¡Vaya gente! / Mara del Prado
La reina de corazones ha sido desbancada por su heredera. Aún es pronto para saber si se trata de una abdicación o de un cese temporal de la regencia, pero lo cierto es que el espacio que Isabel Preysler acostumbraba a ocupar en las páginas del corazón ha sido acaparado por Tamara Falcó.
Hasta una publicidad a toda página en Hola anunciando una vinoteca de LG para conservar los caldos a óptima temperatura está protagonizado por la marquesa de Griñón, con tantas habilidades que lo mismo vale para ser imagen de vinos o aceites -no necesariamente marca de la casa-, para hablar de su tardía pero exitosa afición por la cocina, que promete perfeccionar con un curso en Le Cordon Bleu donde acude perfectamente uniformada con pantalones y chaquetilla de chef, o para dar espectáculo, ya sea con sus fotografías en redes sociales y revistas del corazón retirando la nieve que daba acceso al casoplón de su madre con la ayuda de una pala y su cuñado, Fernando Verdasco, o con sus apariciones en televisión.
Colaboradora habitual de las tertulias de El Hormiguero en Antena 3, donde apenas interviene para hablar de sí misma y su estilo de vida pero le basta para provocar las carcajadas de Pablo Motos y Nuria Roca, ahora se estrena como jurado de El Desafío, un nuevo concurso de famosos de la cadena de Atresmedia donde ha de puntuar a concursantes como Agatha Ruiz de la Prada o Jorge Sanz junto a los experimentados Juan del Val y Santiago Segura.
La reina de Inglaterra ha dado sobradas muestras de que la abdicación no entra ni entrará en sus planes, pero no le importa compartir el interés mediático con su familia. Con los duques de Sussex, aunque cada vez es más difícil saber en categoría de qué ahora que están perfectamente asimilados al modo de vida hollywoodiense con su mansión en Montecito (Santa Bárbara) que no abandonarán, en el mejor de los casos, hasta que se celebre en la primavera londinense el centenario del duque de Edimburgo. Pero, sobre todo, con los duques de Cambridge.
Con sus cuñados a miles de kilómetros de distancia, Kate Middleton ha cumplido 39 años “convertida en la nueva reina de corazones”, afirma Hola, que se refiere al “ascenso imparable” de “la duquesa leal y discreta que nunca se queja” -alusión indirecta al contraste con Meghan Markle– en un amplio reportaje donde asegura que “Isabel II está realmente impresionada con lo que Catherine ha conseguido y no deja de expresarle su orgullo, su aprobación y su cariño”.
La publicación española se hace eco de las encuestas que, en un año complicado para los Windsor con el abandono de la Familia Real de los duques de Sussex, la caída en desgracia del príncipe Andrés, dos divorcios y una pandemia, la mujer del heredero de Carlos de Inglaterra es una garantía para la Corona. Los medios británicos destacan su madurez, firmeza y resistencia. Los mismos que antes se refirieron a ella y a su hermana Pippa Middleton como las “hermanas glicinas: muy decorativas, fragantes y con una feroz habilidad para trepar”.
Por eso es mejor poner las palabras halagadoras en cuarentena. Si algo se ha aprendido con esta pandemia es que nunca hay que bajar la guardia.