
El Acento/ Inmaculada Sánchez.
Poco a poco volvemos a las antiguas costumbres. Pese a que las convocatorias por streaming a las que nos forzó la pandemia llegaron para quedarse, los actos y eventos que antes solían reunirnos retornan con fuerza. Y uno de los que más regocijo puede provocar en quienes nos ganamos la vida escribiendo es la presentación de un libro. Si la cita, además, es para celebrar la nueva criatura de uno de los más veteranos colaboradores de El Siglo me permitirán, queridos lectores, que esta semana ponga mi ‘Acento’ en ella y las palabras y reflexiones que brotaron a su calor.
Fue esta semana en El Delirio, una librería de referencia de Móstoles -aunque la onda expansiva de su ímpetu cultural vaya más allá de sus fronteras- donde Bruno Estrada nos convocó para hablar de su último libro: ‘1986. El año de las revoluciones rotas’. Estrada es un economista peculiar. Aunque no solo eso.
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Bajo el cobijo de la librería El Delirio, de Móstoles, y la excusa del nuevo libro de Bruno Estrada, surgió la chispa del encuentro, la charla y el debate sobre la furibunda reacción del sistema cada vez que la izquierda consigue armar una mayoría social capaz de revolucionar su status
Escribe una vez al mes en esta revista desde que, en 2017, le echamos el ojo como uno de los más interesantes fundadores del colectivo Economistas frente a la Crisis y yo le pedí que ofreciera sus certeros análisis a una ventana como El Siglo. De entonces a acá ya son varios los libros que lleva a sus espaldas, aparte de haber asesorado al Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz en los primeros compases de este Gobierno y crecido en ‘su casa’, Comisiones Obreras, donde trabaja desde hace años, hasta ocupar hoy el puesto de coordinador de la secretaría general de Unai Sordo. Somero currículum al que es obligado añadir su afición por la cultura, el cine y la literatura (hasta una obra de teatro se ha atrevido a escribir).
Prologa el libro, publicado por la siempre necesaria editorial Catarata, Daniel Bernabé, otra pluma de referencia en el agitado círculo del pensamiento de las izquierdas, quien no quiso perderse la convocatoria. El también articulista y tertuliano en medios, como la Cadena Ser, traza en su texto previo a «Las revoluciones rotas» una comparativa entre la isla Calavera, donde habita King Kong, y el sistema noeliberal que domina el escenario político desde los 80, con las victorias de Reagan y Thatcher. La pérdida del horizonte (la revolución añorada), el fallo de los habituales instrumentos de navegación (la organización sindical, la teoria política y la acción colectiva) o la desaparición de espacio y tiempo (sin fronteras para el dinero ni futuro en el que anclar la esperanza) son los elementos comunes en su metáfora. Para Bernabé, el libro de Estrada es «el mapa para escapar de este no-estado de las cosas, porque nos recuerda ese tiempo, ese año, donde lo neoliberal aún sólo existía como la perversiónde un grupo de economistas en Chicago».
El autor define el estilo de su obra como «realismo mágico político», al que el prologuista tilda de «acto literario afortunadamente ideológico». Yo añadiría que se trata de un texto novelado sobre el último año en el que hubo esperanzas al margen del poder. Porque Estrada repasa, a lo largo de distintas ciudades del mundo donde ocurrieron sucesos importantes aquel emblemático año -no solo Paris, sino también Saigón, México, Praga o Pekín-, lo que pudo ser y no fue a través de personajes ficticios, que se cruzan, conversan y hasta discuten con personajes reales del momento.
En realidad se trata de una alerta, explicó Bruno a los que se acercaron a la presentación. La reacción del sistema fue implacable ante las revueltas del 68. Y hay que estar preparado. Por eso cabe recordar un año del que tanto ya se ha dicho. Para eso está este libro y las charlas que acompañarán su lectura, en una librería o en cualquier otro lugar de encuentro.
Periodista y directora de ‘El Siglo’ desde 2011, revista que contribuye a fundar, en 1991, formando parte de su primer equipo como jefa de la sección de Nacional. Anteriormente trabajó en las revistas ‘Cambio 16’ y ‘El Nuevo Lunes’ y en la Cadena Ser. Actualmente también participa asiduamente en diferentes tertulias políticas de TVE y de Telemadrid.