Ayuso lo veía venir. El 29 de diciembre del año pasado ella ya se olía que su guerra con Pablo Casado iba a saltar por los aires y lo compartió con el interesado. El que avisa no es traidor, dirá El Mundo, un periódico que ha estado del lado de la presidenta de la Comunidad de Madrid desde que comenzara su batalla con la Génova de Teodoro García Egea y que ahora desvela las advertencias de la baronesa territorial al más joven y prematuro difunto político de la derecha española.
A través de Whatsapp, sintiéndose tal vez a salvo de las miradas indiscretas del todavía secretario general al que tenía bloqueado en esta red de mensajería instantánea, la ‘pitonisa’ Ayuso le decía a su viejo amigo cosas como que “2022 va a ser un año especialmente difícil y es complicadísimo afrontarlo con brechas así abiertas. Entiendo tu malestar, aunque has de comprender que han pasado muchas cosas que a ambos nos han agraviado”.
Previendo que podría tener que enfrentarse a una candidatura alternativa para un congreso regional previsto a finales de junio –ahora será en la tercera semana de mayo y, como Feijóo, será elegida por aclamación–, la jefa del Ejecutivo madrileño le insistía a Casado: “Va a ser un infierno si no nos elevamos por encima de los partidos que nos rodean”.
Y, tratando de despejar una duda que todavía hoy la acompaña, a pesar incluso del cambio de ciclo popular con un nuevo presidente a los mandos de la nave, decía al hoy defenestrado líder: “No tengo otra misión que ayudarte a ti a llegar a Moncloa, no sé cuántas veces lo diré. Pero tenemos cada vez menos oportunidades, Sánchez está fuerte pero nosotros podemos estarlo aún más”.
Según los mensajes de texto publicados ahora por El Mundo, la dirigente territorial apelaba a la complicidad con su viejo amigo para añadir: “Imagino que lo habrás pasado regular estos meses. Yo también. Lo que no se ve pero está ahí. Pero eso a nadie le importa. Importa que te hagas con los mandos de España o vamos a la destrucción. No aguantamos cuatro años más a esa banda”. Esta sí que era Ayuso en estado puro.