ESPECIAL NUEVA DEFENSA/ Catherine Mordos.
Hoy, más que nunca, hablar de las nuevas tecnologías en el sector de la defensa significa, por un lado, repasar los avances en armamento, logística y herramientas bélicas tradicionales, mejoradas gracias a los avances en I+D+i registrados en los últimos años. Pero también significa rebuscar en las sombras armamento más sofisticado, a veces más efectivo, y mucho menos conocido. Y aquí es donde se sitúa precisamente, entre otras herramientas de nuevo cuño, la inteligencia artificial y las nuevas armas de destrucción silenciosas e invisibles.
“Quien se convierta en el líder en inteligencia artificial se convertirá en el amo del mundo». Lo decía, hace poco más de cinco años, el que a estas alturas ya ha convertido en uno de los mayores “señores de la guerra” recientes, Vladímir Putin. Quizás por eso, antes de lanzarse a la guerra contra Ucrania, ya había apostado claramente por las nuevas tecnologías digitales – Inteligencia artificial, tratamiento de datos, manipulación de redes sociales, infiltraciones en bases de datos, información, ciberespacio-, como herramienta no tanto de crecimiento económico, sino como arma de expansión e influencia política.
En las guerras, en lo que a tecnología se refiere, siempre ha habido dos caras claramente diferenciadas. Por un lado, el uso de material militar considerado como tradicional. Pero también ha habido otra parte mucho más oculta, que a veces solo se ha conocido años después, y que ha echado mano de los últimos adelantos científicos, como puede ser la famosa máquina Enigma, que cambió el rumbo de la Segunda Guerra Mundial.
Para conocer qué países son los que mantienen el liderazgo en lo que a tecnologías de la guerra, se refiere el primer paso es conocer cuáles invierten más en defensa. Y en este terreno, pocas sorpresas. Según datos de la Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) referidos a 2021, Estados Unidos sigue al frente a mucha distancia, con 801.000 millones de dólares, es decir, el 37,9% del total mundial. Le sigue China, una potencia militar es ascenso, con 293.000 millones, India, con 76.600 millones y Reino Unido, con 68.400 millones.
De esta forma, tecnologías aplicadas al ámbito militar como la inteligencia artificial, la recopilación de datos en tiempo real, los rifles anti-drones o incluso perros robots se están desarrollando en suelo estadounidense, pero también, como es el caso de estos últimos, en China. No en vano, hace poco ambos países, embarcados en una nueva carrera armamentística, anunciaron con pocos días de diferencia su intención de usar perros robot armados en el campo de batalla. Estás máquinas, aún en fase de pruebas, podrían no tardar mucho en convertirse en armamento real en los campos de batalla del mundo.
La inteligencia artificial para uso militar, la recopilación de datos en tiempo real, los rifles anti-drones o incluso perros robots ya se están desarrollando en Estados Unidos y China
No en vano, China se ha embarcado en un ambicioso proyecto de reestructuración y modernización de sus fuerzas armadas, hasta ahora consideradas como obsoletas. De esta forma, ha renovado su flota con un “súper-avión”, el J-20, un caza «invisible» a los radares, destructores y fragatas de última generación, un portaaviones, el Liaoning, submarinos nucleares de ataque y de misiles balísticos, submarinos convencionales, entre los cuales destacan los de clase Yuan, dotados de sistemas de propulsión híbrido diésel/eléctrico, considerados como los más silenciosos de su clase.
Pero mientras China moderniza su equipamiento militar, Ucrania se ha convertido en un laboratorio de pruebas e tecnología militar. Según el think tank Center for Strategic and International Studies (CSIS), hay dos ámbitos clave en los que los ejércitos de EEUU y de la OTAN estarían empleando tecnología de Inteligencia Artificial en Ucrania. Por un lado, en el del análisis de imágenes satelitales y de fuentes abiertas y, por otro, en el del tratamiento de la información en tiempo real en el propio campo de batalla, lo que permite tomar decisiones más rápidas y precisas, ya que, el uso de algoritmos que aprenden de forma autónoma, mediante machine learning, y analizan en segundos miles de imágenes procedentes de satélites permiten saber en qué zonas desplegar efectivos, lanzar la artillería o contabilizar bajas. Para ello, se utilizan drones avanzados para tareas de reconocimiento capaces de enviar más de 70.000 imágenes al día, que luego son seleccionadas y valoradas desde sistemas de IA.
Más ejemplos. Ucrania cuenta con una herramienta de IA denominada ‘Clearview AI’, un programa de reconocimiento facial que almacena hasta 10.000 millones de fotos de usuarios, con la que se puede identificar a todos los soldados del ejército ruso que se encuentran en territorio ucraniano.
El dominio de las startups
Algunas grandes empresas norteamericanas y británicas son reinas en este terreno de la IA, como pueden ser Lockheed Martin, Northrop Grumman y Raytheon Technologies o BAE Systems. Pero el grueso de la innovación puntera viene de la mano de startups capaces de plasmar en la realidad tecnologías que hasta ahora solo existían en la imaginación de los autores de ciencia ficción. Entre ellas, C3.Ai – análisis de datos predictivo- o Anduril, creada por Marc Zuckerberg, cuyos sistemas se estarían utilizando en Ucrania. De esta empresa es el sistema operativo Lattice OS, capaz de interconectar diversos dispositivos y. sobre la base de la información recibida, de tomar decisiones de forma autónoma a través de la IA. Y en un futuro no muy lejano, dicen, podrá detectar e identificar un tanque enemigo, enviar drones que fijen su posición para que otros drones lo destruyan. Todo, casi sin intervención humana.
En un futuro no muy lejano se podrá detectar e identificar un tanque enemigo y enviar drones que fijen su posición para que otros drones lo destruyan
En cuanto a la Marina de EEUU, está desarrollando el destructor del futuro, el DDG(X), una plataforma de cañones láser con misiles hipersónicos, sensores de alta potencia y generadores de energía. Los láseres de 600 kilovatios tendrán como misión la destrucción de armas enemigas. También, el sistema tendrá 32 celdas para lanzar los misiles ‘MK-41 y 12’ con el fin de disparar grandes misiles hipersónicos o supersónicos de crucero.
Asimismo, el dispositivo Xaver 1000, diseñado por la empresa israelí Camero-Tech, permite por su parte detectar objetos y personas a través de las paredes, mediante el uso de un algoritmo de seguimiento basado en inteligencia artificial. Puede detectar la presencia y cantidad de personas y su distancia, la altura y orientación del objetivo, con imágenes nítidas.
Resulta significativo que, mientras que hace unas cuantas décadas los avances tecnológicos en el terreno militar luego se aplicaban al ámbito civil, hoy ocurre lo contrario. Los drones – aviones no tripulados- empezaron su andadura de forma casi doméstica, como herramienta recreativa o funcional. Hoy, enchufados a sistemas de IA y machine learning, es una de las armas más efectivas y utilizadas en todo el mundo. Por ejemplo, con enjambres de drones que vuelan como escoltas de aviones de combate tripulados.
El uso masivo de armas autónomas ya ha encendido todas las alarmas desde una perspectiva ética. Algunas organizaciones reclaman que toda tecnología que escapa al control humano sea prohibida
España, en la carrera
En España, lejos aún de estos avances punteros, también se han dado pasos adelante en materia de tecnología militar. Por ejemplo, con el radar Lanza 3D de Defensa Aérea desarrollado por Indra en colaboración con varios Ministerios, que permite el envío de alertas tempranas a los centros de mando y control aéreo. También de Indra son la evolución de los radares del Eurofighter y el radar de vigilancia espacial con el que opera el Ejército del Aire. Por otro lado, Telefónica Tech trabaja con Navantia y el Ministerio de Defensa en el desarrollo de un avanzado sistema de ciberseguridad reforzado para los submarinos de la clase S-80. Se trata de Scomba, un Combat Management System, CMS, destinado a buques militares desarrollado por Navantia. Scomba aúna una amplia diversidad de fuentes de información, tanto del buque como de otras unidades, con un despliegue de sensores muy amplio, que va desde radares de exploración y vigilancia aérea, radares de exploración y vigilancia en superficie, radares de seguimiento, radares de aproximación, radares de navegación, sensores de navegación del buque, sistemas electro-ópticos de vigilancia y seguimiento hasta equipos de guerra electrónica y sónares.
Según los expertos, desde la irrupción de la inteligencia artificial y de las herramientas de machine learning, los avances tecnológicos, también en el área militar, parecen imparables e illimitados. Hasta tal punto que el uso masivo de armas autónomas ya ha encendido todas las alarmas desde una perspectiva ética. Organizaciones como la ONG Stop Killer Robots reclaman que toda tecnología que escapa al control humano sea prohibida o se someta a estrictas limitaciones, para evitar que situaciones, sobre el papel imaginarias, como la planteada en la famosa saga cinematográfica Terminator se conviertan en una espeluznante realidad Porque quizás, a estas alturas, ya no sea tanto una cuestión de ganar una guerra, sino de garantizar la supervivencia de la propia humanidad.