¡Vaya gente! / Mara del Prado
“La reina Sofía brilla en Nueva York en su gran noche”, dice Hola. Visto así, no le falta razón. Quien fuera consorte de Juan Carlos I se ha quedado sin pareja a la que acompañar. Porque no se entendería que siguiera ejerciendo de esposa de un hombre que ha tenido varias relaciones serias con otras mujeres y, mucho más sencillo, porque él no está para nada ni para nadie.
Por otra parte, la pareja de reyes Felipe y Letizia todo lo abarca y, con el cambio de ciclo y la ausencia del emérito, a la abuela de la princesa Leonor poco le queda por hacer. De modo que, las pocas esferas de ‘poder’ que conserva, son ocasiones únicas para lucir con casi todo su antiguo esplendor.
Una de ellas son los Queen Sophia Spanish Institute, los premios que concede la institución del mismo nombre que tiene por objeto tender puentes entre España y Estados Unidos.
Allí viajó la madre del monarca, que se encontró en la Gran Manzana con algunos rostros conocidos que ayudaron a hacerle más acogedora la estancia. Como Carlos Cordón-Cardó, oncólogo hispano-estadounidense y director de la fundación, Carmen Iglesias, que fue tutora de Felipe de Borbón en sus años de juventud o Carolina Herrera, diseñadora venezolana con quien Sofía de Grecia mantiene buena relación y, dice la revista, firma algunos de los modelos que cuelgan de su armario.
La historiadora y académica fue una de las galardonadas. Como el magnate mexicano, Carlos Slim, y el cocinero José Andrés, sin duda el mayor exponente del vínculo entre los dos países que, con su fundación World Central Kitchen, se encontraba repartiendo comida en Ucrania y envió a una de sus hijas a recoger el galardón.
Tras una fotografía de grupo junto a los premiados, la reina Sofía dirigió unas palabras a los asistentes, donde destacó, según reza la página web de Casa Real, que “en este año tan especial, después de dos años de pandemia, contamos con tres destacadas personalidades que han realizado una extraordinaria labor en los campos de la historia, la filantropía y la gastronomía. La excelencia en el trabajo es la característica que ha guiado sus decisiones a lo largo de décadas de esfuerzo”.
Un discurso tan bienintencionado como hueco, como todos los que pronuncia la Familia Real. Pero, después de pasar largo tiempo en silencio –o silenciada–, la emérita ha tenido ocasión de volver a ser la “reina profesional”, un sobrenombre que le puso su marido con absoluta falta de afecto pero que ayudó a convertirla en la más valorada y popular.