
La Economía desde mi Observatorio / Carlos Berzosa
El diario ‘El País’, en su edición del jueves 18 de mayo de este año, informaba con una crónica de Manuel Planelles sobre la presentación del Informe anual elaborado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), junto al Servicio Meteorológico del Reino Unido (Met Office), y en el que se realiza una proyección sobre la evolución de las temperaturas en los próximos cinco años (en este caso 2023-2027). Un pronóstico que se sustenta en la elaboración de modelos informáticos, pero en los que se tienen en cuenta las series de datos reales de años anteriores. Se anuncia un empeoramiento del calentamiento global, pues se pronostican temperaturas más altas. De manera que lo que se nos avecina en los próximos años resulta un tanto demoledor ante una más que probable subida de las temperaturas.

Se anuncia un empeoramiento del calentamiento global, pues se pronostican temperaturas más altas. De manera que lo que se nos avecina en los próximos años resulta un tanto demoledor ante una más que probable subida de las temperaturas
Este alza de las temperaturas es consecuencia del cambio climático, a lo que se suma el efecto de El Niño, un fenómeno que caldea zonas del Océano Pacífico pero que a partir de ahí se extiende a otras áreas del planeta. Se considera como bastante probable que en los próximos meses se instale El Niño, lo que tendrá consecuencias en el calentamiento a escala global. De producirse este hecho, conviene recordar que en el año 2016 tuvo lugar el fenómeno de El Niño que condujo a que fuera el más cálido del planeta desde que comenzaron los registros fiables desde el siglo XIX. Parece bastante probable que en los próximos cinco años se supere la temperatura que se alcanzó en el año mencionado. A su vez, el secretario general de la OMM alertó de lo que considera situación dramática del Ártico, que está sufriendo un calentamiento a un mayor ritmo que el resto de la Tierra.
A los negacionistas y escépticos sobre el cambio climático hay que decirles que la OMM es un organismo dependiente de las Naciones Unidas, al que pertenecen los principales servicios meteorológicos del planeta. Por su parte, el otro organismo que colabora en la elaboración estadística, Met Office, cuenta con la participación de las agencias de otros países (Alemania, Canadá, China, España, Estados Unidos, Italia y Noruega). Estamos, por tanto, ante un informe científico riguroso en el que participan muchas agencias especializadas en el clima, así como reconocidos profesionales. Los datos proporcionados resultan de gran utilidad para el análisis y corroboran la existencia del cambio climático, así como las consecuencias negativas que ya se están manifestando sobre la salud, seguridad alimentaria, gestión del agua y la desertización, que está suponiendo una creciente oleada de refugiados climáticos.
En 1988 se creó, por la OMM y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que se ha convertido en la máxima autoridad del mundo en cuestiones climáticas. El año de su creación se debió a que ya entonces había las primeras advertencias del calentamiento global. El IPCC ha tratado desde su origen de analizar no solamente la subida de las temperaturas, sino las causas que las generan. En el año 1995, el IPCC declaró que el impacto humano sobre el clima era ya perceptible. En los informes sucesivos ha reforzado más este hecho con pruebas cada vez más sólidas hasta el punto de que organizaciones científicas y científicos destacados de todo el mundo han ratificado la conclusión del IPCC.
Se puede afirmar que hay un consenso amplio, excepto un pequeño núcleo de científicos, en torno a que el clima de la Tierra se está calentando y que las actividades humanas son las causas predominantes. Este hecho está suficientemente demostrado, aunque ha habido que vencer la resistencia de un reducido grupo de investigadores, muy bien financiados, y de lo que dan cuenta muy bien Naomi Oreskes y Erik M. Conway en Mercaderes de la duda (Capitán Swing, 2018).
Catedrático Emérito de la Universidad Complutense y presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Ha sido Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense (1984-1998) y Rector de esta Universidad (2003-2011). A lo largo de su carrera docente ha impartido enseñanzas de Estructura Económica Mundial y Desarrollo Económico. Tiene numerosas publicaciones entre las que destacan los libros ‘Los desafíos de la economía mundial en el siglo XXI’ (Nivola,2002) y los escritos conjuntamente con José Luis Sampedro ‘Conciencia del subdesarrollo veinticinco años después’ (Taurus, 1996) y ‘La Inflación (al alcance de los ministros)’ (Debate, 2012).