
El Acento/ Inmaculada Sánchez.
“No voy a contribuir a generar ningún titular que perjudique a Yolanda, a la candidatura del cambio, ni al frente amplio o como leches se termine de llamar”. No le hacía falta decir mucho más. Pablo Iglesias manifestó abiertamente este lunes en la Cadena Ser su enfado y malestar con las formas y el fondo con que ha nacido la primera candidatura de confluencia a la izquierda del PSOE tras su marcha de Podemos, la que se presenta a las elecciones andaluzas del próximo junio. El «como leches se termine de llamar», según dijo Iglesias, es para el presidente Sánchez «el espacio de Yolanda Díaz», tal como él lo llamó por su parte en TVE, y para no pocos periodistas de la corte madrileña, simplemente «lo de Yolanda».
En Andalucía el nombre de la coalición ya resultó uno de los principales escollos a salvar. Los morados insistían en la presencia en la papeleta de la palabra Podemos o la palabra Unidas, sabedores de que las denominaciones siempre tiene consecuencias. Finalmente se pactó un inocuo ‘Por Andalucía’, candidatura que se ha presentado esta semana teniendo que pedir disculpas por el espectáculo en lugar de irradiando ilusión por el difícil pacto conseguido.

Las fuerzas políticas que aspiran a engancharse al todavía difuso proyecto de Yolanda Díaz tienen ante sí un reto de altura: superar la cainita tradición de la izquierda española. Lo de Andalucía no ha sido un buen comienzo pero hoy, tras el fin del bipartidismo y el auge de la ultraderecha, son capaces de alumbrar o vetar gobiernos, y a tal responsabilidad se deben
Los de Yolanda, en Madrid, se han apresurado en desmarcar a su jefa del abrupto parto, que tiene a la candidatura enredada en un lío legal de compleja solución del que dependerá la financiación pública o el reparto interno de dineros, puestos y poder político. Casi nada. Su cabeza de lista, Inmaculada Nieto, portavoz de IU en el parlamento andaluz y cuyo nombre se ha impuesto al que quería Podemos, su diputado en el Congreso por Cádiz y guardia civil de profesión, Juan Antonio Delgado, intenta reparar las grietas y repite en entrevistas y declaraciones que, pese a lo visto, a partir de ahora todo irá como la seda.
La ministra de Trabajo fue crucial para decantar la balanza hacia el liderazgo de Nieto y de Izquierda Unida en la confluencia. IU, en Andalucía, tiene mucho más músculo y tamaño que Podemos, y Díaz se personó en la reciente Feria de Abril para pasearse por el Real con Nieto del brazo y Alberto Garzón a su vera, visita que Iglesias, esta semana, calificaba así: «En el último momento intervino Yolanda Díaz y dijo, la cantidata tiene que ser ésta, y Podemos se cuadra aunque no estemos de acuerdo».
‘Lo de Yolanda’ ha hecho su primera y principal apuesta pública. Pero no ha salido como se esperaba. El traspiés, que los analistas de ‘El Siglo’ ya valoran en nuestro Panel de influencia de este mes bajando la puntuación a la ministra (pasa del segundo puesto, tras el presidente, hasta el quinto), no sólo la concierne a ella y a su «proyecto de escucha», como le gusta denominarlo. Si «lo de la izquierda» del PSOE flaquea, difícilmente podrá reeditarse un gobierno de coalición como el actual tras las próximas elecciones generales, a las que ya les queda poco más de un año… o menos, si Sánchez calcula que su proverbial condición de ‘resistente’ deja de sumar en sus expectatIvas electorales.
Las fuerzas políticas que aspiran a engancharse a ese todavía difuso proyecto de Yolanda Díaz tienen ante sí un reto de altura: superar la cainita tradición de la izquierda española a la que un día, ya demasiado lejano, logró conjurar una generación de nuevos y frescos políticos bajo el nombre de Podemos. Mucho ha pasado desde entonces, en unos apresurados y vertiginosos tiempos políticos como no se habían visto en España, ni en el mundo, en muchas décadas. Hoy, el fin del bipartidismo y el auge de la ultraderecha exije aún más a las fuerzas que, en otros tiempos, apenas aspiraban a poco más que dejar oir su voz en el Congreso. Hoy son capaces de alumbrar o impedir gobiernos y a tal responsabilidad se deben. Lo de Andalucía no ha sido un buen comienzo y el 19-J emitirá su veredicto… a ‘lo de Yolanda’, a ‘lo de la izquierda’ y a ‘lo de la unidad’.
Periodista y directora de ‘El Siglo’ desde 2011, revista que contribuye a fundar, en 1991, formando parte de su primer equipo como jefa de la sección de Nacional. Anteriormente trabajó en las revistas ‘Cambio 16’ y ‘El Nuevo Lunes’ y en la Cadena Ser. Actualmente también participa asiduamente en diferentes tertulias políticas de TVE y de Telemadrid