
El Acento/ Inmaculada Sánchez.
Se ha confirmado este miércoles. El gobierno socialista de Portugal que dirige António Costa no cuenta con el apoyo parlamentario de sus hasta ahora aliados de izquierda para aprobar los Presupuestos del Estado del año próximo y el país se encamina a un adelanto electoral. La llamada ‘vía portuguesa’, ejemplo del posible entendimiento entre las izquierdas, pone su punto y final tras seis años de vida para desaliento de los progresistas de la Unión.
La ruptura llega justo cuando la socialdemocracia europea empezaba a levantar cabeza tras el triunfo en Alemania de Olaf Scholz, que negocia un gobierno sin los conservadores, y las recientes victorias de los socialistas en las principales alcaldías de Italia. Costa, que desde 2015 lideraba un difícil pero efectivo pacto entre socialistas, comunistas y verdes, ha sido incapaz de concitar ahora la complicidad del Bloco de Esquerda (BE) y del Partido Comunista de Portugal (PCP) para la estrategia de recuperación nacional tras la pandemia.

Sánchez y Costa se han encontrado en Trujillo un día después de que los socios del portugués dinamitaran la continuidad de su gobierno y poco antes del debate presupuestario español, que marcará la supervivencia de la legislatura
Portugal, al igual que España, espera los fondos de recuperación de la Unión Europea que, en el caso luso, se cifran en 16.600 millones de euros, vía transferencias y préstamos, hasta 2026. El cómo y dónde usarlos ha sido la causa del divorcio. Los Presupuestos de Costa planeaban una reducción del déficit público de más de un punto además de un recorte de impuestos a las clases medias y se apoyaban en la ayuda europea para proponer un incremento de la inversión pública que para sus socios parlamentarios, sin embargo, resultaba totalmente insuficiente. Catarina Martins, la líder del BE, la ha calificado de «anémica» mientras pedía mayor gasto en sanidad y pensiones y en ayudas de acceso a la vivienda.
La jeringonza, como despectivamente llama la oposición lusa a la mezcla de partidos que sostienen al Gobierno -en España gusta más lo de Frankenstein-, ha estallado después de haber sacado a Portugal, contra pronóstico, del pozo económico en que lo sumió la crisis financiera de 2008 y las exigentes medidas de austeridad impuestas por Europa. Precisamente, una de las exigencias del PCP y del Bloco adheridas a la fallida negociación presupuestaria era un cambio en la legislación laboral heredada de los requerimientos de la Troika (UE-BCE-FMI) que comandó el rescate de la economía portuguesa.
Los portugueses habían refrendado la gestión del gobierno de Costa en las últimas elecciones de 2019 dando el triunfo al Partido Socialista y poniendo la mayoría absoluta, de nuevo, en la suma con el BE y el PCP. Aún quedaban dos años para la siguiente cita con las urnas pero, inesperadamente, los tres socios no han sido capaces de coser un nuevo acuerdo. Las acusaciones mutuas y los lamentos fueron la tónica del debate parlamentario en el que salió derrotado el proyecto presupuestario y dictada la sentencia de muerte de la legislatura.
Portugal se pone en campaña electoral en el peor momento. Los comicios no podrán ser antes de finales de enero o febrero, con lo que los esperados presupuestos públicos se retrasarán, con suerte, hasta la primavera y, con ellos, la llegada de los fondos europeos. Los analistas del país vecino ya auguran, apoyándose en las encuestas, que los tres socios pagarán precio electoral por el desacuerdo y que la extrema derecha de Chega («Basta», en español), que hasta ahora sólo había conseguido entrar en el parlamento con un único diputado, podía salir beneficiada con una mayor representación.
Este jueves Pedro Sánchez y António Costa se han encontrado en Trujillo, dentro de la XXXI cumbre hispano-lusa, junto a una selecta representación de sus respectivos ministros. Y el viernes se presentan en el Congreso de los Diputados las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos españoles sin que, a la hora de escribir esta tribuna, haya certezas sobre el nivel de entendimiento entre el PSOE y sus aliados de legislatura. Seguro que Sánchez y Costa no han necesitado muchas palabras a la hora de saludarse.
Periodista y directora de ‘El Siglo’ desde 2011, revista que contribuye a fundar, en 1991, formando parte de su primer equipo como jefa de la sección de Nacional. Anteriormente trabajó en las revistas ‘Cambio 16’ y ‘El Nuevo Lunes’ y en la Cadena Ser. Actualmente también participa asiduamente en diferentes tertulias políticas de TVE y de Telemadrid.