
Sin Maldad / José García Abad
La princesa Leonor ha seguido, por la voluntad de su padre, la tradición de los últimos monarcas de hacer la carrera militar, un resumen ‘ad hoc’ de la misma. Alfonso XIII nació con uniforme militar, como rey militar; Juan Carlos I, por acuerdo entre Don Juan, su padre, y Franco, pasó por todas las academias militares con menoscabo de las civiles.

Contemplar la simpática figura de la princesa adolescente haciendo su trabajo de heredera del trono representa una buena aportación al rearme de una institución tocada por los pecados de su abuelo, una circunstancia, quizás más efectiva incluso que el comportamiento impecable de su padre.
Es como un paréntesis que sitúa a Leonor, despejando incertidumbres, una de las pocas ventajas de una institución que se basa en el principio escasamente democrático del poder transmitido por herencia. Así pudo vislumbrarse en la foto que vimos cuando la Princesa de 17 años vino desde el UWC Atlantic College de Gales (Reino Unido) donde hace el Bachillerato Internacional a Madrid para celebrar el cumpleaños del rey Felipe, que cumplía los 55 años
Las dudas se plantearon con el príncipe Felipe en un nuevo régimen de monarquía parlamentaria. Don Juan Carlos, que no da puntada sin hilo, aseguró levemente, en tono menor que diría González, que lo había hecho cuando era muy joven porque si lo iba dejando el Príncipe no lo aguantaría.
En mi opinión, Juan Carlos era muy consciente de que su uniforme militar le ayudó a mantenerse en el poder. Fue justamente el articulo de la Constitución que le atribuía el mando supremo de las Fuerzas Armadas, un título ambiguo pero que sería providencial frente al golpe de Tejero.
Leonor es la primera mujer que se encuentra en ese trance, en circunstancias históricas muy distintas. Precisamente por esa condición ha sorprendido esta decisión, limitándose la mayor parte de la prensa a comentar aspectos pintorescos con cierto aroma machista.
Una oportuna contribución
El rey Felipe ha montado la educación de su hija de acuerdo con el esquema que le organizó su padre: compartir una carrera militar abreviada con el diseño de una carrera civil producto, básicamente, de la fusión de Derecho con Económicas. Todavía no se ha revelado cual será la carrera civil de la Princesa, en la que deberían contar sus preferencias. Creo que ha sido un acierto insertarla en la formación militar, en la que, al parecer, su madre no estaba muy convencida.
Contemplar la simpática figura de la princesa adolescente haciendo su trabajo de heredera del trono representa una oportuna aportación al rearme de una institución tocada por los pecados de su abuelo, una circunstancia, quizás más efectiva, incluso, que el comportamiento impecable de su padre.
Parece como si se hubiera dibujado, como arcoiris, un leve paréntesis que sitúa a Leonor como símbolo para el futuro que pudiera despejar incertidumbres, una de las pocas ventajas de una institución que se basa en el principio escasamente democrático del poder transmitido por herencia.
Así pudo vislumbrarse en la foto que vimos cuando la Princesa, de 17 años, vino desde el UWC Atlantic College de Gales (Reino Unido), donde hace un Bachillerato Internacional, a Madrid, para celebrar el cumpleaños del Rey padre que cumplía los 55 años.
Por tierra, mar y aire
La veremos en infinidad de fotos durante los tres años de estudios militares por Tierra, Mar, Aire y el Espacio; en la Academia de Zaragoza; en su jura de la bandera; en la Escuela Naval; en la vuelta al mundo en el ‘Juan Sebastián Elcano’, y en la Academia General del Aire de San Javier, donde se incorporará al cuarto curso del Ejército de Aire al que se ha añadido el Espacio; y en sus ascensos junto a los compañeros de su promoción.
Compadezco a Leonor, una mano inocente en un proceloso ambiente político de alta contaminación, que según el comunicado oficial de la Casa Real “los Reyes acogen con satisfacción” y que la Princesa “sabe de la exigencia y del sacrificio que conlleva la vida castrense y es muy consciente del honor que supone formarse y servir junto a los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas”.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.