C. B.
Por primera vez en la historia de la Unión Europea, los líderes de los 27 países miembros han aprobado esta semana el cierre de fronteras ante la emergencia sanitaria que se está viviendo a nivel global. Esta decisión conlleva la prohibición de entrada a los ciudadanos de terceros países, a no ser que se encuentren en situaciones excepcionales. Esta medida, en principio, durará 30 días, según ha informado Charles Michel, presidente del Consejo Europeo.
El objetivo de esta medida es “frenar el aumento de contagios del coronavirus y facilitar la absorción de los pacientes por los sistemas de salud”, ya que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado que Europa es ahora mismo el principal foco de la epidemia global. De igual manera, esta misma semana, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha anunciado el cierre de las fronteras terrestres de España, por lo que los únicos que podrán entrar en el país serán los ciudadanos españoles, trabajadores fronterizos y el transporte de mercancías, así como aquellas personas que deban realizarlo por cuestiones de “fuerza mayor”.
Esta decisión lo que implica es la suspensión del tratado de libre circulación de ciudadanos por el territorio europeo, el Tratado de Schengen, por el que se garantiza la libertad de movimientos en 22 países de la UE y cuatro extracomunitarios. De momento, estas restricciones no afectan a los movimientos aéreos y marítimos, pero desde el Ministerio del Interior no descartan que se haga en un futuro. Desde el Gobierno, Mª José Rallo, secretaria general del Ministerio de Transportes, ha comunicado que “es importante que aquellos que quieran retornar lo hagan cuanto antes. Que nadie se quede pensando que si se lo hubieran dicho antes podría haber vuelto a su país”, rogando así la vuelta de todos los españoles que se encuentren en el extranjero y quieran volver.