
Mariano Hoya
La lucha por la igualdad ha estado, y sigue estando ,en la actividad sindical. El origen del Día de la Mujer se remonta al 8 de marzo de 1875 en Estados Unidos. Ese día, más de 100 mujeres trabajadoras fueron asesinadas por la policía mientras se manifestaban por la igualdad salarial: cobraban menos de la mitad que los hombres que trabajaban en su misma fábrica. Esa masacre fue el origen del primer sindicato de mujeres. La fecha, el 8 de marzo, ha pasado a ser un día de reflexión, reivindicación y lucha por la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.

El nuevo AENC, que debemos negociar sindicatos y asociaciones empresariales, debe suponer un impulso de la justicia social con el objetivo de eliminar la brecha salarial entre hombres y mujeres
Desde entonces, el movimiento sindical de clase ha venido realizando esfuerzos constantes por conseguir la igualdad salarial por un trabajo de igual valor. No en vano, la negociación colectiva tiene una posición privilegiada para impulsar la equiparación en las condiciones de trabajo de las personas trabajadoras, especialmente en lo referente a la retribución. El nuevo AENC, que debemos negociar sindicatos y asociaciones empresariales, debe suponer un impulso de la justicia social con el objetivo de eliminar la brecha salarial entre hombres y mujeres. El registro retributivo obligatorio en las empresas, la valoración de puestos de trabajo y las auditorías salariales que contemplan la legislación española, sin duda nos ayudarán.
Hay espacio para la recuperación salarial sin que esto suponga tensiones de mayores costes empresariales, y por lo tanto, inflacionistas. La productividad del trabajo por hora efectivamente trabajada se incrementó un 2,2% en la variación interanual en 2021. Según nos han recordado los principales ejecutivos, henchidos de satisfacción, , nunca en la historia las compañías cotizadas en la Bolsa española habían ganado tanto dinero como el pasado año: 64.021 millones de euros. Por el contrario, los salarios aumentaron un 1,5% en 2021, a pesar de que la inflación fue del 6,5%.
Desde la responsabilidad que hemos demostrado los sindicatos de clase en los momentos más duros de la pandemia, y conscientes de los momentos internacionales que nos rodean, debemos impulsar una recuperación de los salarios más modestos, especialmente los de las mujeres, que eran y son las perceptoras de los salarios más bajos en nuestro país. Las mujeres con salarios escasos fueron la población trabajadora más beneficiada de la subida del SMI y deben ser principales receptoras de futuros incrementos de los salarios. Este es un hecho constatado que ya se está produciendo, el incremento del SMI supuso una reducción de dos puntos de la brecha salarial en nuestro país. Debemos impulsar una recuperación económica con perspectiva de igualdad, en la que se incorporen las personas trabajadoras a través de una dignificación de sus retribuciones
En todos los rincones del mundo a las mujeres se las paga menos que a los hombres. Se estima que la brecha salarial de género a nivel mundial es de un 23%. Según datos de la Comisión Europea, en España la diferencia entre la retribución masculina y la femenina llega a casi un 12%. En la Unión Europea por cada euro que va destinado a un hombre la mujer recibe 86 céntimos. A pesar de las mejoras de las mujeres en la vida social y profesional, las diferencias salariales siguen siendo amplias y están arraigadas, por eso desde la negociación colectiva debemos impulsar que las empresas procedan a desmantelar culturas como la disponibilidad permanente que inciden de forma clara en la desigualdad de género.
No olvidamos la agresión a Ucrania. La ruptura del ordenamiento jurídico internacional también tiene un impacto en el equilibrio de géneros. Cabe destacar que son mujeres las que mayoritariamente están huyendo del país, con sus hijos e hijas en brazos. La guerra es otro ataque a la igualdad.
Vicesecretario general de Política Sindical de UGT