V. M.
Reina consorte y reina suplente. Doña Letizia ha dado un paso más en su papel institucional al lado de Felipe VI, que se ha quedado sin apenas banquillo y, cuando ha tenido que ser baja por lesión, ha recurrido a la única jugadora de la Familia Real a la que no han sacado tarjeta. La mujer del jefe del Estado salía al campo de juego nada más comenzar la cuarentena preventiva del rey y, antes de que él volviera a lucir el nueve, ella anotaba otro tanto en el marcador demostrando que, aunque nunca será titular, el monarca puede pasarle la pelota. Juan Carlos I decía de la reina Sofía que era una profesional. Su hijo tiene una compañera de equipo. Y eso, con la que está cayendo a su alrededor, no es poca cosa.
Las polémicas arrecian en Zarzuela y Felipe VI responde de la única manera posible. Después de que un contacto estrecho comunicara al rey que acababa de dar positivo en Covid, su buen amigo, Álvaro Fuster, Casa Real hacía pública la noticia subrayando que el monarca guardaría la preceptiva cuarentena de diez días. El PCR salió negativo y, aún así, sólo ha mantenido su agenda cuando las videoconferencias se lo han permitido. Transparencia, ejemplaridad y respeto a los protocolos sanitarios. No le queda otra cuando la justicia anda metida en palacio.
Finalizado el plazo de diez días, el monarca volvía a la primera línea presidiendo la reunión del Patronato de la Fundación Carolina en el Pardo y la reina consorte daba un paso atrás.
Después de Felipe VI, doña Letizia es la única persona en disposición de representar a la monarquía española
Por primera vez en el reinado de Felipe VI, doña Letizia reemplazaba al monarca el pasado 25 de noviembre, después de que Zarzuela hubiera modificado las previsiones de la semana nada más conocer el positivo de Fuster. El monarca tenía que haber presidido la inauguración del Tourism Innovation Summit prevista en el recinto Fibes de Sevilla y su mujer debía acudir al rescate.
Hablar en público nunca ha sido un problema para una experiodista de televisión y, desde que Casa Real diseñara para ella un papel institucional vinculado al tercer sector siendo aún princesa, esta clase de compromisos forman parte de su día a día. Pero, en el caso de que no hubiera sido así, no habría podido elegir.
Desequilibrio de fuerzas
Cuando sus hijos alcanzaron la mayoría de edad, Juan Carlos I contó con un equipo de cuatro personas; su esposa Sofía, que él definió como una “profesional”, las infantas Elena y Cristina, que hacían funciones de representación de la Corona por las que percibían un presupuesto indeterminado –el rey dispone “libremente” del Presupuesto de Casa Real, dice la Constitución–, y el entonces príncipe Felipe, a quien pronto pasó ‘los trastos’ para que fuera él quien acudiera a las tomas de posesión de los presidentes latinoamericanos.
Hoy, el rey tiene a un padre en el ‘exilio’ en medio de investigaciones judiciales en Suiza y España por presunto blanqueo de capitales y fraude fiscal, a una madre con perfil bajo desde que se viera salpicada por el caso de las tarjetas opacas en manos de la Fiscalía del Tribunal Supremo y a unas hijas pequeñas a las que quedan años de protección maternal antes de tener su propia agenda.
Estrella por diez días
No ha nacido ni se ha criado para ser reina pero, después de Felipe VI, es la única persona en disposición de representar a la monarquía española. Acarreando su leyenda negra -sus roces con su suegra y sus cuñadas, su mala relación con su suegro o los amigos de su marido, su supuesto carácter irritante o sus horarios de oficina-, pero con soltura y determinación en medio de la tormenta, dotando a la institución de un carácter corporativo un tanto aburrido que ayuda a atemperar el periodo febril que vive Zarzuela.
Profesional, compañera de equipo… La reina ha superado la cuarentena del monarca como si llevara tiempo preparándose para ello
Profesional, compañera de equipo… La reina ha superado la cuarentena de Felipe VI como si llevara tiempo preparándose para ello. En Sevilla se permitió bromear con la circunstancia confesando que, esa mañana, al monarca “le he dado mucha envidia cuando me he despedido de él”.
Después llegaría el viaje a Valencia, donde este pasado lunes le esperaban dos actos, la entrega de premios en la 32ª edición de los Rei Jaume I y la audiencia a una representación de la Policía Municipal de la ciudad, ambos en la Lonja de los Mercaderes.
Si en la capital hispalense habló en castellano y en inglés como deferencia a los asistentes extranjeros, en la ciudad del Turia alternó su idioma materno con el valenciano en un guiño a los locales. También allí transmitió el deseo de Felipe VI de haber podido asistir al acto y su cariño a unos galardones que apoyan la excelencia y proyección internacional.
Lo hizo ayudándose del móvil para no perder el hilo de su discurso, un método más sostenible que las copias en papel. Con su fama de perfeccionista, parecería que hubiera aprovechado la cuarentena del rey para hacerlo mejor que el jugador titular.