¡Vaya gente! / Mara del Prado
No ha sido fácil encontrar entre las páginas del cuché alguna noticia que no se desarrolle en las pistas de esquí –la mayoría– o en alguna playa paradisíaca –la excepción más exclusiva–. Pero, entre tanta intrascendencia informativa, el reportaje dedicado en Hola al 40 cumpleaños de Kate Middleton alcanza la categoría de ensayo. No vayan a pensar ustedes que la crónica social no puede tener enjundia. ¿Qué la tiene, si no, tras haberse convertido en “la verdadera joya de la Corona británica”?
Así la denomina la cabecera española, que por cierto tiene en Hello su versión británica y algo sabe de los Windsor. La percha de la noticia fue su breve actuación, al piano, con el artista Tom Walter en la abadía de Westminster.
Aquí, en España, Felipe VI se asoma a las cenas de Nochebuena con un discurso descafeinado que cada vez convence a menos espectadores. En el Reino Unido, la mujer del príncipe Guillermo participa en un concierto benéfico emitido la víspera de Navidad y se mete en el bolsillo a la facilona y monárquica, hay que admitirlo, sociedad británica.
“Las princesas nacen, pero también se hacen. Y Kate es el perfecto ejemplo de ello”, subraya la publicación, donde se asegura que ha demostrado “estar preparada para el gran papel de su vida: el de reina consorte de Inglaterra”. Con 40 años cumplidos el 7 de enero, 20 de ellos presente en la vida del nieto de Isabel II, la duquesa de Cambridge es la gran vencedora en las encuestas de popularidad sobre la Familia Real, aquejada de escándalos como el Megxit o la implicación del príncipe Andrés en el caso Epstein.
Kate The Great –Catalina la Grande–, la llaman. Casi nada. Y, mientras, la reina nonagenaria ya no está para seguir el ritmo de la agenda oficial y cada vez cuenta más con la mujer de su nieto, “quien asume cada vez más responsabilidades”.
Pero, ¿qué hay de la duquesa de Cornualles? ¿No es Camilla Parker-Bowles la mujer del primer heredero al trono? La soberana no ha anunciado que vaya a saltarse el orden dinástico y, entonces, ¿por qué su nuera parece un fantasma en Palacio? Como si su relación con Carlos de Inglaterra siguiese oculta bajo la memoria de Lady Di.