L.M.
La COP27 ha acabado hace unos días sin muchos avances en la lucha contra la crisis climática. El mayor logro de esta cumbre ha sido la creación de un fondo de daños y pérdidas para los países en desarrollo.
Según Antonio Guterres, secretario general de la ONU, se trata de un “acuerdo histórico” en el que, por primera vez, los países desarrollados se han comprometido a financiar económicamente las pérdidas y daños de los países más vulnerables, derivados del impacto del cambio climático. Sin embargo, Guterres ha aclarado que esto no es suficiente y que es necesaria “una drástica reducción de las emisiones” para hacer frente a esta crisis.
El texto final de la cumbre, el Plan de Implementación de Sharm el Sheij recoge otras medidas aprobadas durante estas jornadas como la reducción progresiva de la energía generada a partir del carbón.
El vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Frans Timmermans ha mostrado su descontento con el acuerdo alcanzado en la cumbre en la ceremonia de clausura de la misma. Timmermans ha declarado que “no es un paso suficiente” y que “para hacer frente al cambio climático es necesario que todos los flujos financieros apoyen la transición hacia la baja emisión de carbono”, que según datos presentados en la COP27 siguen aumentando.
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, también ha mostrado su decepción con el resultado de la cumbre: “La COP27 ha mantenido viva la meta de los 1,5 grados. Desafortunadamente, sin embargo, no ha cumplido con el compromiso de los principales emisores del mundo de reducir gradualmente los combustibles fósiles, ni con los nuevos compromisos sobre la mitigación climática”.
La próxima Cumbre del Clima tendrá lugar entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre de 2023 en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, aunque antes, en junio de 2023, se celebrará una cumbre en París para trabajar en un nuevo pacto financiero con los países más vulnerables.