
El Acento/ Inmaculada Sánchez.
La larga y cruenta batalla por la reforma laboral concluída esta semana ha dejado un inesperado escenario de ganadores y perdedores que habrá que explorar con cautela para acertar en el nuevo mapa político que se abre a partir de ahora. Pero lo que ya se percibe con nitidez, nada más conocerse la votación en el Congreso de este jueves, es que la victoria del Gobierno no ha alcanzado por igual al presidente Sánchez y a la vicepresidenta Díaz.
Es más, el primero ha acaparado todos los laureles del triunfo parlamentario mientras que la segunda, que conquistó el difícil acuerdo entre empresarios y sindicatos, ha ‘sufrido’ el visto bueno del Congreso como una singular derrota. Sus esfuerzos por incorporar a ERC y EH Bildu al bando del ‘si’ y desplazar a Ciudadanos en las aritméticas del Gobierno han resultado baldíos. Yolanda Díaz, ya lo viene demostrando hace tiempo, no es Pablo Iglesias.

Sánchez ha acaparado los laureles del triunfo parlamentario de la reforma laboral mientras Díaz, que logró el acuerdo empresarios-sindicatos, lo ha ‘sufrido’ como una singular derrota
Al anterior líder de Podemos se deben las complejas costuras que mantuvieron unidos a los socios de la izquierda parlamentaria con el Gobierno de Sánchez, impidiendo que los Presupuestos Generales, tanto de 2021 como de 2022 que han mantenido viva la legislatura, se anclasen en apoyos más a la derecha del hemiciclo, como el de Ciudadanos. Sin embargo, la reforma laboral, una de las banderas de mayor calado político del actual Ejecutivo y la principal en la hoja de ruta de Yolanda Díaz como futura líder a la izquierda del PSOE, ha quebrado esa unidad, que se ha mostrado tan costosa como frágil de mantener tras la marcha de Iglesias.
La derogación, sólo parcial, de la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Rajoy en 2012 ha superado, aunque en el último minuto y por la mínima, el trámite parlamentario sin cambiar ‘una coma’, tal como quería Moncloa, la patronal y Bruselas, y tenían asumido los sindicatos, quienes fiaban a futuras negociaciones todo lo que se han dejado por el camino. Los socios díscolos han querido suavizar el portazo asegurando en el debate del Congreso que su negativa no rompía todos los lazos y que aún queda legislatura y acuerdos que tejer, aunque todos saben que queda poco hilo en el ovillo. Las lecciones son de pura política.
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz se sientan en el mismo Consejo de Ministros pero a no mucho tardar serán, si la vicepresidenta completa el camino que se ha trazado, adversarios electorales. La aprobación de la reforma laboral ha sido su primer asalto y el resultado demuestra que, a partir de ahora, lo que gane Sánchez, lo pierde Díaz.
Periodista y directora de ‘El Siglo’ desde 2011, revista que contribuye a fundar, en 1991, formando parte de su primer equipo como jefa de la sección de Nacional. Anteriormente trabajó en las revistas ‘Cambio 16’ y ‘El Nuevo Lunes’ y en la Cadena Ser. Actualmente también participa asiduamente en diferentes tertulias políticas de TVE y de Telemadrid.