Es el jefe de gabinete más poderoso de la política española, seguido tan sólo por su antítesis popular, Miguel Ángel Rodríguez. Se le atribuye uno de los recientes hitos de la democracia, el pacto de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias que hizo posible el primer Gobierno de coalición desde la Transición. Y su lista de enemigos es larga, entre los conservadores con los que trabajó como estratega profesional y en las filas socialistas en las que milita el presidente, la única persona ante la que ha de rendir cuentas.
Iván Redondo, el hombre del que todos hablan, ya tiene biografía. El manipulador de emociones (La Esfera de los Libros), le llama en el título Graciano Palomo. Periodista y analista político experto en la historia del Partido Popular, se adentra ahora en la fontanería del Ejecutivo de Pedro Sánchez para retratar al asesor que, asegura, se ha convertido de facto en un “primer ministro” mientras sitúa a su jefe como un “jefe de Estado bis”.
El autor de libros como La larga marcha. De Rajoy a Casado, El hombre impasible y Pedro Arriola, el Brujo, dice que el modus operandi de Redondo en los tres años de poder nacional “es un calco de los cinco que fue el factótum” de José Antonio Monago en Extremadura. Además, Palomo sostiene que el jefe de gabinete en Moncloa encabezó en el año 2009 los cobros que Luis Bárcenas consignó, por delante del entonces presidente, Mariano Rajoy, y de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.
El periodista se remonta a los años infantiles y juveniles en San Sebastián de Redondo y describe lo que llama su “Iván style profesional, básicamente, manipular las emociones y destruir al adversario”. Al protagonista no le gustará, pero seguro que ya ha leído el libro.