Lucía Hernández.
Luiz Inàcio Lula da Silva, el presidente de Brasil, ha llegado el martes de esta semana a España, con la intención de recuperar la relación entre ambos países, tras el aislamiento durante la etapa de Jair Bolsonaro. Lula, se ha encontrado con Pedro Sánchez, presidente del Gobierno para continuar con su gira por Europa con la pretensión de recuperar las relaciones internacionales que se habían perdido y establecer acuerdos entre Mercosur y la Unión Europea, con razón de la próxima presidencia de España en la UE. Esta reunión ha tenido lugar después del viaje de cinco días de Lula a Portugal, donde ya había hablado sobre el propósito de este tratado y acerca de buscar la paz en Ucrania. El discurso que ha utilizado en España ha sido más suave que el anterior, que se posicionaba a favor de la paz y en contra de enviar armas a Ucrania.
Lula ha declarado su intención de dirigir un grupo de países mediadores y ha ofrecido a España estar entre ellos. Sin embargo, el Gobierno discrepa de algunas ideas, ya que considera que no debe poner en el mismo nivel a Rusia y Ucrania ni comparte la falta de posicionamiento sobre la integridad de Crimea, sobre lo que Lula ha declarado, «Son los rusos y los ucranianos lo que tienen que decidir de quién es. Primero tienen que parar la guerra y luego empezamos a hablar». A pesar de estas diferencias, se ha debatido sobre el interés económico, comercial, cultural y se ha mencionado durante la comparecencia en La Moncloa la frase, «Brasil ha vuelto». Sánchez, por lo pronto, ha promovido una cumbre regional entre la UE y la Comunidades de Estados de América Latina y el Caribe, y Lula ya ha confirmado su asistencia.
En la agenda de Lula también ha tenido lugar una visita al Palacio Real, para encontrarse en un almuerzo Oficial con los reyes de España. El rey, Felipe VI, ha resaltado la respuesta del Gobierno de Brasil ante los asaltantes bolsonaristas en enero y ha indicado que es «una muestra de salud democrática». En cuanto al tema de la guerra en Ucrania, ha recalcado que para que la paz que busca sea posible, «debe sustentarse en el respeto al Derecho Internacional y sus principios, la soberanía nacional e integridad territorial».