre, se confirmaba el positivo en coronavirus del matrimonio formado por Carlos Felipe y Sofia de Suecia, a quien su 36 cumpleaños pillaba en plena baja. También se sabía hace poco que la princesa Michael de Kent, prima de la reina de Inglaterra, ha pasado una complicada etapa con síntomas como “fatiga extrema y fiebre regular”. En el inicio de la pandemia, además de Alberto de Mónaco, era Carlos de Habsburgo-Lorena quien se contagiaba.
En España no ha habido infecciones reales, pero doña Letizia se aisló tras coincidir en un acto con la ministra de Igualdad, Irene Montero, que a los pocos días daba positivo en Covid; la princesa Leonor hacía cuarentena en Palacio después de que un positivo obligara a su clase del colegio Santa María de los Rosales a hacer cuarentena; y Felipe VI acaba de hacer la preceptiva cuarentena de diez días porque había coincidido con su amigo, Álvaro Fuster, un día antes de que la PCR le confirmara su contagio por coronavirus.
La última en llegar al club de los royals infectados es Tessy de Luxemburgo, exmujer del príncipe Luis aislada en su casa de Londres. “Espero que hayáis comenzado diciembre con buen pie. Yo, desde luego, he empezado con una bomba”, anunciaba en un video que ha compartido con sus seguidores en redes sociales. Según explicó tras avanzar la agenda de Profesores sin fronteras, la organización benéfica de la que es cofundadora, “estoy mejor de la fiebre. Tengo mucho dolor, pero por lo demás bien. Me voy a ir a la cama después de esto”.
Quien no ha bajado la guardia durante todos estos meses de pandemia sanitaria ha sido Isabel II. A sus 94 años y mientras celebraba sus primeras reuniones por videoconferencia, la soberana ha estado aguardando para ser la primera reina en recibir la vacuna de Pfizer que hace unos días comenzaba a administrarse en el Reino Unido porque ella, por su avanzada edad, está incluida en la primera fase del programa de vacunación. Dentro de nada, su única preocupación va a ser la serie The Crown, de Netflix, y el daño que está haciendo a la imagen de la monarquía británica.