Isabel Díaz Ayuso es la mayor generadora de esa clase de titulares que hay que leer dos veces antes de darse cuenta de que no es una broma de mal gusto. Por ejemplo, cuando justifica el multitudinario acto para celebrar el cierre del hospital de campaña de Ifema porque “al aire libre apenas hay contagios”. O cuando a pesar de presidir la Comunidad de Madrid, la más azotada por la pandemia del Covid-19, infravalora la importancia de mantener el estado de alarma porque “todos los días hay atropellos y no por eso prohíbes los coches”.
La presidenta regional no hacía más que aderezar la polémica en la que se ve envuelta desde que volvió a pisar la Asamblea de Madrid para la primera sesión de control al Gobierno regional, mes y medio después de que diera comienzo un confinamiento en que ha pasado una cuarentena tras dar positivo en coronavirus y ha tenido ocasión de retrasar su asistencia a las reuniones telemáticas dominicales con Pedro Sánchez para recibir aviones con equipos de protección o para asistir a una misa en la catedral de La Almudena.
“Juraría que al cien por cien de los niños les encanta”. Díaz Ayuso justificaba así que una de sus primeras medidas tras la confirmación de la pandemia fuera rescindir el contrato con los comedores que preparaban menús para niños y niñas con derecho a beca de comedor por ser perceptoras de la Renta Mínima de Inserción (RMI) para encargarle la tarea a empresas de comida rápida como Telepizza y Rodilla.
A las críticas previas de los nutricionistas se han sumado otras como las de los hermanos Gasol que, a través de su fundación, se dirigieron a la política madrileña para ponerse a su disposición y elaborar menús saludables que no alimenten “la epidemia de la obesidad infantil”. Ella no ha aceptado la crítica y ha defendido que los menús son “equilibrados” y una respuesta temporal a la “urgencia” surgida por el coronavirus, soslayando el hecho de que prescindió de los comedores habituales días antes del inicio del confinamiento.
Algo parecido ha pasado con los plátanos. Plátano de Canarias ofreció fruta fresca gratis para que fueran distribuidos por las empresas junto a los menús escolares. Sin embargo, la Comunidad de Madrid se desentendió y Telepizza, Rodilla o Viena Capellanes no quisieron encargarse de ir a recoger los plátanos a Mercamadrid, según cuenta El País, donde fuentes del Gobierno regional dicen que el problema fue que la empresa canaria no garantizara la llegada del producto a los establecimientos ‘pizzeros’.
El asunto parece una broma, pero no lo es. El Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, responsable de las políticas de la infancia y dirigido por Pablo Iglesias, ha solicitado a la Comunidad de Madrid que revise los menús escolares para las familias más vulnerables si quiere seguir recibiendo las ayudas del Ejecutivo central destinadas a esas comidas. Algo que parece haber hecho recapacitar al gobierno regional, que ha anunciado un cambio de proveedor de los menús para mediados de mayo, cuando concluye el contrato suscrito con Telepizza y Rodilla.
Sigo sin explicarme como este personaje puede estar al frente de una Comunidad como la de Madrid, torpe, descarada, etc, etc. Que hacemos mal ?