Dos días después de anunciar que España sólo enviaría armas a Ucrania a través de la UE, Pedro Sánchez rectifica y decide que también lo hará de manera bilateral, como la inmensa mayoría de los socios europeos. La decisión se ha topado con las críticas desde la parte morada del Gobierno, pero no de Yolanda Díaz, que secunda la decisión del presidente. Mientras los portavoces de Podemos califican de “error” la decisión, con la ministra Ione Belarra a la cabeza, el líder de IU, Alberto Garzón, se muestra mucho más cauto, al igual que los comuns de Ada Colau. El presidente decide involucrar a España en la escalada bélica a pesar de que los sondeos no indican un apoyo por parte del electorado de izquierdas y de que, entre los socios de la investidura, sólo el PNV apoya abiertamente la medida. En ERC hay diferencias, pero el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, también la secunda.
“Es evidente que todos queremos pararle los pies a Putin y que todos queremos que esta guerra termine cuanto antes. La clave es cómo podemos hacerlo de la manera más eficaz”. Así se expresaba la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, en los pasillos del Congreso, minutos después de que Pedro Sánchez anunciara que el Gobierno enviará armas al gobierno ucraniano no sólo a través del fondo activado por la UE, sino también de manera bilateral.
Ante las dudas que han surgido entre “algunos grupos que ponen en cuestión el compromiso del Gobierno” con Ucrania, afirmaba el presidente, “España entregará a la resistencia ucraniana material militar ofensivo” por su cuenta. Rectificaba así el presidente apenas 36 horas después de que subrayara en TVE que sólo lo haría de la primera manera, a menos de 24 horas de que la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, lo confirmara tras el Consejo de Ministros.
Cuca Gamarra ha hecho un amago de gran coalición blanda, celebrando la rectificación de Sánchez y subrayando que “si sus aliados de coalición le fallan, no se preocupen, recorreremos juntos este camino”
El presidente del Gobierno desactivaba así la línea argumental que el PP y el resto de la oposición había sostenido en las últimas horas. La todavía portavoz parlamentaria de los populares, Cuca Gamarra, incluso ha hecho un amago de gran coalición blanda, celebrando la rectificación de Sánchez y subrayando que “si sus aliados de coalición le fallan, no se preocupen, recorreremos juntos este camino”.
En este momento, no hay riesgo de ruptura en el Gobierno, pero es obvio que la decisión del presidente inicia un camino de desarrollo y consecuencias impredecibles. La decisión se anunció el lunes, tanto a Yolanda Díaz, por parte del propio Sánchez, como a Ione Belarra. Ese día, por la tarde, la vicepresidenta segunda escribía en Twitter: “Es momento de proteger inequívocamente al pueblo ucraniano. En medio de la incertidumbre, la ciudadanía exige a las instituciones una respuesta clara y solidaria. En eso estaré. […] No son decisiones fáciles, pero el Gobierno está actuando con determinación para defender la paz tras este injusto ataque”. En el Congreso, tras el anuncio del presidente, subrayó que: “tiene todo nuestro apoyo”, dejando claro a qué “decisiones difíciles” se refería el día anterior.
Hace algunas semanas, cuando arreció la crisis ucraniana y occidente todavía trataba de negociar con Moscú, Margarita Robles anunciaba la movilización de efectivos militares españoles y aparecieron las primeras tensiones, visibilizadas por la propia Belarra. En ese momento, se alcanzó una tregua, con la parte socialista frenando su ardor bélico y la morada evitando el ruido mediático y acatando el acuerdo de coalición, que señala que la política exterior la define el presidente. Una tregua que ahora se rompe y que deja a Podemos calificando de “error” la decisión del presidente, como afirmaba Pablo Echenique, y poniendo el acento, como afirmaba Belarra en que: “Contribuir a la escalada bélica no va a resolver antes el conflicto y puede llevarnos a un escenario incierto y muy peligroso de conflicto mundial. Hemos echado en falta referencias a las vías diplomáticas” en el discurso de Sánchez al Congreso.
La división se instala en Unidas Podemos

Sin entusiasmarse precisamente con el anuncio del presidente, el resto de fuerzas que componen Unidas Podemos han puesto distancia con la posición de Belarra y sin terminar de alinearse claramente con Díaz. Es el caso, por ejemplo, de los comuns, seguramente el principal apoyo político de la vicepresidenta segunda en su hipotética candidatura electoral y cuyo portavoz en el Congreso, Jaume Asens, que el martes, cuando la ayuda sólo se canalizaría vía UE, defendía que es “legítimo” que la comunidad internacional ayude a un Estado agredido por otro, aunque llamaba a la prudencia y a apostar por las sanciones para evitar una escala bélica. Y es el caso también de un Alberto Garzón que sí se puso en pie para ovacionar la intervención de Sánchez, al igual que Díaz y a diferencia de Belarra e Irene Montero.
Garzón va a tener que conjugar su apoyo a Díaz como candidata en las próximas elecciones con una organización en la que el sentimiento antibelicista y contrario a la OTAN es muy profundo. De hecho, la oposición a la OTAN está en la raíz misma de IU, que nace en 1986, articulada en torno al PCE y el PSUC, para defender la salida de España de la organización. El ministro de Consumo, a las pocas horas de consumarse la invasión de Ucrania, retuiteaba un comunicado de la organización que lidera titulado “No a la guerra-Por una solución diplomática en Europa”. En él, se afirma que “una nueva guerra en el continente europeo nos demuestra que la OTAN es un factor de desestabilización, y por ello es más urgente que nunca su disolución y una apuesta por una política de seguridad propia y autónoma, que realmente tenga en cuenta los intereses geoestratégicos propios de Europa”.
La tarde del martes, Garzón retuiteaba el mensaje de Díaz en el que ésta subrayaba que: “No son decisiones fáciles, pero el Gobierno está actuando con determinación para defender la paz tras este injusto ataque”. Entre el mensaje del jueves y el del martes, IU Madrid convocaba una concentración en Madrid bajo el lema ‘No a la guerra. No a la OTAN’; y los diputados de IU en el Parlamento Europeo, liderados por Sira Rego, portavoz de la organización y una persona muy cercana a Garzón, se abstuvieron en la votación de la resolución de condena a la invasión de Ucrania, por las menciones a la OTAN del documento. No así los de Podemos, por cierto, liderados por María Eugenia Rodríguez Palop que sí lo apoyaron.
El rechazo a una intervención en Ucrania es mayor en las franjas de edad donde el voto a Unidas Podemos es más robusto. El 62% de los menores de 29 años se opone, y el respaldo sólo es mayoritario entre los mayores de 45 años
Para entender la posición que adoptan Pedro Sánchez y Podemos no hay que perder de vista lo que han estado diciendo los sondeos durante las últimas semanas. Por ejemplo, el barómetro de febrero del Real Instituto Elcano -publicado, eso sí, hace dos semanas, antes de la invasión rusa- preguntaba, no por el envío de armas, pero sí por el apoyo a una intervención de la OTAN. Pues bien, un 48% la apoyaría, por el 52% que se opondría, pero ese rechazo a las acciones bélicas es mayor entre los votantes de izquierdas -casi el 60%- y entre los jóvenes, en las franjas de edad donde el voto a Unidas Podemos es más robusto. El 62% de los menores de 29 años se opone, y el respaldo sólo es mayoritario entre los mayores de 45 años. En su disputa por el electorado moderado huérfano de Ciudadanos y que mira con recelo el acercamiento del PP a Vox -y en los mayores de 50 años, donde se concentra el voto socialista-, Sánchez ha tomado una decisión que parece contar con respaldo entre esos sectores sociales.
Estos datos tienen que ver con que todas las fuerzas de izquierdas en el Congreso estén aterrizando en el nuevo contexto político y decidiendo su posición. Por ejemplo, mientras Iñigo Errejón se distanciaba del envío de armas para no alimentar “una guerra mayor”, el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, admitía tener “muchísimas dudas”. Y entre las principales fuerzas de la investidura, sólo el PNV se ha puesto abiertamente del lado de Sánchez.
ERC busca su sitio

Muy relevante para el futuro del Gobierno son los vaivenes y las diferentes sensibilidades que, como en UP, están aflorando en ERC. Nada más confirmarse la invasión, el presidente del partido, Oriol Junqueras, en una comparecencia junto al coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, afirmaba que Ucrania estaría «encantada» de tener una mesa de negociación para solucionar el conflicto. Pero según Junqueras, esta mesa de negociación no se produce porque «hay una agresión exterior por parte de un Estado que quiere imponerse y que está condicionado por sus tentaciones autoritarias internas». «Pues en nuestro caso, tres cuartos de lo mismo», afirmaba Junqueras ignorando que esa mesa de diálogo ya está en marcha. Sin avances, eso sí, pero en marcha. Para coronar su analogía, subrayaba que «el autoritarismo y la corrupción» del gobierno de Vladimir Putin es similar al que ve en algunos partidos españoles.
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, subía a la tribuna el miércoles y lo primero que destacaba es que la única comparación entre Ucrania y Cataluña pasa por poner en valor la democracia y la palabra: “Esa es la única analogía que se puede hacer, lo digo como independentista catalán y como diputado, cualquier otra comparación es indecente, lo quiero dejar claro y quizá me adelanto a algún discurso”. Además, afirmaba que “si la comunidad internacional hubiera ayudado a los republicanos, Franco sería un golpista olvidado y este un país mejor”.
Ya en los pasillos de la Cámara Rufián rechazaba a los medios el envío de armas a Ucrania y pedía que, en cualquier caso, la decisión se someta a votación en el Congreso. Sin embargo, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha avalado el envío de armas: “Ucrania debe tener derecho a defenderse”. “Hemos apostado desde el primer momento por una salida puramente diplomática”, pero “ahora está habiendo una agresión militar” y “es relevante el refuerzo de las capacidades militares” de Ucrania, ha argumentado.
Habrá que ver cómo evolucionan las sensibilidades del Gobierno si la escalada bélica continúa y se plantea, por ejemplo, el aumento del gasto militar en los Presupuestos, que a día de hoy está en el 1,2% del PIB. El compromiso en el marco de la OTAN es elevarlo hasta el 2%, y es la decisión que ha tomado esta semana el canciller alemán Scholz, rompiendo el tradicional pacifismo alemán desde el final de la II Guerra Mundial. En su entrevista en TVE, Sánchez regateaba la pregunta.