Virginia Miranda.
Los resultados del 10-N han elevado a Vox a la categoría de tercera fuerza política y Santiago Abascal necesita de más púgiles con los que arremeter contra las que llaman políticas “progres” y “liberticidas” de la izquierda. Con un lenguaje agresivo y un discurso ultraderechista, a los más conocidos Iván Espinosa de los Monteros, Javier Ortega Smith y Rocío Monasterio hay que sumar a Macarena Olona, Jorge Buxadé o Manuel Mariscal, personas clave en el ascenso de la formación y en la definición de una estrategia combativa para una legislatura que se presume bronca.
Iván Espinosa de los Monteros, Javier Ortega Smith y Rocío Monasterio forman la trinidad con la que Santiago Abascal ascendió a los cielos con un inimaginable resultado electoral en las andaluzas del 2-D primero, y en las generales del 28-A, después.
Más sorprendente aún es el resultado obtenido el pasado 10-N, cuando sólo los sondeos posteriores a un debate que el resto de candidatos ‘regalaron’ al de Vox aventuraron que la ultraderecha, inexistente hace un año en las instituciones españolas, se convertiría en tercera fuerza política superando los 50 escaños.
Los primeros espada siguen formando parte del núcleo duro del partido liderado por Abascal. Pero durante los seis meses que han transcurrido entre las elecciones de abril y las de noviembre, otros nombres han despuntado en una organización que representa ya a 3,6 millones de votos y un grupo parlamentario de 52 diputados.
Polémicas inocuas
Las polémicas no han hecho ninguna mella en la confianza que el líder tiene depositada en ellos ni en la credibilidad que les conceden sus votantes. El goteo de noticias sobre las infracciones del matrimonio Espinosa de los Monteros-Monasterio a cuenta de irregularidades en la venta de viviendas del promotor inmobiliario y la arquitecta o de la falta de licencia para tener despacho profesional en su propio domicilio no han encontrado más respuesta que el desprecio a la “prensa progre” y la confirmación de su protagonismo en estas elecciones.

Particularmente el de la presidenta de Vox en Madrid, que sin ser número dos del partido fue su representante en el debate celebrado en La Sexta 72 horas antes de las generales. Un debate donde todas sus participantes eran mujeres y donde ella se distinguió por su discurso a favor de la cadena perpetua para violadores y asesinos, evitando así apoyar una reforma del código penal que defina mejor el delito de violación.
Ultranacionalismo español
Espinosa de los Monteros ha tenido su propia polémica con buenos resultados en las urnas, explotando la deriva antinacionalista del electorado de derechas frente a Aitor Esteban, el hombre del PNV en Madrid capaz de pactar con el PP de Mariano Rajoy y con el PSOE de Pedro Sánchez; en el debate electoral de TVE, el político madrileño llamó “racista” al partido jetzale. La respuesta del diputado bilbaíno fue negarle el saludo al representante de Vox en la despedida y Santiago Abascal escribió en Twitter: “El Partido Nuecista [sic] Vasco (PNV) es más de dar la mano a etarras”.
Franquismo sociológico
Antifeminismo, ultranacionalismo español y guiños al franquismo sociológico. Vox es el único partido que, para referirse a la exhumación de Franco, ha hablado de “profanación”. En una escalada verbal provista de términos agresivos como éste, como “liberticidio” o como “abortorios” –aparecía en una moción presentada este pasado jueves en el Parlamento andaluz y PP y Ciudadanos presentaron una enmienda para cambiarlo por “centros de interrupción del embarazo” –, no parece haber límites.
La formación emplea términos como «profanación», «liberticidio» o «abortorios»
Tras pasar por el Tribunal Supremo como abogado de la acusación popular en el juicio del procés sin dejar huella, Javier Ortega Smith recobró protagonismo con sus derechazos al feminismo o a la memoria histórica, boicoteando un minuto de silencio a las puertas del Ayuntamiento de Madrid tras el asesinato machista de una mujer o mancillando el nombre de Las 13 Rosas llamándolas violadoras y asesinas.
Recursos al Constitucional
Su presencia ha sido fundamental en campaña, si bien el acta de concejal madrileño condiciona las atribuciones del secretario general de Vox y también diputado obligándole a repartir juego. Sobre todo ahora que el mayor peso institucional recae en la Cámara baja.
A falta de conocer qué nombres propondrá para sus probables dos puestos en la Mesa del Congreso y de confirmar las personas que dirigirán el grupo parlamentario, no parece que vaya a haber cambios sustanciales y, a falta de confirmación oficial, Espinosa de los Monteros seguiría de portavoz y Macarena Olona de secretaria general.
Abogada del Estado de profesión, la alicantina y cabeza de lista por Granada responde al perfil que habrá de marcar un punto de inflexión en la nueva etapa parlamentaria. Lo adelantó Abascal en la noche electoral: con más de 50 escaños, la formación de ultraderecha podrá “recurrir todas las leyes liberticidas e inconstitucionales que los demás partidos han dejado pasar”.
Los ‘pata negra’
Esto es, Vox se dispone a disputar una carrera con el PP a las puertas del Constitucional para estirar aún más la judicialización del conflicto catalán. De hecho, la que llegara a ser abogada del Estado jefa del País Vasco se diferenció, entre otras cosas, por su batalla judicial contra los actos de homenaje a presos etarras.
Olana formó parte del equipo negociador que, desde Madrid, dirigió las conversaciones para constituir gobiernos de derechas tras las elecciones de mayo. Encabezado por Espinosa de los Monteros, participaron también el vicesecretario Jurídico, Pedro Fernández, el vicesecretario de Presidencia, Enrique Cabanas, y el vicepresidente primero de la formación, Víctor González.
Kiko Méndez Monasterio y Enrique Cabanas son dos de los más estrechos colaboradores de Santiago Abascal
El primero, que en las elecciones del 10-N renovó el acta de diputado que consiguió en abril, es conocido por haber acompañado a Ortega Smith en el juicio del procés. El segundo es uno de los asesores y más estrechos colaboradores de Abascal junto a Kiko Méndez Monasterio, cuyo nombre saltó a los medios cuando se supo que fue condenado a una multa por agredir en 1999 a jóvenes de la Unión de Estudiantes Progresistas y de Izquierdas, entre los que se encontraba Pablo Iglesias, al grito de “rojos de mierda”.
El número dos de Abascal, que ha sacado escaño por Salamanca, es además su responsable económico de la formación de extrema derecha y poco amigo de la libertad de la prensa; en la campaña del 28-A dijo que, si Vox gobernaba, cerrarían La Sexta. El País reveló el pasado diciembre que sobre él pesa una condena por “irregularidades contables” emitida por el Tribunal Supremo, que ratificó una resolución de la Audiencia Provincial de León de 2015.
Críticas a Bruselas
En el balcón de la sede del partido, tras saber que acababa de lograr 52 escaños en el Congreso, el líder de Vox se hizo acompañar de las caras visibles de su equipo de confianza. Javier Ortega Smith, Iván Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio y Jorge Buxadé.
Líder de la delegación en el Parlamento Europeo y portavoz del Comité Electoral de la formación de extrema derecha española, el político catalán es, como Olana, abogado del Estado de profesión; en 2009 y habiendo sido destinado al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, fue quien denunció la consulta por la independencia que se celebró en Arenys de Munt (Barcelona).
Buxadé defiende el discurso crítico con Bruselas que exhibió Abascal en el debate de candidatos
En su currículum también aparece su candidatura en las autonómicas de 1995 en las listas de Falange Española de las JONS por Tarragona y en las generales de 1996 en la lista de Falange Española Auténtica por Barcelona. Ahora, como europarlamentario defiende el discurso crítico con Bruselas que exhibió Abascal en el debate de candidatos.
Comunicación en red
A sus 27 años, Manuel Mariscal es una de las personas más determinantes en el ascenso de Vox. Él fue quien viralizó el vídeo de Santiago Abascal a caballo llamando a la “reconquista de España” con la música de El señor de los anillos de fondo, todo un éxito en unas redes sociales claves para que el partido conquistara 24 escaños en su primer ‘asalto’ al Congreso sin más antecedentes que los doce del Parlamento andaluz.

Tras el 10-N, el vicesecretario de Comunicación repite escaño por la provincia de Toledo. A pesar de su juventud, acumula cierta experiencia profesional como periodista que, curiosamente, arroja coincidencias con la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; Mariscal llegó a gestionar la cuenta de Esperanza Aguirre.
Según contó él mismo en una entrevista en la Cope, las dificultades para conseguir que Abascal colocara su mensaje en los medios tradicionales le obligó a buscar alternativas en las redes sociales y servicios de mensajería instantánea.
Hace un año, casi nadie les conocía y España permanecía al margen del resurgimiento de la extrema derecha en el resto de Europa, Estados Unidos o Brasil. Hoy son la tercera fuerza parlamentaria y, una vez arranque la legislatura, nada va a volver a ser igual en este país.