Y van tres. Corinna Larsen, Allen Saginés-Krause y Josep Cusí. Ya son tres íntimos de Juan Carlos I los que aparecen en los ‘Papeles de Pandora’. Su examante y consejera, el empresario mexicano titular de las tarjetas opacas que han sido objeto de regularización en Hacienda e investigación en la Fiscalía y, ahora, su compañero de regatas y amigo del alma. Porque sólo a un amigo del alma –y ni siquiera– se le supone tanta generosidad como para costear más de la mitad del viaje de novios de un hijo y heredero de la Corona.
Hasta junio del año pasado, Cusí era el dueño del Bribón, la embarcación –varias, en realidad, renovadas con el tiempo– con la que Juan Carlos I participaba en las regatas, y del Aifos –Sofía al revés–, manejado por Felipe VI desde que volviera a la competición en Palma de Mallorca.
Desde entonces, dos meses antes de que el emérito se viera obligado a abandonar España por polémicas como ésta, la imagen amable del armador bronceado y en náuticos aparece ligada a los 269.000 dólares del viaje de los actuales reyes –el coste total fue de 467.000 dólares– que salieron de la empresa Navilot donde aparece como propietario, reveló el diario británico The Telegraph. Y, desde ahora, también por la investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), en la que han participado La Sexta y El País, donde se revela que recibió el poder sobre una sociedad registrada en Panamá en 2004. Esa sociedad, Stream SA, mantuvo una cuenta corriente en Andorra de la cual, presuntamente, se habría beneficiado el propio Juan Carlos I.
Según las indagaciones del fiscal suizo Yves Bertossa, publicadas en El Confidencial, esta sociedad se habría empleado para ocultar la identidad detrás de una cuenta en el Principado que llegó a acumular diez millones de euros. La fiscalía suiza, de acuerdo con el diario, cree que el emérito estaría vinculado a esta cuenta bancaria y que Cusí habría sido uno de sus testaferros.