¡Vaya gente! / Mara del Prado
La normalidad no significa lo mismo para usted y para los Urdangarin de Borbón. Para usted significa librarse del Covid, de la mascarilla y de las precauciones. Para el cuñado y la hermana de Felipe VI significa pasar juntos las vacaciones. Sin más. Así de sencillo y así de importante.
La estampa de la infanta Cristina y su marido rodeados de sus hijos en Baqueira Beret es una de tantas que las celebrities nos han dejado en sus recientes jornadas navideñas, donde su única preocupación ha sido elegir disfrutar de una estación de esquí o una playa soleada.
Lo que tiene de singular es que hacía cinco años que no se les veía en el que, durante muchos años, había sido su retiro habitual en las vacaciones de invierno. Como recuerda Hola, la última vez que se les vio en el Pirineo catalán fue en 2016, poco antes de que Iñaki Urdangarin fuera condenado a seis años y tres meses de prisión –el Supremo rebajó después la condena a cinco años y diez meses de cárcel– por siete delitos de corrupción en el marco del caso Nóos.
El yerno de Juan Carlos I recibió el tercer grado en enero de 2021 y pudo mudarse a Vitoria, donde viven su madre y sus hermanos. Y, aunque Cristina de Borbón sigue residiendo en Ginebra, sus quehaceres en la Fundación Aga Khan, su única fuente de ingresos profesional desde que la Fundación La Caixa acordara su salida a finales de 2019, según adelantó Vanitatis, le permiten viajar con frecuencia a España para reencontrarse con su marido a la vista de todo el mundo.
En medio de la nieve o cuando visitan el Palau Blaugrana para ver a su hijo Pablo jugar como extremo derecho en el Barça de Balonmano, equipo donde el chaval de 20 años debutó el pasado mes de octubre y donde aún recuerdan las gestas de su padre, un laureado deportista que en sus mejores sueños y en sus peores pesadillas jamás imaginó lo que le deparaba el futuro.
Entonces, cuando su sucesor sobre la cancha, zurdo como él, ascendió al primer equipo, el orgulloso padre declaraba a La Vanguardia: “A su edad tiene más talento que yo cuando jugaba”. Era la primera vez que Iñaki Urdangarin concedía una entrevista desde el estallido del caso Nóos. Como si todo fuera normal. Como si ya estuviera inmunizado de su propio pasado.