Confidencial TV / Jorge Vegas
Con una diferencia de unos siete meses desde que tomara posesión el equipo directivo de la antigua Mediaset España, a día de hoy rebautizada como Media for Europe por su pertenencia a ese grupo continental, han cambiado mucho las cosas, y basta la eliminación de un párrafo en una nota informativa para expresar las intenciones. Medio año atrás, cuando se describían las funciones del presidente Borja Prado (BP), se añadía una importante coletilla atribuyéndole «labores de apoyo y colaboración en la línea editorial de los programas informativos», es decir, BP tenía capacidad para imponer una orientación determinada a dichos contenidos.
Ahora, en un nuevo comunicado en el que se describe la actual estructura de la alta dirección y las funciones del grupo audiovisual, Prado aparece desempeñando sólo las de representación institucional que corresponden a una presidencia, mientras el peso de las decisiones ejecutivas se atribuye al consejero delegado, Alessandro Salem. Es decir, se trataría de una situación parecida a la de gobiernos y empresas donde hay una figura en la cabecera con funciones de representatividad honorífica y emblemática, pero donde el peso de las decisiones recae en el primer ministro o en la dirección ejecutiva.
En la tramoya de este alto ‘staff’ se traslucen varias cosas. En primer lugar, una lucha soterrada entre dos concepciones diferentes en torno a una empresa audiovisual, entre la continuidad del ‘modelo Vasile’ sostenido durante 23 años en Telecinco, basado en el entretenimiento y la búsqueda de audiencia y rentabilidad, sin una vinculación ideológico-política concreta; y el de Borja Prado, que aunque lleva muchos años en la empresa, con la marcha del anterior consejero delegado aspiraba a reconducir los contenidos hacia otro modelo de programación más conservador bajo la etiqueta de lo ‘familiar’, y en lo político a una fiscalización sobre los informativos en pro de una reorientación cercana a lo que sería un gobierno PP-Vox, con el tan comentado presumible giro a la derecha de Telecinco y el resto de los canales.
Con la nueva definición de funciones, Salem, consejero delegado, tiene los poderes de Vasile, y a Borja Prado corresponden ‘exclusivamente’ los de representación institucional. El intento de Prado de eliminar contenidos de la programación de entretenimiento caracterizados por su espontaneidad y ‘atrevimiento’ que dieron personalidad y audiencia a Telecinco en la etapa de Vasile, para dar paso a una ‘programación familiar’ de tono conservador topa con la realidad de los números: en los últimos meses Telecinco no ha reducido la distancia con Antena 3. Todavía el grupo no ha notado ese ‘sorpasso’ en los ‘números’ y la rentabilidad de la empresa sigue siendo alta, pero en los próximos ejercicios se podría percibir en términos económicos si es que varían los contenidos hasta otro modelo alejado de lo que ha venido siendo Telecinco.
La situación ha puesto en evidencia dos posiciones, la de Borja Prado, conservadora desde el punto de vista de los enfoques y contenidos, y la de ‘los italianos’ más ‘profesional’ buscando la rentabilidad y la ampliación de la base de sus espectadores para recuperar el protagonismo en la media mensual que tuvo hasta tiempos recientes.
La ‘prueba de fuego’ de los primeros cambios en la parrilla de programación se evidencia en estas fechas con la entrada en emisión de la tira de ficción diaria ‘Mía es la venganza’ ocupando el espacio de una de las bandas que hasta ahora tuvo ‘Sálvame’; de la que se han contratado al menos tres temporadas de emisión, y la llegada en julio de los magacines reemplazando a este último programa que durante años fue el banderín y emblema de la casa.
En esa aparente pugna de identidades se atribuye a Borja Prado la intención de despedir a Jorge Javier Vázquez, aunque ello suponga tener que indemnizar porque su contrato vence en 2025, mientras Alessandro Salem sería partidario de seguir contando con el periodista-presentador que continúa de baja sin que nadie se atreva a decir cuál podría ser su fecha de vuelta. Quitar a Borja Prado su intención de influir en la línea editorial de Mediaset como se adelantó medio año atrás se ha venido abajo ante la firme decisión de los ‘italianos’. Roce que se pondrá a prueba en los próximos meses.
La descripción de las competencias entre los máximos responsables de la compañía, donde Borja Prado deja de aparecer como encargado de la línea editorial, ha causado enorme alivio en la redacción de los Informativos y en las de los magacines que llenan la programación de Telecinco y Cuatro. Donde periodistas e informadores aspiran a poder contar las noticias sin dependencias ideológicas, con un criterio profesional y buscando audiencias plurales.
…Y un despacho para la polémica
Coincidiendo con esos movimientos internos y la definición de las competencias de cada área, el portal ‘Vertele’ publica que Borja Prado se está haciendo construir «un superdespacho con contraseña de acceso que se cambiará cada día, cocina, cocinero y comedor privado», lo que según la información podría costar unos 300.000 euros. Para crearlo ha sido necesario desplazar a parte de la Redacción hacia los incómodos módulos prefabricados instalados junto a los aparcamientos, muy afectados por el frío o el calor exterior.
De confirmarse que el presidente tendría un cocinero privado se rompería un principio mantenido en las empresas de comunicación españolas, como Atresmedia o TVE y también en Telecinco, en las que todos los trabajadores consumen los mismos menús, a elección entre distintos platos. Lo habitual es que, aunque todas las empresas disponen de un comedor colectivo, y otros privados para el alto ‘staff’, el menú donde elegir es idéntico, con la diferencia de que en los comedores ‘vip’ y los de invitados pueda haber camareros/as de servicio, a diferencia del autoservicio del comedor colectivo.
Feijóo huye de los debates, como Ayuso
La estrategia de los asesores de imagen de Isabel Díaz Ayuso para las autonómicas fue muy clara: rehuir los debates (tan sólo participó en el de Telemadrid), donde incluso desde el diseño de su anuncio aparecía en un tono superior. El debate era un simple y obligado trámite donde no debía entrar a discutir con aspirantes, sino machacar con tres eslogan-frases repetidas a lo largo de la campaña. Era la arrolladora ganadora y nadie le podía hacer sombra.
Ahora, Núñez Feijóo aplica la misma estrategia: no tiene nada que ganar y mucho que perder en estos programas. A la solicitud de Pedro Sánchez de celebrar seis debates televisivos ha respondido sacando el balón fuera del campo: «Que debata con Díaz, Otegi, etc.”. Feijóo sabe que su fuerte no es la dialéctica, que sus equivocaciones y fallos han sido constantes en sus entrevistas, y que para transmitir sus mensajes son mejores las entrevistas no agresivas, como la de ‘El programa de Ana Rosa’ a pocas horas de la convocatoria de elecciones, donde pese a la expectación que podía despertar la presencia del líder de la oposición, la audiencia no acompañó, obteniendo menos espectadores que la media del programa, y una cifra más reducida que la que Ayuso tuvo en su última entrevista.
Por el contrario, Sánchez juega a desmontar argumentos con las buenas cifras económicas y de empleo, y en las que el tema de Bildu y ETA que tanto usó Ayuso en municipales y autonómicas, y que han empleado muchos medios afines, carece de la misma fuerza. Todavía menos cuando el estilo de Feijóo es más suave que el de la presidenta de la Comunidad de Madrid.
TVE, Antena 3 y Telecinco han pedido debates a los partidos, porque el primero en emitirse tiene asegurada una buena audiencia, y la Academia de TV se ofrece como ‘espacio neutral’ para difundir posteriormente la señal a quienes la quieran compartir.
En estas legislativas hay un problema añadido en los posibles debates: un cara a cara Sánchez-Feijóo se desdibuja por cuanto hay un tercer y cuarto partido (Vox y Sumar) indispensables para la formación de un gobierno que casi con toda probabilidad volverá a ser de coalición. Y las imágenes en los encuentros electorales pueden decir más cosas que las palabras, en cuando a una supuesta coalición PP-Vox en La Moncloa. Mientras, ‘argumentos’ como el de que el «Ejecutivo de Sánchez ha sido el más extremista de Europa al incluir a la extrema izquierda» (por Podemos) expresado por Ayuso, ya no se sostiene: fichajes como el del hasta ahora representante de España en la ONU en la lista de Yolanda Díaz le dan un tono más moderado y ‘vendible’ a la candidatura. El interés por estar en los debates de Díaz y Pedro Sánchez, es inversamente proporcional al de Feijóo.
El nuevo arzobispo y los medios
El nombramiento de José Cobo Cano (1965) como nuevo arzobispo de la decisiva Diócesis de Madrid en sustitución de monseñor Osoro plantea los posibles impactos del ascenso del actual obispo auxiliar en los medios audiovisuales católicos. Cobo, que estudió Derecho en la Complutense y está muy sensibilizado con los temas sociales, especialmente con la inmigración, responde a un perfil muy típico del Papa Francisco abriendo puertas a sensibilidades que hasta ahora estaban marginados fuera de la Iglesia: divorciados/as, feministas, LGTBI, etc. Su presencia al frente de la diócesis de la capital podrá tener alguna influencia en los dos medios católicos por excelencia: COPE, una cadena de radio económicamente rentable, y Trece, una televisión que sigue costando dinero a la Conferencia Episcopal. Ambos tienen un tono muy escorado hacia la derecha política en sus contenidos, con un tono editorializante diario como el del espacio de Carlos Herrera con descalificaciones continuas hacia el Ejecutivo.
La intención de que esos medios ganen en pluralismo y tono más profesional y menos político, aunque se mantenga en sus contenidos el referente de la doctrina católica, fue un deseo de algunos prelados frente a una mayoría de obispos muy conservadores, y algunos claramente escorados hacia discursos cercanos a Vox. La llegada de un arzobispo progresista a una sede tan importante como la madrileña planea un nuevo escenario de juego hacia COPE y Trece, que necesitan reducir decibelios en su alineamiento político.
Antena 3 mueve ficha con el final de ‘Amar es para siempre’
Después de once años y 3.000 episodios, con un ‘share’ medio de un 11,2% y una cifra de espectadores que supera el millón diario la serie de Diagonal TC/Banijay Iberia pone punto hacia su final una vez se vayan cerrando las tramas. Con esos datos la serie podía haber seguido más temporadas en antena, puesto que ‘La Promesa’ (La 1) le gana por unos pocos miles de espectadores en un casi empate. Pero Telecinco lanza su serie de ficción y Antena 3 no quiere quedarse en tercer lugar respecto a la audiencia, por lo que contraataca sin fecha todavía fija adelantando la última temporada de la serie para evitar su agonía. El argumento de esa última temporada transcurre en 1982, y cerrará definitivamente el formato, probablemente a finales de 2023. Como recambio, la propia Diagonal probablemente se encargaría de otra serie, ‘Sueños de libertad’.
Uteca confirma sus cargos
El ‘lobby’ de las televisiones privadas reúne hoy a Atresmedia, DKiss, Net TV, Real Madrid TV, Ten, Trece y Veo TV, tras el abandono de Mediaset-Telecinco realizado años atrás. Es decir, el principal patrimonio de UTECA es la presencia del primer grupo audiovisual (Atresmedia), otro a mucha distancia que sigue luchando por abrirse un hueco (Trece) y pequeños grupos de la TDT de segunda o tercera generación. Sus cargos, Eduardo Alonso Olano (A3) y Laura Fernández de Vigo (Trece) seguirán manteniéndose como presidente y ‘vice’ en el periodo 2023-26. De un tiempo a esta parte, UTECA apunta contra los grandes gigantes tecnológicos digitales a los que pide que se apliquen las mismas reglas que a la televisión en abierto en cuanto a contenidos y publicidad, con la competencia desleal que puedan suponer ciertos anuncios que difícilmente resistirían un control estricto de calidad. UTECA ya denunció la publicidad de ‘chiringuitos’ financieros y los fondos sospechosos, cuya publicidad no admiten las generalistas privadas españolas, pero que sin embargo está presente en internet y en plataformas dependientes de esos gigantes tecnológicos.
A García no le gusta Pablo Motos
Una de las críticas que se le hacen al conductor de ‘El Hormiguero’ es que «no es periodista» ni «sabe repreguntar o pedir aclaraciones ante opiniones llamativas». Ahora, José María García en ‘Marca’ es más explicito: «A mí Pablo Motos no me gusta, y el programa tiene mucho éxito. Creo que Pablo no es mal profesional pero no se exige todo lo que vale. Espero que no se moleste», afirma.
Un dato que ha sorprendido a TVE
La emisión de ‘El buen patrón’ en ‘La película de la semana’ de La 1 se hizo con reservas. En el ‘prime time’ sólo parecían funcionar las películas de acción de Hollywood de reciente producción, o en su caso las comedias españolas que han tenido un gran recorrido en las salas de cine. Se trata del mismo concepto que aplica Telecinco y Antena 3 a sus producciones; con la decantación total hacia la comedia disparatada en el caso de la primera que ahora sólo produce títulos de ese género.
Sin embargo, ‘El buen patrón’, que es una farsa, ha roto moldes: 14,4 de audiencia y 1.800.000 espectadores, lo que la convierte en uno de los títulos con más audiencia para el cine español, excluidas las comedias familiares de Santiago Segura, cuyo estreno en generalistas corresponden a Antena 3.