
Sin maldad / José García Abad
Alberto Núñez Feijóo, después de dar mil vueltas al asunto encabezando a los magistrados más politizados, concreta ahora una propuesta que pretende ser despolitizadora de la Justicia. Asegura el presidente del Partido Popular que no negociará la renovación del poder judicial si no se promulga una ley que reforme el sistema para elegir a los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), con lo que se sigue demorando anticonstitucionalmente la renovación de un órgano que lleva casi cuatro años y medio con el mandato caducado.

Alberto Núñez Feijóo, después de dar mil vueltas al asunto encabezando a los magistrados más politizados, concreta ahora una propuesta que pretende ser despolitizadora de la justicia. Asegura que no negociará la renovación del poder judicial si no se promulga una ley que reforme el sistema
Si pasamos de la elección parlamentaria a la ejercida por los propios jueces y son las asociaciones, mal llamadas profesionales, las que ponen a sus candidatos la Justicia seguirá politizada
Es darle vueltas en el vacío a un problema de muy difícil solución, pues la divergencia entre si es el Parlamento quien predomine en la elección de los consejeros del CGPJ o si son los jueces los que deben elegir a otros jueces nos sitúa ante un sistema trucado, pues en este último caso los jueces, a través de sus asociaciones profesionales, constituyen el frente judicial de los partidos políticos.
Las asociaciones de jueces prostituyen el proceso
En España tenemos el problema, que no se da en otros países, de la existencia de distintas asociaciones judiciales. En el resto de los países europeos, salvo en Francia, donde no está permitida la sindicalización de los jueces, pero sí pueden pertenecer a asociaciones profesionales, sólo hay una asociación profesional que defiende los intereses de todos los jueces.
Aquí las asociaciones, llamadas ‘profesionales’, pues los partidos están prohibidos, están muy identificadas con ellos: la Asociación Profesional de la Magistratura con el PP, y Juezas y Jueces para la Democracia con el PSOE. Si pasamos de la elección parlamentaria a la elección por los propios jueces y son las asociaciones las que ponen a sus candidatos, la Justicia seguirá politizada.
El CGPJ es muy presidencialista. No lo dice la Constitución, pero de hecho siempre se ha pactado. José Luis Rodríguez Zapatero se puso de acuerdo con Mariano Rajoy para poner a Carlos Dívar, un nombramiento muy polémico y Mariano Rajoy se puso de acuerdo con Alfredo Pérez Rubalcaba para nombrar a Carlos Lesmes.
Se están cumpliendo los malos augurios
Hoy, tantos años después de la Constitución, se están cumpliendo los malos augurios: que el poder judicial se convertiría en un sistema de cuotas. Es verdad que se han establecido contrapesos, como la exigencia de mayorías cualificadas, de tres quintos, para elegir a cualquier cargo discrecional, por lo que puede decirse que los nombramientos del Consejo son consensuados. De facto los que se han decidido durante el Consejo vigente han salido con mayorías amplísimas.
Lo más conveniente es establecer un sistema que no deje participar a las asociaciones profesionales de la Magistratura en la constitución del Consejo. En puridad democrática deben hacerlo los representantes del pueblo en el Parlamento.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.