El 8M ha vuelto a las calles con las mismas diferencias que en 2020, las que apenas han logrado resolver en el Gobierno de coalición a propósito de proyectos como la ley trans. El PSOE y Unidas Podemos aparcaban sus diferencias para asistir a la misma manifestación, la oficial convocada por la Comisión 8M, pero lo hacían detrás de pancartas distintas. La socialista, con su vicesecretaria general, Adriana Lastra, y siete ministras. La de UP, con Ione Belarra e Irene Montero. No estuvo la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, porque era el cumpleaños de su hija.
… en una reivindicación feminista partida en dos

Mientras las socias de Gobierno mostraban unidad, el movimiento de las mujeres se rompía en dos. En la Gran Vía, escenario alternativo del Movimiento Feminista de Madrid, clamaron por la abolición de la prostitución, contra el “borrado de mujeres” -la autodeterminación de género contemplada en el proyecto de ley trans-; contra los vientres de alquiler y contra la ministra Irene Montero. Una de sus principales representantes es Ángeles Álvarez, exportavoz de Igualdad del PSOE. Aunque se la esperaba, no llegó a participar la exvicepresidenta Carmen Calvo.