¡Vaya gente! / Mara del Prado
Las celebrities más top acaban de disfrutar de su semana blanca. La mayoría, con ropa técnica para soportar las bajas temperaturas con estilo y espíritu eco friendly, que pareció ignorar la lady española, Elena Foster, con su vistoso sombrero de pelaje animal en sus vacaciones en St. Moritz con sir Norman Foster.
También a los Alpes suizos acudieron Federico y Mary de Dinamarca. Los príncipes tienen un chalet en Verbier, en el cantón suizo de Valais, donde acostumbran a deslizarse por las pistas con sus hijos pero que, en esta ocasión, sólo han ido acompañados de los más pequeños, los mellizos Vincent y Josephine, que acaban de cumplir once años y todavía van con sus padres en vacaciones.
Luego están los que apuntan a la moda après-ski –término francés para referirse a las actividades sociales que siguen a una jornada en la nieve– con tal de seguir la fiesta. Porque lo mismo les da un sitio que otro; con vestidos de pailletes de tirantes o jerséis de punto grueso y cenefas invernales, son capaces de ir de una punta a otra del mundo para conservar su estatus y exclusividad.
En eso son expertos los Grimaldi, con mención especial a Pierre Casiraghi, a su hermano Andrea y a su cuñada Tatiana Santo Domingo. Los tres asistieron a lo que Hola denomina “cumbre de royals, aristócratas y socialites en St. Moritz”. Con la excusa del aniversario del Corviglia Club, el club de esquí más antiguo y elitista del mundo donde sólo tienen cabida 130 socios, han asistido a la llamada de la sangre azul y el dinero verde para celebrar sus 90 años.
Presidido por Augusto Ruffo di Calabria, sobrino de Paola de los Belgas, sólo permite el acceso por invitación personal. La familia monegasca la tiene garantizada desde hace décadas, como la ‘descoronada’ familia griega de nuestra emérita Sofía, con Pablo, su mujer Marie Chantal y su hija Olympia a la cabeza.
La cuota española ha estado representada por la experta en arte contemporáneo y psicóloga Elena Ochoa –apellido de soltera– y por el marqués de San Vicente del Barco e hijo de la recordada duquesa de Alba, Fernando Martínez de Irujo.
La del lujo y las finanzas, por la top de los 90, Eva Herzigova y su marido, el promotor inmobiliario Gregorio Marsiaj; o por el heredero multimillonario y armador griego, Stravos Niarchos, y su pareja Dasha Zhukova, filántropa rusa exmujer del oligarca Roman Abramóvich.
Abramóvich, el mismo que trata de desligarse del bombardeo sobre Ucrania ordenado por su amigo Vladimir Putin ahora que las sanciones internacionales amenazan sus intereses económicos.
¿Se imaginan por cierto que esa cita tan exclusiva se hubiera celebrado tras la invasión? ¿Que las fortunas rusas hubieran sido descartadas de la lista de invitados? ¿A que no? Ahora entienden por qué no merecía la pena haber recibido la invitación.