A.A.
El ejército ruso continúa con sus ataques en el sureste de Ucrania. Los últimos días sus esfuerzos se han centrado en tomar el control de Mariúpol, donde han conseguido entrar en el territorio de la acería de Azovstal, último bastión ucraniano en la ciudad. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha pedido al secretario general de la ONU, António Guterres, ayuda para evacuar a los heridos de la planta, donde, según Kiev, quedan unos 200 civiles. Por su parte, el Kremlin ha anunciado un alto al fuego en la ciudad para habilitar un corredor humanitario que permita la salida de estos civiles. En principio, está previsto que la ruta permanezca abierta hasta el sábado.
Las autoridades ucranianas también han denunciado bombardeos es las ciudades de Járkov e Izium, al norte del país, y en Luganks, donde cinco civiles han muerto. Rusia ha amenazado con el empleo de armas nucleares, aseguran que están ensayando con misiles con capacidad nuclear.