
Sin Maldad / José García Abad
No son pocas las amistades, las malas compañías que le quedan a Don Juan Carlos en su exilio árabe, si contamos las del Golfo, en términos geográficos. Algunas se han quedado en el camino al no serles útiles el real emérito a quienes tanto se valieron de su influencia cuando estaba en activo, pero es en las dificultades cuando se prueba la calidad de las amistades y se distingue al amigo del aprovechado.
Amigo, aunque mala compañía, es el traficante de armas Abdul Rahman El Assir, con quien Don Juan Carlos compartía fabulosas monterías, que se pasea del real brazo por las calles de Abu Dabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos, donde ahora reside para escapar de la orden internacional de busca y captura por defraudar a la Hacienda española 14,7 millones de euros.

Amigo, aunque mala compañía, es el traficante de armas Abdul Rahman El Assir, con quien Don Juan Carlos compartía fabulosas monterías, que se pasea del real brazo por las calles de Abu Dabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos, donde ahora reside para escapar de la orden internacional de busca y captura por defraudar a la Hacienda española 14,7 millones de euros.
Esta información no facilita el intento de Don Juan Carlos de preparar su regreso a España, especialmente cuando la Fiscalía ha firmado la prórroga de las otras dos líneas de investigación contra el rey emérito
Esta información no facilita el intento de Don Juan Carlos de preparar su regreso a España, especialmente cuando la Fiscalía ha firmado la prórroga de las otras dos líneas de investigación contra el rey emérito, según adelantó la Cadena SER, que subrayaba: “De esta manera, el Ministerio Público se ha dado seis meses para continuar las pesquisas de todas las piezas que giran en torno a la fortuna de Juan Carlos I, aunque la intención sigue siendo la de archivar el caso”.
Una corte de golfos
Don Juan Carlos siempre presumió de que él no crearía una corte como hicieran sus antepasados. En efecto, no restauró una corte de aristócratas pero la sustituyó por otra más nefasta y comprometedora, más inquietante para la monarquía, la corte de los negocios integrada con distinta asiduidad a la Zarzuela, entre otros, por Manuel Prado y Colón de Carvajal, Javier de la Rosa, José María Ruiz-Mateos, Francisco Sitges, Tchokotua, ‘Los Albertos’, Cortina y Alcocer, Miguel Arias y, el más peligroso de todos, Mario Conde, que superó a todos en ambición. Una camarilla de aventureros y aprovechados que, en un porcentaje sonrojante, han terminado en la cárcel o están en su infamante lista de espera.
No buscaba Conde, prioritariamente, forrarse a la sombra del monarca como los aludidos; no era su principal objetivo, aunque sí uno de ellos, protegerse tras el escudo real en su aventurada forma de concebir los negocios, o simplemente beneficiarse del prestigio social de cazar, esquiar, navegar o divertirse con el monarca como tantos otros. Su objetivo supremo, aunque insisto no el único, consistía en obtener del monarca el poder político por detrás de las urnas.
Que vuelva y se explique
Está bien que el mal llamado Emérito del que se ha desprendido la palabra Rey vuelva a España. Que vuelva y se explique. Que haga un esfuerzo para no dañar a su hijo y a la institución que él refundó a la muerte de Franco. Que regularice y pague para que lleguemos a creernos que la ley es igual para todos.
La Monarquía no va a caer por el momento pues cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento, pero Felipe tiene que conseguir lo antes posible ganar la opinión del pueblo soberano. No le queda más remedio que gestionar el problema sobre la marcha, día a día, para lo que se impone la sinceridad y la transparencia.
Don Felipe y Don Pedro Sánchez tocan madera con la esperanza de que no salten hechos de Don Juan Carlos que conciernan al primero y a su familia pues es difícil creer que Felipe, como buen hijo que vive en la casa del padre, no sabía nada de los manejos paternos.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.