Paloma Peteira.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que la nueva variante del Covid-19, conocida como ómicron y detectada en Sudáfrica el pasado 24 de noviembre, supone un riesgo “muy elevado”. Los científicos aún desconocen el alcance de transmisión que tiene la mutación y su resistencia a las vacunas. No obstante, el informe técnico publicado por la OMS este lunes indica que, dadas las altas variantes de ómicron, hay mayor riesgo de contagio y de perder gran parte de la inmunidad que proporciona la vacuna contra el Covid-19.
Dos días después de que África comunicase el descubrimiento de la nueva variante, un grupo de expertos encargados de controlar la evolución del virus la calificó como una mutación de preocupación. Su alta peligrosidad se debe a que es posible que se transmita de forma mucho más rápida, aumente la virulencia y, por tanto, supere esa protección que provee la vacuna.
Ante esta situación, la OMS ha demandado que se tomen las precauciones necesarias, pero evitando señalar a los estados que han dado a conocer la nueva variante y han alertado de ella. Pese a ello, tal y como no ha aconsejado el ente internacional, algunos países de Europa, Estados Unidos o Australia han cerrado fronteras con ciertos países del sur de África con el objetivo de que la ómicron no se adentre en sus estados.
Sin éxito, pues ya son nueve naciones europeas las que han registrado al menos un caso, como Portugal con trece positivos, Países Bajos con doce o España con cuatro. De hecho, el director de la OMS, Teros Adhanom Ghebreyesus, ha declarado que “la variante ómicron demuestra por qué el mundo necesita un nuevo acuerdo sobre pandemias. Nuestro sistema actual desincentiva a los países de alertar a otros sobre amenazas que inevitablemente aterrizarán en sus costas”.
El poder de actuación de la OMS es limitado, pues son los estados los que gobiernan y ordenan. El ente ha pedido que intensifiquen las acciones de control, que informen de posibles brotes o casos vinculados con la nueva variante y que los laboratorios aumenten las labores de secuenciación para evaluar la disposición del Covid. Asimismo, ha solicitado a los estados miembros que apliquen medidas como “acelerar la vacunación lo antes posible, especialmente entre población de riesgo que siga sin vacunar”.
Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha instado este miércoles a abrir una “discusión” en la Unión Europea acerca de hacer obligatoria la vacunación contra el Covid y, de esta forma, hacer frente a aquellos que se resisten a inyectarse el fármaco. En Alemania, por ejemplo, se someterá a confinamiento a los no vacunados (32% de la población) y la vacuna será obligatoria en febrero, así lo ha anunciado este jueves la canciller, Angela Merkel, quien ha señalado que es preciso “un acto de solidaridad nacional”.
La Comisión también defiende exigir una PCR a los vacunados que se muevan dentro de la UE. La alemana ha expresado su desconcierto por el hecho de que, en plena pandemia, haya “vacunas que salvan vidas” y, en cambio, “no están siendo usadas de manera adecuada en todas partes”. De acuerdo con los datos publicados este miércoles, el 76% de los adultos europeos poseen la pauta completa contra el Covid-19.