Javier Quintana
La fulminante salida del declarado socialista Jorge Javier Vázquez de Telecinco ha sacudido el panorama televisivo nacional. El fin de `Sálvame´ confirma el viraje a la derecha que ha tomado Mediaset desde la llegada de Borja Prado a la presidencia ejecutiva del grupo de Silvio Berlusconi. Ana Rosa Quintana, protagonista televisiva de las mañanas, ocupará también el espacio que deja el programa de salsa rosa en la tarde. De esta forma el canal adquiere una nueva dimensión informativa derechizada que deja atrás años de telebasura.
El año 2022 pasará a la historia en Mediaset como el último año de Paolo Vasile como consejero delegado del grupo de Silvio Berlusconi. El pasado mes de octubre salía a la luz el acuerdo alcanzado por el emporio mediático con su hasta entonces director de orquesta para su relevo a finales de año. Si bien la decisión ya suponía de por sí todo un acontecimiento para el mundo mediático y se consideraba el fin de una era para la televisión, los cambios que se han ido fraguando en Telecinco los últimos meses evidencian un cambio de guión radical en el medio.
Telecinco encaró el nuevo año con un problema de audiencia evidente. Antena 3 lleva más de un año liderando la tabla de telespectadores, y en Mediaset no se han quedado de manos cruzadas ante esta pérdida de público. La máxima estos últimos meses parece que no es otra que dar un `lavado de cara´ a la marca. Telecinco lleva años siendo la televisión española de `telebasura´ por excelencia, y parece que esta es precisamente la concepción del canal que el nuevo presidente ejecutivo, Borja Prado, está tratando de cambiar a toda costa.
Ana Rosa Quintana lleva la batuta de las mañanas de Telecinco desde 2005, responsabilidad a la que ha sumado en los últimos tiempos el batirse en competencia con Espejo Público, el matinal de Antena 3, con un mayor peso de actualidad política. El programa de Ana Rosa, que cuenta con colaboradores habituales como Javier Gállego o Eduardo Inda, ha resultado todo un éxito para la cadena. Bajo una línea especialmente crítica con el Gobierno, Telecinco ha logrado recuperar prestigio en el horario de mañana. Ana Rosa Quintana se ha convertido, sobre todo en los últimos tiempos, desde que Pedro Sánchez ocupa La Moncloa y dirige el gobierno de coalición con Unidas Podemos, en la principal cara visible de la cadena a raíz de su incesante `azote´ al Ejecutivo.
Más allá de esto, Mediaset ha tenido movimientos en los últimos meses que han dejado entrever cuál es la nueva imagen que el grupo pretende dar a la audiencia. Los presentadores de las campanadas de este último fin de año, por ejemplo, no parecen escogidos al azar: Risto Mejide y Mariló Montero, copresentadores de Todo es mentira, fueron los encargados de dar la bienvenida al año en Telecinco. Se trata de dos figuras que también han tenido sus más y sus menos con el Ejecutivo y, especialmente, con Podemos y su fundador, Pablo Iglesias. Mediaset `premia´ a sus figuras más conservadoras, en lugar de dar espacio a otras, más ligadas al puro espectáculo televisivo (en 2021 fueron Paz Padilla y Carlos Sobera).

En medio de todo este panorama, el personaje discordante de la cadena pasó a ser, sin lugar a dudas, Jorge Javier Vázquez. El presentador del histórico programa de salsa rosa Sálvame ha dejado clara su postura ideológica en más de una ocasión. Desde el gran altavoz mediático que ha sido desde siempre este espacio en las tardes de la cadena, el badalonés no ha dudado en criticar abiertamente la gestión de Isabel Díaz Ayuso o en proferir discursos en defensa del colectivo LGTBI. La reconversión que ha dado al programa en los últimos tiempos quedó más que clara durante su discusión con el periodista Antonio Montero, cuando Jorge Javier defendió que aquello era un programa “de rojos y maricones”. Tanta ha sido la repercusión del presentador en los últimos tiempos, que hace unos meses algunos medios llegaron a especular con la posibilidad de que Vázquez se convirtiese en el candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid. Se le pudo ver, por otro lado, en la presentación oficial del proyecto político de Yolanda Díaz hace unas semanas.
En definitiva, se trata de un discurso discordante con esta nueva línea editorial que Mediaset está configurando para el canal y que finalmente ha culminado en un cambio histórico en su parrilla.
Adiós a Sálvame y fusión empresarial
La situación se había vuelto insostenible. Jorge Javier Vázquez, tras años siendo la cara visible de la cadena, era un obstáculo a la nueva senda que el grupo quiere adquirir. De esta forma, hace dos semanas se comunicó el fin de Sálvame, que dejará de emitirse a partir del 16 de junio. Ana Rosa Quintana, de la mano de su productora Unicorn Content, es la elegida para llenar este vacío en las tardes con su tertulia política. Todo ello a costa de La Fábrica de la Tele, que llevaba catorce años emitiendo Sálvame en Telecinco.
La productora de Quintana cerró el año 2022 manejando el 21,5% de las emisiones televisivas totales del país. Por tanto, las tardes en Telecinco no harán más que ampliar este dominio. Quintana ha mostrado su complicidad con los populares en más de una ocasión. La última hace tan sólo unos días, cuando el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, le hizo entrega de la Medalla de Honor de la ciudad en un acto con todos los honores. En ese mismo acto hizo gala de su carácter polémico, refiriéndose al barrio de Usera en tono despectivo como `Chinatown´.
El nuevo código ético de Mediaset de principios de año ya auguró un trágico destino al programa dirigido por Jorge Javier Vázquez
Por otro lado esta semana se supo que Jorge Javier Vázquez, que llevaba días sin aparecer en Sálvame y Supervivientes, se encuentra de baja por prescripción médica.
Ya a principios de año Mediaset publicó un nuevo código ético que parecía configurado específicamente para su programa de las tardes. En él se prohibía que presentadores y colaboradores que no tengan “una sección específica de actualidad política” (como es el caso de Ana Rosa Quintana) se abstuvieran de hacer comentarios sobre la actualidad. Todo ha derivado en esta abrupta decisión de la que, además, tanto La Fábrica de la Tele como el equipo de Sálvame se enteraron a través de una filtración a la prensa. Tras el anuncio oficial, la productora se despidió orgullosa de hacerlo “siendo líder, con el enorme cariño de millones de espectadores y con un talentoso y brillante equipo”. Vázquez también ha admitido haber recibido en los últimos días llamadas de personajes políticos como Pedro Sánchez, Yolanda Díaz, Íñigo Errejón o Pablo Iglesias.
Paradójicamente, la audiencia de Sálvame ha crecido tras el anuncio de su final. Lo que está muy en el aire es cómo funcionará de cara al público una nueva tertulia política de Ana Rosa Quintana, que doblará turno en mañana y tarde hasta, al menos, las elecciones generales a partir del próximo septiembre.
Más allá de estos cambios en la parrilla, Mediaset ha consumado en estos meses su fusión con Media for Europe, que ha adquirido a su vez a la alemana ProSieben. Pasa así a ser un conglomerado dominado en un 49,68% por Silvio Berlusconi y en un 24,03% por la empresa francesa Vivendi con sede en Países Bajos.
Borja Prado, el ideólogo del cambio
En enero el financiero madrileño Borja Prado se convirtió en máximo responsable de Mediaset tras años como consejero del grupo. El viraje político y empresarial de la cadena en pleno año electoral desde entonces ha sido obvio. El comunicado que por aquel entonces hizo público Mediaset rezaba que Prado asumiría las labores de “apoyo y colaboración a la línea editorial de los programas informativos”. Y así lo ha hecho una figura importante dentro del Ibex 35. Hijo del ex senador Manuel Prado y Colón de Carvajal, hombre de confianza durante años del rey Juan Carlos, y de la marquesa de Zuya, Prado se hizo un hueco en la banca de inversión desde joven. Con sólo 33 años ya era vicepresidente del banco suizo UBS en España. Sería en 2007 cuando su nombramiento como presidente de Mediobanca en Iberia y Latinoamérica lo catapultase a la primera línea de influencia del Ibex.

Tras su posterior nombramiento como presidente ejecutivo de Endesa, pasó también a gestionar el fondo soberano de Qatar. Ha sido el encargado de facilitar la absorción de Mediaset por Media For Europe, que integrará en Ámsterdam tanto a Mediaset España como a Mediaset Italia. Su historial como hombre de negocios es interminable, y con los años ha estrechado lazos con figuras como José María Aznar. Su nombre ha sonado en los últimos años para presidir gigantes como Telefónica o Repsol.
Se puede considerar a Prado como el arquitecto de todo este viraje de la cadena a la derecha. El actual presidente ejecutivo considera a Ana Rosa Quintana como una potencial candidata a llevar todo el peso mediático de la derecha en España, que aspira a ampliar su influencia más allá de Mediaset.
Prisa, el único ‘aliado’ del Gobierno, con problemas
El conglomerado mediático Prisa no se encuentra en una situación sencilla desde hace años. Los dueños de El País y la Cadena Ser, principales puntas de lanza del Ejecutivo en un panorama periodístico donde no cuenta con grandes apoyos en televisión, han visto evolucionar su deuda en los últimos años hasta rozar ya los mil millones de euros de déficit. Pese a la buena evolución de ingresos actual, una inyección de capital llegaría como agua de mayo al gigante mediático. Su máximo accionista, Joseph Oughourlian, busca una financiación que aclare un futuro actualmente preocupante para el grupo editor. Así pues, nuevas entradas en el accionariado, de las que algunas especulaciones no han descartado al imperio de Berlusconi, no desagradarían en absoluto al empresario francés de origen armenio. Ante algunos intentos llevados a cabo el pasado mes de noviembre, el Gobierno informó de inmediato a Oughourlian del veto que se impondría a dicho movimiento a través de la `ley antiopas´ promulgada por el Gobierno para proteger a empresas consideradas como estratégicas. Nadie puede, de esta forma, adquirir el 10% de un conglomerado como Prisa. Este real decreto expira en enero, pero el equipo de Sánchez ha dejado clara su intención de ampliarlo. Prisa es a día de hoy fundamental para un Ejecutivo que no tiene un gran tirón mediático en televisión y para el cual perder este apoyo supondría entregar los medios en su conjunto a la derecha. El Gobierno tampoco aceptó la ampliación de la participación del muy conservador Vivendi en el grupo del 10% al 29,9%.
El PSOE tiene en Prisa su única baza mediática, y no la dejará escapar así como así. Peor aún es la situación mediática a la izquierda de los socialistas. Pasando por alto algunos proyectos de menor calado como la nueva televisión de Pablo Iglesias, el panorama no cuenta con medios fuertes empresarialmente hablando ni de gran impacto en audiencia.
Pedro Piqueras podría ser el próximo… y Salem sale a defenderse
Otro que podría salir definitivamente de Telecinco es el presentador de informativos, Pedro Piqueras. El periodista, que siempre ha abogado por la neutralidad a la hora de informar, podría no estar tampoco en la línea que Mediaset quiere para el canal. Por el momento su puesto en verano lo ocupará Carme Chaparro.
Todo este revuelo por los incesantes cambios de calado den Telecinco han terminado con su consejero delegado, Alessandro Salem, defendiéndose esta semana en una entrevista a El País sobre estas acusaciones de `derechización´. En ella Salem ha querido aclarar que “no habrá política en las tardes de Telecinco”, indicando que el nuevo espacio de Ana Rosa será principalmente de “entretenimiento”. Asimismo ha querido indicar que no hay “connotaciones políticas” en la cancelación de Sálvame y que la cadena no girará a la derecha.