
Belén Hoyo
Muchos han dicho sobre él que podría ser perfectamente el protagonista de ‘Torrente 6’, en caso de que Santiago Segura decidiera continuar una de las sagas más exitosas del cine español. Sin embargo, elevarlo a la altura de guión de película sería en realidad quitarle importancia a lo que hizo durante años.

El filibusterismo político del PSOE y de sus socios a la hora de tratar la trama del ‘tito Berni’ es de tal calibre que resulta hasta patético
Por desgracia, no estábamos ante una película, estábamos ante un señor que durante años ejerció un cargo público en las Islas Canarias y que, en el momento de dar el salto a la política nacional como diputado -obviamente, por su afinidad con el líder del partido, Pedro Sánchez-, exportó su forma de “trabajar” a la Península y decidió instalar su principal guarida en la Carrera de San Jerónimo. Allí, en la sagrada sede de la soberanía nacional, llevaba a empresarios corruptores, a defraudadores de Hacienda, a mediadores, a camellos y hasta proxenetas.
Su ‘modus operandi’ era sencillo, pero a la vez elaborado. Aunque no inventó nada nuevo, sí es cierto que la trama de corrupción que lideraba mientras ejercía distintos cargos en el Partido Socialista resultaba llamativa por lo infecta, repugnante y abominable que era. En ella se mezclaba dinero en efectivo, contratos públicos, tarjetas bancarias, cocaína y prostitutas. No voy a ser yo quien juzgue la moralidad de los demás, pero sí es necesariamente criticable que el PSOE situara a este capo de la trama corrupta como ponente de la ley antifraude y que él mismo se situara como un firme abolicionista de la prostitución cuando en realidad fue uno de sus mejores clientes, eso sí, a costa del dinero de los demás.
Fue diputado del Grupo Parlamentario Socialista hasta el pasado 14 de febrero, momento en el que inexplicablemente registró su dimisión para dos días después ser detenido. ¿Casualidad? ¿Magia? ¿O simplemente información privilegiada? Pues bien, una semana después “no había caso”, dijo Patxi López. No había caso pese a los miles de euros robados, pese a las investigaciones policiales, pese a los informes judiciales, pese a las informaciones que se publicaban en prensa, pese a las fotos, a las cenas de la trama en las que, por cierto, participaban otros diputados socialistas, pese a los contratos públicos, a las peticiones de cárcel desoídas por la Fiscalía y a los delitos confesados por parte de los miembros de dicha trama.
Según el PSOE, no hay caso pese a las evidencias. Y según el Gobierno, tampoco. Así lo ha dicho en sus respuestas escritas a los más de dos centenares de iniciativas parlamentarias que hemos realizado desde el Partido Popular sobre este asunto. Ante la pregunta sobre cuántos contratos públicos habían recibido las empresas de la trama, el Gobierno nos remite al portal de contratación del sector público y ante la pregunta sobre cuantos fondos europeos se han transferido a Canarias y, en concreto a empresas de la trama, nos remite al portal de subvenciones. Transparencia en estado puro, sí señor.
El filibusterismo político del PSOE y de sus socios a la hora de tratar la trama del ‘tito Berni’ es de tal calibre que resulta hasta patético. En un contexto en el que acudir al supermercado se ha convertido en un auténtico calvario para la gran mayoría de familias españolas y la inflación aprieta los bolsillos de los españoles como nunca lo ha hecho y el Gobierno no toma ni una sola decisión, ni para frenarla, ni para reducirla, la corrupción chabacana del PSOE es la guinda a un pastel que ha causado una grave indigestión a toda España.
Aunque muchos ya no lo recuerden, porque algunos quieren que lo olvidemos y actúan en consecuencia, la corrupción -y la pasividad ante ella- es ya una condición ‘sine qua non’ para el ejercicio del poder socialista. Un poder que se encuentra en su ocaso, pero ante el que no debemos olvidar su facilidad para meter debajo de la alfombra al ‘tito Berni’ y al que venga por delante. La especialidad de un gobierno populista de izquierdas es hacer ver a los ciudadanos una realidad que es infinitamente mejor a la que viven y, por tanto, una realidad en la que el ‘tito Berni’ tampoco existió. Pues sí, existió y está a la espera de juicio por liderar una organización criminal bajo el amparo del Grupo Parlamentario Socialista del Congreso.
No olviden que no estamos hablando de una película de Torrente, estamos hablando del PSOE.
Diputada del Partido Popular por Valencia desde la X legislatura y actual coordinadora de Comisiones del Grupo Popular en el Congreso. Es Licenciada en Derecho, Ciencias Políticas y de la Administración y Estudios en Humanidades. Actualmente es Portavoz de la Comisión de Asuntos Exteriores, Vocal de la Comisión de Interior, Vocal de la Comisión de Educación y Deporte, Adscrita de la Comisión de Energía, Turismo y Agenda Digital, Adscrita de la Comisión Mixta Control Parlamentario de la Corporación RTVE y sus Sociedades. También es miembro Suplente de la Delegación española en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Vicesecretaria de Organización Nacional de Nuevas Generaciones del Partido Popular y Coordinadora General del Partido Popular de la Provincia de Valencia.