J.Q.
El acuerdo alcanzado por la Comisión Europea y el Consejo Europeo respecto a la prohibición de la venta de coches y furgonetas gasolina y diésel ha recibido finalmente el visto bueno del Parlamento Europeo. Se trata de la primera propuesta del paquete `fit for 55´, que pretende reducir las emisiones en un 30% para 2030. La medida ha salido adelante con 340 votos a favor y 279 en contra (entre ellos, los de PP, Vox y PNV).
La UE se marca dos objetivos principales: por un lado, reducir las emisiones de CO2 en un 55% para coches nuevos y del 50% para furgonetas a partir del año 2030. Asimismo, la medida busca el cese del 100% de las emisiones de estos vehículos para 2035.
La derecha rechaza el acuerdo bajo la premisa de que pone en riesgo la industria europea. “Es un tremendo error estratégico (…) Nadie duda de que el coche eléctrico es importante para reducir las emisiones, pero apostarlo todo a una carta no tiene que ver con perspicacia estratégica”, ha subrayado el diputado belga del PP Pascal Arimont. Sectores de la izquierda también critican que la medida no afecta a coches de alta gama (los fabricantes de una producción reducida podrán beneficiarse de una exención hasta 2035) y dudan tanto de la deriva del precio de los coches eléctricos como de su proceso de fabricación (el litio, muy contaminante, es un material fundamental).