Juan Antonio Martínez Camino es obispo auxiliar de Madrid, pero su época dorada la vivió cuando ejerció de secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal a las órdenes del ínclito Antonio María Rouco Varela, el que sacó las sotanas a la calle para manifestarse en contra del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Bajo el mando de Carlos Osoro, cardenal arzobispo de Madrid y vicepresidente del Episcopado, el desempeño de su número dos en la archidiócesis estaba siendo discreto hasta que, el pasado domingo, estallaba por los aires.
Cuenta Jesús Bastante en ElDiario.es que Martínez Camino, a instancias del Movimiento Católico Español y la Acción Juvenil Española, ofició “una misa en conmemoración por el 18 de julio en el Valle de los Caídos”, tal y como relató el grupo de extrema derecha en sus redes sociales.
Como los ultras Juan Antonio Reig o Jesús Sanz, el obispo auxiliar de Madrid es amigo del prior de la abadía de Cuelgamuros, Santiago Cantera, que tantos problemas dio para la exhumación de Franco y sigue dando para la resignificación del lugar.
Según explica el arzobispado al periódico digital, Martínez Camino –considerado uno de los mayores opositores a Osoro– estuvo “en la Hospedería del Valle de los Caídos” para pronunciar una conferencia y, “en el marco de las jornadas le pidieron que el domingo presidiera la misa conventual en la basílica y así lo hizo”, sin que hubiese “referencia política alguna”.
Los grupos ultra convocantes interpretan en cambio que la presencia del obispo auxiliar fue “muy significativa en apoyo del lugar y de los monjes y escolanos, así como de los muchos fieles y de los familiares de los miles de sepultados en este lugar, ahora que se agudiza la perversa intención del Gobierno frentepopulista y sus socios separatistas de profanar del todo este sitio y transformarlo radicalmente, o cerrarlo, o destruirlo”.
Con este precedente, el Arzobispado de Madrid habrá de sentarse a negociar con el Gobierno el futuro de la basílica.