
El Acento/ Inmaculada Sánchez
La reunión de tres horas de la Mesa de Diálogo sobre Cataluña que arrancó el pasado miércoles en el Palacio de La Moncloa nos ha dicho muchas más cosas que las contenidas en el escueto comunicado conjunto emitido por el Gobierno de España y la Generalitat catalana a su término.
Para empezar, los dos Ejecutivos rubrican, por primera vez, su nombre oficial como “mesa bilateral de diálogo, negociación y acuerdo”. La denominación, que ya figuraba en el acuerdo PSOE-ERC para la investidura, remarca que no solo se trata de hablar, sino de negociar, y que el objetivo es llegar a acuerdos concretos.

Ábalos será quien pilote la Mesa, Torra podría no volver a pisarla si en seis meses hay elecciones, ambas partes le conceden recorrido y tiempo… y la legislatura coge altura
Para continuar, se fija un calendario de reuniones una vez al mes, alternativamente en Madrid y Barcelona, y con una delegación más reducida de miembros lo que supone el reconocimiento de que la Mesa necesita tiempo, discreción y recorrido. Ambas partes, en principio, se lo conceden, pese a las urgencias electorales de los partidos del Govern.
Más informativo aún ha resultado el detalle de que en esas reuniones futuras no participarán, no sólo los dos presidentes, como ya se preveía, sino tampoco los vicepresidentes, lo cual excluye tanto a Carmen Calvo como a Pablo Iglesias, que únicamente acudirán, en principio, cuando haya que “ratificar acuerdos políticos”. Ello deja a José Luis Ábalos, ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, como hombre fuerte y piloto de la Mesa por parte del Gobierno y confirma que Sánchez distancia a Calvo de tan delicada negociación.
En el lado catalán de la Mesa está por dilucidar el ‘capitán’ de la delegación, aunque todo apunta a que habrá varios, dada la lucha fratricida en que se mueven los independentistas, con Elsa Artadi, por parte de Puigdemont, y Marta Vilalta y Josep María Jové, por la de ERC, como piezas claves.
También se ha tasado en seis meses el plazo en el que, en cualquier caso y como mínimo, volverán a estar presentes en la Mesa los presidentes. Esto es: Quim Torra, que espera del Supremo su inhabilitación definitiva tras su recurso mientras decide la fecha de las elecciones en Cataluña, podría no volver a sentarse frente a Sánchez liderando la delegación del Govern, salvo que hubiera acuerdos tan rápidos que llegaran antes de los comicios catalanes o de su inhabilitación, algo que nadie espera que ocurra.
Pequeños detalles redondean el marco en que ha iniciado su andadura esta famosa Mesa de la que pende el gobierno de Sánchez e Iglesias. Un escenario cálido y próximo: mesa de cristal inusualmente estrecha para provocar cercanía y transparencia, recorrido previo por los jardines de Moncloa para mostrar saludos y confidencias… Unas explicaciones posteriores de Torra y Montero en tono moderado que aparcaron los temas más conflictivos: nada de mentar condiciones excluyentes, como el relator o la Constitución…
Al día siguiente, ERC permitía que los Presupuestos pudieran iniciar su andadura en el Congreso al abstenerse en la votación de la senda de déficit. La legislatura ha cogido altura para despegar esta semana. Aunque aún le falta mucho para la velocidad de crucero.
Periodista y directora de El Siglo desde 2011, revista que contribuye a fundar, en 1991, formando parte de su primer equipo como jefa de la sección de Nacional. Anteriormente trabajó en las revistas Cambio 16 y El Nuevo Lunes y en la Cadena Ser. Actualmente también participa asiduamente en diferentes tertulias políticas de TVE y de Telemadrid.