
Julio Rodríguez López
Impulsada sobre todo por los productos energéticos, la inflación, medida por el índice mensual de precios de consumo (IPC), alcanzó en España en mayo de 2022 una variación del 8,7% sobre el mismo mes del año precedente. Tras registrar un aumento acumulado del 3,2% entre 2013 y 2020, el ritmo de aumento de los precios se aceleró en la segunda mitad de 2021 y en los cinco primeros meses de 2022. Cuando parecía que la economía en los países de la Eurozona se recuperaba con fuerza tras el episodio de la Covid-19, el aumento de precios ha frenado el crecimiento de la economía.

El BCE va a elevar de forma moderada los tipos de interés y va a suspender las aportaciones de liquidez efectuadas durante un largo periodo de tiempo
En mayo de 2022, junto al importante aumento del índice general de precios de consumo, ha destacado sobre todo el crecimiento del grupo especial de productos energéticos, que ha registrado en dicho mes un aumento interanual del 34,2%. Dicho grupo aparece como el factor principal de la mayor inflación, y su variación implica una importante detracción de recursos que van al resto del mundo, teniendo en cuenta que España no produce ni petróleo ni gas natural.
En mayo de 2022 ha destacado el aumento interanual de la inflación subyacente (no incluye ni aumentos no elaborados ni productos energéticos). Dicho componente ha acelerado su aumento desde el 2,1% de diciembre 2021 hasta el 4,9% en mayo de 2022. Este comportamiento expansivo de la inflación subyacente implica que el aumento de los precios de la energía está afectando a otras producciones. La variación interanual de los alimentos con y sin elaboración ha superado el 10% en mayo de 2022, lo que implica que la subida de precios está afectando a los hogares con ingresos más reducidos.
El aumento de los precios de consumo a impuestos contantes ha sido el 9,6% en mayo, lo que implica que se ha reducido la recaudación de algunos tributos, entre los que destacan los que gravan los combustibles, con el objetivo de frenar la tasa de inflación. Los bienes industriales han crecido en un 10,5%. Esta evolución, en un contexto de débil aumento de los salarios pactados en convenio, implica que las empresas no están bajando los márgenes que aplican a los ‘inputs’ que utilizan en los procesos productivos Esta evolución puede dar lugar a crear un clima de agitación laboral, sobre todo si persiste la alta tasa de inflación.
En el índice de precios de consumo no está bien recogida la evolución de la vivienda. Se toma una muestra escasamente rotatoria de viviendas de la que se obtiene información sobre los alquileres pagados, cuya variación es inferior, por lo general, a la marcha del índice general de precios de consumo. En mayo de 2022 la rúbrica de vivienda en alquiler aumentó en un 1,3% sobre el mismo mes del año precedente, lo que contrasta con el 8,7% de variación del índice general. Asimismo, los alquileres incluidos en el índice crecen muy por debajo de los precios del alquiler recogidos por el portal inmobiliario Idealista.com, cuya variación anual ascendió al 3,1% en mayo de 2022. El tratamiento inadecuado que se da a la vivienda en el IPC implica que dicho indicador subvalora la tasa de inflación.
A pesar de la positiva evolución del empleo en la primera mitad de 2022, la elevada inflación se ha convertido en el mayor reto económico para el gobierno. Una tasa de inflación elevada reduce el consumo real de los hogares, además de plantear serios problemas de subsistencia a los mismos. La guerra de Ucrania ha contribuido a elevar los precios de petróleo y gas natural. En este segundo caso, la dependencia es importante respecto del gas producido por Argelia, que va a tratar de sustituirse por gas procedente del ‘fracking’ realizado en Estados Unidos, y que resultará más caro al depender de barcos que traigan el gas licuado desde dicho país.
Tras un largo periodo de aportación masiva de liquidez a los bancos y a los gobiernos de los estados miembros de la Unión Europea por parte del Banco Central Europeo (BCE), desde la presidencia de dicha entidad se ha anunciado una elevación de un cuarto de punto de los tipos de interés en la reunión del Consejo de dicha entidad a celebrar en julio de 2022, elevación que podrá repetirse en septiembre en el caso de que persista una tasa elevada de inflación pasados los meses de verano. El BCE va a elevar de forma moderada los tipos de interés y va a suspender las aportaciones de liquidez efectuadas durante un largo periodo de tiempo.
El Euribor a doce meses ha pasado a alcanzar un nivel positivo tras un largo periodo en el que dicha variable presentó unos niveles inferiores a cero. La recuperación de la economía europea posterior a la “gran depresión” de 2007-2008 debe mucho a las importantes aportaciones de liquidez efectuadas por el BCE. Esto ha implicado que una notable parte de la importante deuda pública española esté en manos de dicho banco, que la ha adquirido indirectamente a partir de los bancos.
Unos tipos de interés más elevados pueden frenar el crecimiento de la economía, reduciendo más el crecimiento económico, que ya está tocado a la baja por la importante tasa de inflación registrada en el primer semestre de 2022. “Los meses próximos pueden ser difíciles para las economías europeas. Las rentas se verán frenadas, la recesión es muy probable y los tipos de interés tienen que subir, añadiendo más presión a hogares y familias. Pero ese es el ajuste que cada economia europea necesita hacer para poder prescindir de la barata, pero peligrosa, energía de origen ruso” (Chris Giles, “Europa se enfrenta a unos pocos meses difíciles por delante”, ‘The Financial Times’, 10.6.2022).
Vocal del Consejo Superior de Estadística del INE. Doctor en CC. Económicas por la UCM (1977). Es Estadístico Superior del Estado, en situación de excedencia, y Economista Titulado del Banco de España, en situación de jubilación. Ha sido consejero de Economía de la Junta de Andalucía, presidente del Banco Hipotecario de España, presidente de Caja de Ahorros de Granada, presidente del Consejo Social de la Universidad de Granada y gerente de la Universidad de Alcalá de Henares. Actualmente es miembro de Economistas frente a la Crisis y de la Plataforma por una Banca Pública.