
Sin Maldad / José García Abad
El presidente Sánchez tuvo la buena idea de fijar Barcelona para celebrar y titular el tratado de amistad entre España y Francia, con lo que recordaba que Barcelona es España y mucha España, como diría Rajoy. Invitó para que acudiera al evento celebrado en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y formalizado por el encuentro entre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el de la República Francesa, Emmanuel Macron, al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.
El hecho de que éste acudiera fue agradecido por Pedro Sánchez aunque supiera que Aragonès aprovecharía la oportunidad para sus propósitos independistas. Así fue. Pere Aragonès asistió a la recepción de Macron pero se marchó antes de que se interpretara el himno español al final del acto, tras asegurar que “el ‘procés’ no se ha acabado”.

La visión de Macron, a quien Cercas definió como “el más intelectual de los dirigentes europeos actuales”, es interesante. “Yo he sido elegido a escala nacional –explica a Cercas– y creo en el patriotismo, que no es nacionalismo. El patriotismo es el amor a nuestro país, su defensa. El nacionalismo es el odio al otro, y pensar que quererse a uno mismo es zarandear al vecino”.
Yo me adhiero, más bien, al patriotismo constitucional defendido por el filósofo alemán Jürgen Habermas, que no se basa en el ADN ni en la historia ni el origen étnico, sino en la adhesión a los derechos humanos y al sistema democrático. Me adhiero también, en otro orden de cosas, al patriotismo gastronómico.
“He tenido la oportunidad de trasladar al presidente Macron –explicó– la importancia de este encuentro para los intereses de Cataluña y poner de manifiesto la buena relación que desde el gobierno catalán tenemos con las autoridades francesas. El Gobierno de España ha querido simbolizar una normalidad que no existe. No vamos a dar carta de validez a la presencia del Ejército español en Cataluña, reconociéndolo como un Ejército propio”.
Por el patriotismo y contra el nacionalismo
Es de suponer que Macron explicara a Aragonès su crítica al nacionalismo, que diferenció del patriotismo tal como lo expresó en una entrevista previa a este acto que el presidente francés celebró en el Elíseo con el escritor extremeño Javier Cercas, quien se ha manifestado tan activamente contra los separatistas catalanes.
La visión de Macron, a quien Cercas definió como “el más intelectual de los dirigentes europeos actuales”, es interesante. “Yo he sido elegido a escala nacional –explica a Cercas– y creo en el patriotismo, que no es nacionalismo. El patriotismo es el amor a nuestro país, su defensa. El nacionalismo es el odio al otro, y pensar que quererse a uno mismo es zarandear al vecino”.
Más adelante define su patriotismo. “Lo he dicho a menudo para Francia, y es válido para Europa: la identidad, que es un tema real, no es algo fijo. Hay una identidad francesa en la que hay elementos invariables, hay realidades. Algunos dicen que Europa o Francia no tienen un fuerte componente cristiano en su identidad: sí, hay un componente cristiano. ¿Se puede reducir a eso? No, porque ha habido un montón de afluentes. Muchos otros monoteísmos han realizado aportaciones a nuestra Europa. Y también las filosofías no creyentes han realizado aportaciones y la han estructurado. Es eso: una narrativa, un gran relato. Nuestra identidad es un relato. Y este relato exige aclarar la gran trama y los grandes personajes, pero reconociendo todas las historias. Lo que hace infeliz a la gente es la falta de reconocimiento, ya sea económico, financiero, simbólico o narrativo.
Más allá de todo eso, el desafío histórico de nuestra Europa es responder a esta necesidad de reconocimiento en cada país. El día en que, en el campo húngaro, en las grandes ciudades polacas, en su Extremadura o en mi Picardía natal, la gente diga: “Esta gente entiende de dónde vengo, quién soy, qué nos une, pero también nuestras diferencias. No quiere ponerme en un gran todo calmante y aséptico, en el que todos seríamos idénticos, en el que no me encuentro…”. El día en el que se hayan reinscrito en este relato, tendremos la Europa feliz. Así que creo en este relato”.
Cercas responde: “Yo también”. Yo no tanto. Comparto la necesidad de respetar nuestras diferencias, pero discrepo del concepto de identidad expresado por Macron. Ciertamente es más comprensivo que el que imparten algunos nacionalistas basado en identidades raciales, recuérdese el cromosoma equis de Arzallus, o las originadas en la tradición cristiana, en condicionantes históricos y otras singularidades locales.
Me adhiero, más bien, al patriotismo constitucional defendido por el filósofo alemán Jürgen Habermas, que no se basa en el ADN ni en la historia ni el origen étnico, sino en la adhesión a los derechos humanos y al sistema democrático. Me adhiero también, en otro orden de cosas, al patriotismo gastronómico.
Lleva ejerciendo la profesión de periodista desde hace más de medio siglo. Ha trabajado en prensa, radio y televisión y ha sido presidente de la Asociación de Periodistas Económicos por tres periodos. Es fundador y presidente del Grupo Nuevo Lunes, que edita los semanarios El Nuevo Lunes, de economía y negocios y El Siglo, de información general.