Simon Neuhaus.
Este lunes, 10 de julio, tuvo lugar el debate cara a cara entre los dos candidatos más relevantes para las elecciones del 23-J. Tras un tiempo de incertidumbre y dudas sobre dónde y con quienes se debería realizar el debate, por fin se enfrentaron Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en Atresmedia cara a cara.
El debate entre el presidente actual del gobierno y el candidato popular se ha marcado por ser uno de gran polémica y de ataques continuos entre los dos candidatos para la presidencia. Las acusaciones variaban desde la política de deuda por parte del gobierno actual que Feijóo tituló de irresponsable, o el uso del Falcón por parte de Sánchez hasta los pactos efectuados entre el Partido Popular y Vox. Aunque el debate estuvo marcado por un gran intercambio de acusaciones e interrupciones, donde tuvieron que intervenir los moderadores Vicente Vallés y Ana Pastor, los dos candidatos no supieron o no quisieron dedicar tiempo ni esfuerzo a temas esenciales como la sanidad, la migración o la cultura.
Por otro lado, un momento que ha marcado el debate ha sido la exigencia de Feijóo a Sánchez de que aceptará que gobierne el partido con la lista más votada, algo que el actual presidente del gobierno rechazó continuamente. Esto se debió en parte a que el PP no lo ha practicado en numerosas autonomías donde ha pactado gobernar con Vox, como en Extremadura, habiendo sido el PSOE el ganador de las elecciones. En total ha resultado un debate bronco, confuso, con más ataques que propuestas y tras el que en el PP han dado por ganador a Feijóo y en el PSOE se lamentan de la oportunidad perdida.
Por parte de los dos otros partidos más relevantes, Vox y Sumar, han llegado duras críticas hacia el debate. Yolanda Díaz lo calificó “lleno de ruido y sin ninguna propuesta para mejorar el país”. Por el otro lado, Santiago Abascal se mostró indignado sobre las propuestas de Feijóo para mantener a Vox fuera del gobierno.