¡Vaya gente! / Mara del Prado
La vacunación avanza en toda Europa. A ritmo más lento del deseado, pero notándose entre la población más vulnerable. Sobre todo entre las personas mayores, las que corren más peligro tras un contagio por coronavirus.
Pfizer, Moderna y Astra Zeneca se han dejado notar también en la crónica social. Antes del fallecimiento del duque de Edimburgo a los 99 años de edad, su mujer, la reina Isabel II, se reencontraba por primera vez sin mascarilla con el príncipe Carlos de Inglaterra. Madre e hijo, ambos inmunizados ya frente al Covid, posaron en esta semi normalidad mientras paseaban por los jardines de Frogmore House, muy cerca del castillo de Windsor donde ahora permanece el cuerpo del príncipe Felipe hasta su funeral.
Semejante estampa dejaba la Familia Real de Dinamarca días antes del 81 cumpleaños de la reina Margarita, una de las primeras vacunadas en su país. Sin mascarilla ni distancia, la soberana se reunió con su heredero, Federico, su nuera Mary, y sus nietos Josephine, Christian, Vincent e Isabella en el palacio de Marselisborg, residencia de verano de la soberana en Aarhus a tres horas al oeste de Copenhague, donde recibieron la primavera y felicitaron la Semana Santa con unas fotografías donde aparecen alrededor de una mesa decorando los huevos de Pascua sin más protección que los periódicos para evitar salpicaduras en la tabla. Como si vivieran en 2019. O hubiera arrancado varios meses al calendario. Anticipando lo que vendrá pero mientras media Europa mantiene las restricciones sociales.
Algo parecido ocurre con Victoria Federica. Desde el estallido de la pandemia parecería que la hija de la infanta Elena vive al margen de la crisis sanitaria porque las cámaras siempre han encontrado el momento de fotografiarla cuando se había bajado la mascarilla. La última vez, ni siquiera la llevaba a la vista. Total, vulnerada una medida contra la propagación del virus, vulneradas todas.
Porque la también sobrina de Felipe VI aparece en Hola junto a su novio, Jorge Bárcenas, caminando por el paseo marítimo de Marbella. Donde él tenía trabajo durante las vacaciones de Semana Santa como DJ, pero ella se estaba saltando el cierre perimetral decretado en todas las comunidades autónomas para evitar que se disparara la incidencia del Covid.
“No está claro si llegaron días antes de que se iniciaran las vacaciones o si había motivos justificados para el traslado”, considera la revista. Pero ante la duda de si la mascarilla se ha de llevar o no sobre la arena de la playa, objeto de debate entre Administraciones y empresas del sector turístico, la joven lo tiene claro. Tanto como su madre cuando se fue a vacunar a Abu Dabi antes que nadie de su edad y circunstancias. Por aquello tan Borbón de hacer valer su ‘real gana’.