
Àlex Sáez
Las elecciones locales y autonómicas celebradas el pasado 28 de mayo se saldaron con un resultado sorprendente. Una victoria electoral para el Partido Popular con más apoyo de los previstos y como resultado mayor poder territorial (más votos, más alcaldías y recuperación de gobiernos autonómicos, con Valencia y Baleares como principal exponente) y, por el contrario, una derrota contundente para el PSOE y muy especialmente para sus aliados de Podemos. La diferencia en votos y la pérdida de autonomías como la comunidad valenciana y alcaldías como Sevilla, Valencia o la previsible de Barcelona no estaban en el guión.

Pedro Sánchez y el PSOE deben contrarrestar la campaña agresiva de los ‘populares’ y de algunos grupos mediáticos que personifican en el presidente todos los males de España
La reacción del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue inmediata asumiendo en primera persona los malos resultados y convocando elecciones generales para el próximo 23 de julio. Habría recomendado no precipitarse y agotar el mandato constitucional para convocar nuevas elecciones. En esta reflexión esperaría que los datos económicos, las contradicciones de los nuevos gobiernos locales y autonómicos con ‘populares’ y Vox arreciaran y que la presidencia del Consejo de la UE reafirmaran la buena dirección del Gobierno progresista y el liderazgo del presidente del Gobierno. Pero la decisión está tomada, y sin duda hay que confiar en el análisis que habrá hecho el presidente del Gobierno, bien asesorado por su brillante equipo de gabinete (Óscar López, Antonio Hernando). Los resultados dan una última pelota de partido el próximo 23 de julio. Con dificultades, pero los datos de los últimos comicios permiten a la coalición progresista estar en situación de repetir una mayoría suficiente para reeditar el Gobierno. De momento, la rápida decisión ha obligado en un tiempo récord a agrupar la diáspora de partidos a la izquierda del PSOE, condición necesaria para evitar la sangría de votos y pérdida de electos. La nueva coalición Sumar contará como activos principales con la vicepresidenta Yolanda Díaz, y como portavoz al eurodiputado Ernest Urtasun (mayúsculo acierto) desplazando a las ministras de Podemos Irene Montero e Ione Belarra, quienes deben asumir malas decisiones (rebajas de penas por la ley del ‘sí es sí’) y sus malos resultados en las últimas elecciones, y que lastran a la mayoría progresista.
Pedro Sánchez y el PSOE deben contrarrestar la campaña agresiva de los ‘populares’ y de algunos grupos mediáticos que personifican en el presidente todos los males de España. Este domingo, mientras leía ‘El Mundo’, me di cuenta claramente de la situación que estamos viviendo. Toda la edición del periódico del domingo (articulistas, noticias…) estaban dirigidas no a la crítica feroz contra el presidente del Gobierno, sino a su denigración y a la reafirmación del “antisanchismo” en plena sintonía con la campaña de ‘populares’ y Vox. Es equiparable a la conspiración preparada contra Felipe González para desplazarle del gobierno y que explicó el entonces director de ‘ABC’, Luis María Anson, reconociendo que desde los medios de comunicación subieron el listón de la crítica, incluso poniendo en riesgo la estabilidad del Estado para desalojarlo de la Presidencia del Gobierno. En esta situación estamos unos años después.
Entre los nuevos conspiradores de la derecha y la ultraderecha, apoyados por grupos mediáticos y de intereses, y Pedro Sánchez y el Gobierno progresista debemos estar con éstos. Han demostrado liderazgo y capacidad, superando los obstáculos derivados de la crisis sanitaria, económica y energética hasta situarnos en una senda de crecimiento económico y de ocupación. Además, ha sido posible hacerlo con mejora de las políticas sociales y del Estado del Bienestar (salario mínimo, pensiones).
Aunque estamos en una democracia parlamentaria y al presidente del Gobierno lo escogen los diputados electos, no podemos olvidar que nuestro régimen cada vez es más presidencialista. El 23 de julio elegiremos entre Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo. Entre políticas progresistas o políticas conservadoras. Entre ampliación de derechos o limitación de derechos. Entre refuerzo de políticas públicas o debilitamiento del Estado del Bienestar. Entre una España vertebrada y plural o una España centralizada y uniforme.Entre una España que participa del liderazgo internacional y europeo o una España ausente en política exterior. Mucho en juego en el ‘match point’ del 23 de julio.
Àlex Sáez es abogado especialista en Responsabilidad Civil y Derecho del Seguro. Consejero de Presidencia de Foment del Treball. Fue diputado a Cortes en la VIII, IX y X legislatura por el PSC.