Destacado Económico / N.L.
Durante los últimos meses, los costes de financiación de los hogares y las empresas han seguido elevándose de forma generalizada por instrumentos y modalidades, según el ‘Informe de la Situación Financiera de los Hogares y la Empresa’ del Banco de España, referente al primer semestre de 2023.
Esta evolución es un reflejo del cambio de tono de la política monetaria del Banco Central Europeo. Dicho cambio comenzó a finales de 2021 y ha supuesto, hasta ahora, un aumento de los tipos de interés oficiales en el área del euro de 400 puntos básicos.
Este incremento se ha transmitido de forma inmediata a los tipos de interés de referencia de los mercados financieros. Por su parte, la traslación de este aumento de los tipos de referencia a los nuevos préstamos para adquisición de vivienda está siendo más lenta de lo que sugieren las regularidades históricas, mientras que sería similar en el caso de la nueva financiación a las empresas. En paralelo, la oferta de crédito bancario se estaría volviendo más restrictiva. Así lo indican las últimas encuestas disponibles realizadas tanto a los prestamistas (bancos) como a los prestatarios (empresas y hogares).
De acuerdo con los bancos, la contracción de la oferta de crédito se explicaría fundamentalmente por el aumento de los riesgos percibidos, asociados al deterioro de las perspectivas macroeconómicas, así como por su menor tolerancia a ellos.
El aumento de las dificultades de acceso al crédito habría afectado especialmente a las familias de menor renta y, en el caso de las empresas, a las de menor tamaño, las constituidas recientemente y las que presentan mayores vulnerabilidades financieras.
En el caso de las familias, el retroceso ha sido más marcado en el segmento de los préstamos para adquisición de vivienda. En el de las empresas, la contracción es más acusada en los préstamos de mayor importe y en las emisiones de valores de renta fija, operaciones que son realizadas generalmente por las compañías de mayor dimensión.
Caída de la deuda
El descenso de los nuevos flujos de financiación también ha supuesto una caída de la deuda de estos sectores, que en el caso de los hogares se ha visto reforzada por un aumento de las amortizaciones de las hipotecas vivas, fundamentalmente de los préstamos a tipo variable, cuyo coste se ha incrementado sensiblemente en los últimos meses.
La situación económica de los hogares ha experimentado una mejora, con una recuperación progresiva del poder adquisitivo perdido desde 2021 como consecuencia de la elevada inflación, si bien se ha intensificado el efecto adverso de la subida de los tipos de interés sobre la renta disponible de los deudores.
La recuperación reciente del poder adquisitivo estuvo apoyada, fundamentalmente, en la mejora del empleo, el aumento de los salarios nominales y la menor inflación de los precios de consumo. Por otra parte, el coste medio de la deuda viva se ha elevado en un 65% entre diciembre de 2021 y abril de 2023, y este efecto se ha concentrado en aquellas familias con préstamos a tipo de interés variable, que representan cerca de la tercera parte del total.
Simulaciones basadas en microdatos evidencian que los hogares con menor renta están en una peor situación relativa para afrontar el repunte de la inflación y, en el caso de los endeudados, el mayor coste de sus deudas.
La tasa de ahorro de los hogares ha abandonado la tendencia descendente observada tras alcanzar niveles históricamente altos durante la pandemia. El repunte reciente de la tasa se habría visto impulsado por la mejora en la capacidad adquisitiva de las familias, así como por la contracción del consumo.
En cualquier caso, el comportamiento de la tasa de ahorro durante los últimos años ha sido compatible con la acumulación de activos líquidos por parte de los hogares. Desde finales de 2022, se observa una recomposición de estos activos desde el efectivo y los depósitos a la vista hacia instrumentos con una mayor rentabilidad esperada, como las letras del tesoro, los depósitos a plazo y los fondos.

El aumento de las dificultades de acceso al crédito habría afectado especialmente a las familias de menor renta y, en el caso de las empresas, a las de menor tamaño, las constituidas recientemente y las que presentan mayores vulnerabilidades financieras. / EP
Los hogares han reforzado su posición patrimonial a nivel agregado desde finales de 2022, si bien los segmentos más vulnerables habrían experimentado un deterioro mayor en su capacidad de devolución de la deuda o de hacer frente a otros gastos. Así, la información del cuarto trimestre de 2022 evidencia un aumento de la riqueza bruta en términos reales, tras las caídas de los trimestres anteriores, gracias a la moderación de la inflación.
Además, la ratio de deuda sobre la renta disponible de los hogares descendió notablemente en 2022 como consecuencia del dinamismo de los ingresos nominales y, también, aunque en menor medida, de la reducción de los saldos de deuda. De este modo, al cierre del pasado año este indicador se situaba en los niveles más reducidos desde 2003. A pesar de ello, las familias con deudas a tipo de interés variable, y especialmente aquellas con rentas más bajas, habrían experimentado mayores dificultades para hacer frente al servicio de su deuda o a otros gastos.
En este contexto, se detectan algunos indicios de deterioro de la calidad crediticia en los préstamos concedidos a los hogares. Aunque los créditos dudosos continuaron descendiendo con fuerza, desde finales de 2022 se observa un repunte de los préstamos clasificados por los bancos en la categoría de vigilancia especial. Este aumento afectó al crédito para adquisición de vivienda y, en mayor medida, al destinado al consumo.
Aumentaron los excedentes empresariales
En cambio, en la financiación concedida a los empresarios individuales se prolongaron las caídas tanto en los dudosos como en los clasificados en vigilancia especial. La situación económica de las empresas ha seguido mostrando, en conjunto, una evolución favorable, aunque con cierta heterogeneidad por sectores.
Así, de acuerdo con la Central de Balances Trimestral, en el primer trimestre de 2023 aumentaron los excedentes empresariales, impulsados por el avance de la actividad económica y, en algunos casos, por la recuperación de los préstamos dudosos que son aquellos que, o bien presentan un evento de incumplimiento, es decir, tienen importes vencidos con antigüedad superior a noventa días, o bien cuentan con otros indicadores negativos.
Los préstamos en vigilancia especial son aquellos cuyo riesgo de crédito ha aumentado significativamente desde su origen, pero no presentan las condiciones para ser clasificados como dudosos. Incluyen, de forma general, aquellos que tienen importes vencidos con antigüedad superior a treinta días.
Como resultado de todo ello, la rentabilidad de las empresas se situaría, en la mayoría de las ramas, en niveles superiores a los de antes de la pandemia, a pesar de que los mayores costes del servicio de la deuda estarían frenando el crecimiento de los beneficios empresariales. En todo caso, hay que tener en cuenta que estos resultados están basados en una muestra reducida de empresas, generalmente de gran dimensión.
En este sentido, la información cualitativa procedente de encuestas realizadas a empresas evidencia una peor evolución de los beneficios de las compañías de menor tamaño. Los colchones de liquidez de las empresas no han mostrado variaciones significativas durante los últimos meses y se mantendrían en niveles superiores a los de 2019.
Esta conclusión se desprende tanto de los balances de las empresas como de los datos de las líneas de crédito disponibles en la Central de Información de Riesgos. Los colchones de liquidez a través de esta última vía son más relevantes para las sociedades de mayor tamaño que para las pequeñas.
Al igual que en el caso de los hogares, las ratios de deuda sobre las rentas de las empresas también han descendido en los últimos trimestres, si bien ha repuntado la proporción de los beneficios destinada al servicio de la deuda.
La caída de la ratio de endeudamiento se ha visto favorecida tanto por la mejora de los excedentes como por un descenso de los recursos ajenos. Por su parte, el repunte de la carga de la deuda –que ha sido moderado, si bien muy generalizado por sectores– se explica por el aumento de su coste medio, resultado de la traslación gradual al coste de estos pasivos de la subida de los tipos de interés.
Descienden los préstamos dudosos
En este contexto, la proporción de empresas financieramente vulnerables habría continuado descendiendo y no se aprecian señales de un deterioro significativo de la calidad crediticia de las empresas. Así, los préstamos dudosos y en vigilancia especial de este sector han continuado descendiendo durante los últimos meses.
Las caídas han sido más acusadas en los sectores que se vieron más afectados por la pandemia, cuya capacidad de pago ha mejorado de forma notable desde 2022, al normalizarse la actividad económica tras el levantamiento de las restricciones a la movilidad. Tampoco se observa un deterioro de las calificaciones crediticias de los bonos emitidos por las empresas ni un repunte en el número de insolvencias corporativas.
Cae la solicitud de prestamos para la vivienda
La proporción de hogares que esperan con una probabilidad elevada solicitar préstamos para la compra de un vehículo en los próximos doce meses ha seguido disminuyendo en el primer trimestre de 2023, continuando con la tendencia mostrada desde mediados de 2021
En el caso de los préstamos para la compra de vivienda, el porcentaje de hogares que esperan con alta probabilidad realizar una solicitud en los próximos doce meses se ha mantenido estable en los últimos trimestres, si bien es inferior a los niveles registrados en la segunda mitad de 2021. De cumplirse estas expectativas, se produciría un freno en la caída de las solicitudes de préstamos para adquisición de vivienda
Desde el verano de 2022 se ha reducido significativamente la nueva financiación para adquisición de vivienda recibida por los hogares, aunque en abril de 2023 era todavía un 23% superior a la registrada en 2019. La concedida a los trabajadores autónomos ha disminuido más moderadamente, mientras que la destinada al consumo ha mostrado una mayor estabilidad. En ambos casos los importes son inferiores a los niveles medios de 2019.
El aumento del diferencial entre el coste de los préstamos vivos a tipo variable y la rentabilidad esperada de las inversiones de menor riesgo ha favorecido un aumento de las amortizaciones de hipotecas. Esto, unido a la menor iniciación de préstamos, se ha traducido en una reducción de los saldos vivos de crédito bancario.
La renta nominal de los hogares ha crecido notablemente en el último trimestre de 2022 y el primero de 2023, apoyada, en buena medida, por la robustez de las rentas del trabajo y de la actividad económica. Este incremento y la mayor estabilidad de los precios de consumo desde mediados de 2022 han permitido recuperar una gran parte del poder adquisitivo perdido desde 2021 por la inflación.
En el primer trimestre de 2023 continuó el endurecimiento de los criterios de concesión de préstamos, mayor para las pymes en términos acumulados desde finales de 2021. Los bancos anticipan que esta tendencia se prolongará en el segundo trimestre, aunque a un ritmo menor. Esta evolución sería consecuencia, principalmente, del deterioro de las perspectivas económicas.
La Encuesta sobre el Acceso a la Financiación de las Empresas en el área del euro (SAFE, por sus siglas en inglés) también revela un deterioro en la percepción de las pymes españolas sobre la disponibilidad de crédito bancario desde principios de 2022. En cambio, para las empresas grandes este acceso a la financiación se habría mantenido, en conjunto, sin cambios significativos entre abril de 2022 y marzo de 2023.

En detalle
—En la financiación bancaria, la pérdida de dinamismo está siendo más acusada en los préstamos de más de un millón de euros.
—En la financiación con valores de renta fija, la caída de los fondos captados se explica por las menores emisiones a plazos de hasta un año, puesto que las de vencimiento superior han aumentado ligeramente, revirtiéndose la tendencia observada al inicio del ciclo de endurecimiento monetario, en un contexto de mayor estabilidad de los costes de financiación en los últimos meses.
—La disminución del flujo de las nuevas operaciones se ha reflejado en una reducción del saldo vivo de deuda de las empresas. No obstante, este saldo ha continuado por encima de los niveles previos a la pandemia.
—La facturación de las empresas no financieras siguió aumentando a un ritmo elevado en el primer trimestre de 2023
—Según la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) , el valor nominal de las ventas aumentó un 11% en el primer trimestre de 2023, crecimiento algo más moderado que el registrado tanto en el mismo período de 2022 como en el conjunto del año (22,9% y 20,8%, respectivamente). Por sectores, se observan incrementos en todas las ramas de actividad, si bien casi siempre algo menos intensos que un año antes
—La muestra trimestral de la Central de Balances revela un crecimiento de las ventas mucho más contenido entre enero y marzo, de tan solo un 0,7%. No obstante, este dato está muy condicionado por el comportamiento de algunas empresas grandes del sector de la energía, rama de actividad que no está incluida en los datos de la AEAT. El dato mediano de las ventas, que refleja mejor la evolución registrada en la mayoría de las empresas, evidencia un aumento interanual del 6,2%.
—La información cualitativa de la Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE) apunta a un mayor dinamismo de la facturación en el segundo trimestre de 2023.
—Los márgenes medios sobre ventas habrían repuntado en el primer trimestre de 2023, aunque con elevada heterogeneidad entre sectores
—El margen medio sobre ventas, calculado como la ratio entre el excedente de explotación y el importe neto de la cifra de negocios, repuntó en el primer trimestre de 2023 en relación con el mismo período de 2022, revirtiendo la caída observada un año antes
—Por sectores se observa una elevada heterogeneidad. En la rama de energía se produjo el mayor aumento, revirtiéndose en gran medida la fuerte caída de un año antes, explicada fundamentalmente por la evolución del subsector de las empresas comercializadoras del mercado libre de electricidad y de gas natural. Muchas de estas compañías se vieron negativamente afectadas en 2022 por el aumento de los costes de la energía, al no poder trasladarlo completamente a sus clientes por la existencia de contratos con precios fijos en el corto plazo. Sus márgenes se han ido recuperando una vez que han podido ir actualizando sus precios de venta y sus costes se han reducido.
—En el sector de información y comunicaciones, el margen medio sobre ventas aumentó, rompiendo la tendencia descendente de los años anteriores. Por el contrario, en la industria se redujo. Esta evolución estuvo condicionada por el subsector de refino. Excluyéndolo, se observa un aumento del margen, tras la caída observada un año antes como reflejo de la dificultad que tuvieron muchas empresas de esta rama en trasladar el aumento de sus costes a sus clientes. Por último, en el comercio y hostelería los márgenes se redujeron ligeramente, tras el repunte de 2022.
—El número de concursos de acreedores de empresas repuntó durante la segunda mitad de 2022, condicionado por la finalización de la moratoria concursal.
—En el primer trimestre de 2023, la ratio de concursos respecto al número de sociedades activas se situaba en niveles ligeramente superiores a la media que se obtiene desde 2005, pero inferiores a los observados durante la crisis financiera global.
—Si bien se observa un crecimiento de la ratio de disoluciones en los últimos meses, todavía se sitúa en niveles muy reducidos (0,25% del total de empresas activas en abril). Además, la constitución de nuevas sociedades mantiene el dinamismo observado tras la normalización de la actividad en 2021, situándose la ratio de creación neta en el 0,83% en abril, por encima de los niveles de 2019
Evolución de las restricciones en el acceso a la financiación bancaria de las empresas española
El acceso a la financiación bancaria es un condicionante muy importante de las decisiones de inversión de las empresas y puede también afectar a otras variables, como el crecimiento de las ventas o la contratación de personal según la encuesta sobre el acceso a la financiación de las empresas (SAFE, por sus siglas en inglés), elaborada semestralmente por el Banco Central Europeo (BCE), para analizar la evolución de este acceso a la financiación bancaria poniendo especial énfasis en el período más reciente de endurecimiento de la política monetaria.
En este contexto, se examina si existen más restricciones para las empresas que suelen presentar mayores dificultades de acceso al crédito: las de menor tamaño, las más jóvenes y las más vulnerables.
Una proporción considerable de las pymes tienen una dependencia elevada de los préstamos bancarios. Así, en promedio, alrededor del 55% de las pymes españolas que participan en la SAFE consideran los préstamos bancarios una fuente de financiación relevante. De estas empresas, sólo un tercio, de media, han declarado que han utilizado nueva financiación de este tipo en los últimos seis meses. Estos patrones se han mantenido estables desde 2014 hasta la actualidad.
La proporción de pymes con restricciones en el acceso a los préstamos bancarios, que son su principal fuente de financiación, partía en 2014 de niveles aún elevados después de la crisis financiera global –por encima del 20%– y mostró una senda descendente hasta la primera ola de 2019, que comprende el período entre octubre de 2018 y marzo de 2019, cuando alcanzó un mínimo del 7%. Posteriormente, esta ratio se mantuvo por debajo del 10%, salvo por un repunte temporal durante la pandemia. En 2022, coincidiendo con el endurecimiento de la política monetaria del BCE, se observó un aumento en el porcentaje de empresas con dificultades de acceso al crédito.
Este porcentaje se habría situado por encima del 11% en la última ola, que cubre el período comprendido entre octubre de 2022 y marzo de 2023, y se habría colocado, así, en niveles máximos desde 2016. El aumento de este indicador desde la segunda ola de 2021 es moderado y vendría explicado por el mayor porcentaje de empresas afectadas por el rechazo de sus solicitudes [2,3 puntos porcentuales (pp)]. De manera complementaria, tanto el aumento de la demanda desanimada (0,7 pp) como el de los rechazos por el coste de la financiación ofrecida (0,5 pp) se mantienen en niveles modestos.
Los resultados confirman que existen mayores dificultades de acceso al crédito para las empresas de menor tamaño, las más jóvenes y las más vulnerables. En concreto, durante el período comprendido entre 2016 y 2019, las microempresas y empresas pequeñas españolas tendrían una probabilidad superior en 15 pp y 6 pp, respectivamente, de experimentar restricciones en el acceso a la financiación bancaria en comparación con las empresas medianas.
Asimismo, la probabilidad de que las empresas jóvenes y las más vulnerables sufran restricciones es 7 pp y 12 pp superior a la de aquellas más maduras y aquellas menos vulnerables, respectivamente. Además, en 2022, se observa un aumento en las dificultades a las que se enfrentan este tipo de empresas. Así, la probabilidad de sufrir restricciones habría aumentado 5 pp y 3 pp para las micro y las pequeñas empresas. Las más vulnerables también han sufrido un aumento en la probabilidad de estar restringidas (3 pp adicionales).
La estratificación de la SAFE por tamaño consta de tres categorías de pymes: microempresas (de 1 a 9 empleados), pequeñas empresas (de 10 a 49 empleados) y empresas medianas (de 50 a 249 empleados). El aumento para las empresas jóvenes ha sido más notable en términos de la estimación puntual (9 pp), si bien el coeficiente obtenido no es estadísticamente significativo. Ello se debe a que el error estándar asociado a la estimación es elevado, dado el reducido número relativo de empresas de la muestra con menos de cinco de años desde el momento de su constitución (menos del 3 %).