
Sin Maldad / José García Abad
José Ignacio Goirigolzarri me citaba en conversación para mi libro ‘Las caras y los caras del capitalismo español’ a Pedro de Toledo, artífice junto a José Ángel Sánchez Asiaín, ambos lamentablemente fallecidos, de la fusión entre el Bilbao y el Vizcaya.
Sostenía Pedro de Toledo que “las fusiones son como el barro que tienes que moldear muy rápido porque si no se secan y se rompen”. Decía que las fusiones se hacen por amor o por interés, pero que hay que hacerlas para que funcionen por ambas razones, por interés y por amor.

Pedro de Toledo comentaba a ‘Goiri’ que “las fusiones son como el barro que tienes que moldear muy rápido porque si no se secan y se rompen”. Decía –sentencia ‘Goiri’– que las fusiones se hacen por amor o por interés, pero en mi opinión hay que hacerlas para que funcionen por ambas razones, por interés y por amor”
Me honré con la amistad con Pedro desde los tiempos en que mandaba en el Banco de Vizcaya. Era un personaje que rompía con el arquetipo del banquero. Hablaba poco pero cuando se sentía en confianza mostraba una brillantez apabullante.
Cuando Mario Conde y Alfonso Escámez trajinaban la fusión del Banesto con el Central, Pedro de Toledo me comentó: “Será como el matrimonio entre un sifilítico y una sidótica. De ahí no puede salir nada bueno”.
Tuvo que intervenir el Banco de España para poner paz
La del Bilbao con el Vizcaya tenía más lógica aunque no estuvo exenta de turbulencias, sobre todo a la muerte prematura de Pedro de Toledo y cuando Rodrigo Rato, hoy en prisión, forzó la fusión con Argentaria poniendo al frente del BBVA a Francisco González, hoy en los tribunales, en espera de poder sustituirle cuando abandonara la Vicepresidencia del Gobierno.
“Aquella fusión fue durísima –me comentó ‘Goiri’, que trabajaba en el Bilbao para el libro citado–. Recuerdo que cuando muere Pedro el Banco de España tuvo que intervenir con los que llamábamos “los cascos azules”, que pusieron a cuatro o cinco consejeros independientes, Juan Lladó, Juan Urrutia, Placido Arango… con la misión de restablecer la paz. Es cuando decían que los del Bilbao éramos “romanos” y los del Vizcaya los de “Asteríx el galo”.
Me aseguraba ‘Goiri’ que a él la fusión le vino muy bien. “Es que –recuerda– el Bilbao era conceptualmente muy avanzado, quizás demasiado conceptual, mientras el Vizcaya era más práctico. Alfredo Sáenz, que era mi jefe y que ha influido muchísimo en mi vida, probablemente ha sido el que más ha influido en mi manera de aproximarme a la profesión, me decía: “Todo eso está muy bien pero ayer cuántos bonos vendimos”. Me supuso un choque benéfico. Me vino muy bien esa suma de culturas, la conceptual y la del día a día”.
De la teoría a la práctica
Cavilaba ‘Goiri’, quien ahora presidirá Caixabank, que en el panorama bancario español el sistema ofrecía un equilibrio razonablemente estable con tres bancos grandes: Caixabank , Santander y BBVA, y tres medianos: Popular, Bankia y Sabadell. Pero cuando se hace la operación Popular / Santander el equilibrio se hace inestable, una estabilidad que podía durar toda la vida. Pero ahora estamos en tipos negativos desde el año 16, lo que incentiva la consolidación pues las fusiones generan sinergias y reducen gastos.
“Es razonable pensar –auguraba– que se va a producir alguna operación. Pero luego hay que ir de la teoría a la práctica y todo se vuelve más complejo. Tienes que encontrar una lógica industrial y financiera, que las relaciones de canje convenzan a los accionistas; te enfrentas a problemas de gobierno corporativo. En nuestro caso el Estado está dentro lo que es un problema adicional para llegar a acuerdo”
Mientras tanto, ‘Goiri’ decía a su gente: “Nosotros vamos a concentrarnos en nuestro perímetro, en nuestro plan estratégico, y no nos despistemos. Y si pasa algo ya pasará”.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.