¡Vaya gente! / Mara del Prado
Hay una competición soterrada, implacable y en cierto modo insana entre las cuñadas y duquesas Kate Middleton y Meghan Markle. Cuenta la leyenda que el principio del fin de la relación entre sus maridos, los hermanos y príncipes, Guillermo y Harry, fue una discusión a cuenta de si las damas de honor debían o no llevar medias en la boda de la americana con el hijo pequeño de Carlos de Inglaterra, incluida su pequeña nieta, Charlotte.
Aquel episodio, del que debió haber mucho más que un desacuerdo sobre el protocolo a cuenta del vestuario de las niñas, terminó en lágrimas y un exilio que, para mantener el tren de vida de los royals británicos, ha venido acompañado de polémicas entrevistas en prime time de los duques de Sussex.
La española es un claro ejemplo de Familia Real desestructurada, pero la inglesa no se queda atrás. Harry apenas mantiene el contacto con su hermano y su padre y ni él ni su familia son bien recibidos en palacio –en ninguno de ellos–, ni siquiera en los festejos por el longevo reinado de su abuela, Isabel II.
Ahora, la pareja de moda del star system estadounidense echa de menos la ceremoniosidad y la flema británicas. Eso, o han convertido los guiños a la cultura pop de los Windsor en una forma de –lucrativa– vida.
22 de mayo. El duque de Sussex participa en un partido de polo en el Santa Barbara Polo & Racquet Club. Su equipo, Los Padres, se alza con la victoria. La encargada de entregar el trofeo es su mujer. Para la ocasión ha elegido una falda pantalón blanca a juego con los lunares de su blusa negra. Se acerca a su marido y le besa. Lo único que diferencia la estampa de la que protagonizaron la princesa Diana y el príncipe Carlos en 1987 es que ella llevaba un vestido blanco con lunares negros. ¿Resultado? Comparación asegurada: “Meghan Markle emula a Lady Di en el polo y da un beso de película a su marido el príncipe Harry”, titula Hola.
¿Que la exactriz también quiere ser lady? Pues la inglesa Middleton quiere ser la estrella de la alfombra roja. Con un peinado pulido y un espectacular vestido negro entallado y palabra de honor en blanco destacando una fibrosa delgadez que recordaba a la española reina Letizia, la duquesa de Cambridge brilló con luz propia de la mano de Tom Cruise en la premiere en Londres de Top Gun: Maverick. El nieto de la reina y la actriz Jennifer Connelly, coprotagonista de la película, asistieron como consortes de los grandes reyes de la noche. “Chúpate esa, Meghan”, parecía decir la esposa de Guillermo. Y así todo el día. Pimpampum.