Javier Quintana
El presidente de Andalucía se consolida como el principal barón del PP. El líder popular ha marcado la agenda política nacional las últimas semanas con el debate fiscal que generó su supresión del impuesto de Patrimonio en territorio andaluz. Asimismo, sus continuos acercamientos a figuras socialistas hacen temblar al PSOE. Feijóo lo alaba y ve en él un ejemplo a seguir de cara a las elecciones nacionales.
Tras el éxito de Isabel Díaz Ayuso en las últimas elecciones madrileñas se hacía difícil pensar que otro dirigente del Partido Popular pudiera quitar protagonismo a la aclamada presidenta. Sin embargo, un fenómeno político ha sacudido Génova. Las elecciones de junio en Andalucía consolidaron a Juanma Moreno como presidente de la Junta con unos excelentes resultados. Pero Moreno Bonilla se ha convertido en mucho más que un simple líder autonómico.
Buena sintonía con el ala moderada socialista
Las últimas semanas han sido solo una muestra de que estamos ante el político de moda en nuestro país. Moreno copaba todas las portadas el pasado 19 de septiembre tras anunciar la supresión del impuesto de Patrimonio en su región. La medida generó un debate fiscal a nivel nacional que culminó en una serie de reformas a nivel autonómico e, incluso, en una reforma impositiva del Ministerio de Hacienda.
Mientras las mesas de debate ardían por esta cuestión, Moreno Bonilla tuvo tiempo de reunirse con el presidente socialista de Aragón, Javier Lambán. En el encuentro celebrado en el Palacio de San Telmo se pudo apreciar la complicidad entre ambos mandatarios. “Andalucía va a liderar la economía en España”. Nada nos llamaría la atención de esta frase en caso de haber sido pronunciada por cualquier miembro del PP andaluz. Sin embargo, fueron las palabras que Lambán dedicó a los medios tras esta reunión. El presidente socialista no solo elogió la gestión de Juanma Moreno, sino que se mostró indiferente ante lo que el presidente del Gobierno y máxima autoridad en su partido, Pedro Sánchez, pudiera pensar al respecto de ese encuentro. “No le tengo que rendir cuentas a nadie para visitar a mi buen amigo Juanma Moreno”, declaró Lambán.
“No le tengo que rendir cuentas a nadie para visitar a mi buen amigo Juanma Moreno”, declaró Lambán tras su encuentro, en el que afirmó que «Andalucía va liderar la economía de España».

Lambán no es el único socialista con el que Moreno Bonilla parece estar estrechando lazos. Hace apenas un año Moreno tuvo ya una cumbre con Ximo Puig, presidente autonómico de la Comunidad Valenciana. Ambos se han codeado en más de una ocasión, y comparten la reclamación de una mejor financiación de sus respectivos territorios por parte del gobierno central. No deja de ser llamativo que dos figuras, una popular y otra socialista, con similar estatus en sus partidos compartan un mismo deseo y hagan campaña conjunta.
Estos acercamientos encienden las alarmas en el PSOE, especialmente en su vertiente andaluza. El partido de Juan Espadas se encuentra muy mermado tras el descalabro de los últimos comicios, y estas buenas relaciones de Moreno con otros líderes del partido no hacen ningún bien a su formación política. De hecho, Espadas trató de quitar hierro al cara a cara entre Lambán y Moreno, explicando que se trataba simplemente de la renovación del protocolo ya firmado en 2017, con Susana Díaz en el poder. Sin embargo, el guión de la reunión fue idéntico al resto de cumbres llevadas a cabo anteriormente. Por el Palacio de San Telmo también han pasado durante el último año Fernando López Miras, presidente de la Región de Murcia, y Alberto Núñez Feijóo (cuando el actual presidente del Partido Popular era aún presidente de la Xunta de Galicia).
En Bruselas, en el Comité de las Regiones, presumió de que sus resultados electorales han logrado “apartar a los populismos, tanto de la derecha como de la izquierda”.
No han sido estas las únicas citas de largo alcance que Moreno ha tenido en su agenda últimamente. La Fundación Felipe González invitó al presidente a una mesa redonda que forma parte de una serie de actos que conmemorarán el cuarenta aniversario de la victoria socialista en 1982 este mes de octubre. Finalmente, por motivos logísticos, Moreno no podrá acudir al acto en Toledo donde Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, iba a ejercer de anfitrión. También estaba invitado al mismo Lambán, que tampoco podrá acudir por incompatibilidad de agenda. Pese a que no se vaya a consumar, esta simple invitación o el encuentro entre Moreno y el presidente aragonés ponen de manifiesto la buena sintonía entre Moreno y el sector socialista actualmente más alejado del sanchismo, como son García-Page y Lambán.
Más allá de estos encuentros, Moreno Bonilla no ha dejado de lado su agenda internacional. El presidente de la Junta ha visitado en los últimos meses Marruecos y Portugal, y esta misma semana viajó a Bruselas, donde Moreno presumió de mayoría absoluta. En su intervención en el Comité de las Regiones de la Unión Europea, el líder andaluz aseguró que sus resultados electorales han logrado “apartar a los populismos, tanto de la derecha como de la izquierda”.
Los compromisos de Juanma Moreno no terminan aquí. Existe la posibilidad de que acuda a la cumbre del clima en Egipto en unas semanas. Asimismo, se verá las caras en Barcelona con el empresariado catalán próximamente. Episodios que, sin duda, lo mantendrán en el foco de la política nacional.
`Barón de barones´
Es obvio que Moreno Bonilla, junto a Feijóo, ha sido el gran beneficiado de la crisis de Génova los pasados meses de febrero y marzo. De hecho, ya se habla de él como `delfín´del presidente del partido. Y es que Feijóo busca trasladar el proyecto autonómico de Moreno a la política nacional. El PP ha visto en Andalucía la oportunidad de ganar unas elecciones abrazando un discurso más moderado que marque distancias con la ultraderecha. Todo lo contrario a la política agresiva que practicó Casado como líder de la oposición o la tónica que sigue Ayuso en la Comunidad de Madrid. En el caso de la madrileña, la presidenta ha mantenido su habitual discurso en clave nacional tras la caída de Casado. Ayuso se desmarca de su partido, y apuesta por la política de confrontación para auparse como posible sucesora de Feijóo en el caso de un descalabro electoral. Estrategia antagónica a la que propone Moreno Bonilla, el que ya podemos decir que, a día de hoy, es el `barón de barones´ en el PP.
Juanma Moreno se está mostrando capaz de marcar la agenda política nacional. Incluso ciertos sectores del PSOE lo miran con mayor temor que a Núñez Feijóo, a quien también señala la línea a seguir en Génova, donde tiene colocado como hombre fuerte a su fiel Elías Bendodo como coordinador general. El dirigente andaluz, que en su día ocupó plaza entre los perdedores del partido por apoyar a Sáenz de Santamaría frente a Casado, hoy se erige como uno de los de mayor peso en el PP mientras suma expectativas de futuro más allá de Sevilla.