¡Vaya Gente! / Mara del Prado
Prietas las filas en defensa de la reina Sofía. Ha sido aparecer la primera sombra de duda sobre la madre de Felipe VI y la prensa del corazón, la que más fidelidad ha demostrado a la monarquía en general y a la emérita en particular, ha salido en su defensa con la mejor excusa posible, su 82 cumpleaños. De hecho, ha sido fruto de la casualidad que Hola haya aparecido en los quioscos con un amplio despliegue sobre “la verdad de su vida de hoy”.
La edición digital de la revista promete el relato actual de una mujer que “no ve el encierro como una opción en estos tiempos de pandemia y está encantada de poder ayudar a quienes más lo necesitan, lo que se ha traducido en una agenda que ha ido sumando apariciones en las últimas semanas”. Tanto es así que “quiere conocer los cincuenta y cuatro bancos de alimentos que hay en España y seguir apoyando el turismo y la hostelería durante sus viajes”. Casi nada. Eso es como decir que pretende echarse sobre los hombros la solución a los más graves efectos de la crisis provocada por el Covid.
La publicación presume además de revelar la verdad sobre la vida de Sofía de Grecia, “sus retos e ilusiones a la espera de su reencuentro con el rey don Juan Carlos”, asegura, dando por hecho el regreso del exmonarca residente en los Emiratos Árabes Unidos con posible destino paradisíaco en República Dominicana. Para más señas, “espera pasar la Navidad junto a su marido”.
La celebración del cumpleaños, revela la revista, fue en familia, “junto a su inseparable hermana, la princesa Irene”, y la visita de algunos de sus nietos. Que no recibieron una propina de la abuela porque presuntamente ya tienen sus propias tarjetas opacas. Pero esa es otra historia.
En una vuelta de tuerca más a ese estilo de vida y esas inquietudes que rozan la perfección, la reina Sofía se fue al día siguiente al Auditorio Nacional “apoyando la música clásica”. Y no de cualquier manera. Se trataba de concierto extraordinario en beneficio de las becas anuales de ampliación de estudios en el extranjero de las Juventudes Musicales de Madrid.
Ese mismo día, eldiario.es publicaba que, como Juan Carlos I, la emérita está siendo investigada por la Fiscalía Anticorrupción por el uso de tarjetas de crédito opacas con fondos procedentes del extranjero. Pero a ver si se hizo un lío porque ella ha usado la suya en sus viajes a Londres, donde mantiene su residencia habitual a pesar de lo mucho que hace por España.
Quien no ha usado estas tarjetas es Felipe VI. Ni sus hijas. Ni su esposa, doña Letizia. La reina nunca despertará las simpatías de su suegra. Pero a ella no se le ha pillado en un renuncio. Ahí la tenían en medio del último chaparrón de su familia política, participando en una entrega de premios del Banco Santander en reconocimiento de las ONGs que trabajan en favor de los sectores más vulnerables afectados por la pandemia. “Yo confío en mi país”, dijo la reina. Llamando tal vez la atención para que, visto lo visto, se empiece a confiar un poco más en ella.