Javier Quintana
El debate sobre la reforma de la ley del ‘sí es sí’ ha puesto de manifiesto el nuevo rumbo que toma Podemos de cara a las próximas citas con las urnas. El feminismo no está siendo el único punto de desencuentro con el ala socialista. Además del evidente choque evidenciado esta semana en el Congreso, las principales caras visibles del partido se distancian del PSOE e incluso señalan a su socio de gobierno como culpable del estancamiento de iniciativas legislativas como la Ley de Vivienda o la reforma de la Ley ‘mordaza’. El partido, además, sigue cerrando filas en torno a Irene Montero, en contrapeso a una Yolanda Díaz que sigue amenazando el espacio político morado. Iglesias, siempre activo, usa su altavoz mediático para defender el papel de la formación y `aconsejar´ a la vicepresidenta segunda sobre los pasos a seguir con Sumar.
Este martes, jornada previa al 8M, salió adelante en el Congreso la tramitación de la reforma de la `ley del sólo sí es sí´. Lo hizo sin acuerdo entre los dos principales socios de gobierno. Por primera vez en esta legislatura, Unidas Podemos votó en contra de una propuesta de los socialistas que salió adelante, por extraño que parezca, con la ayuda de los votos del PP (además del apoyo de Ciudadanos, PNV, PDeCat, Coalición Canaria y PRC). Tampoco dos importantes socios del Ejecutivo como son ERC y EH Bildu, además de la CUP y BNG, apoyaron la luz verde a la reforma.
La inclusión socialista de la violencia e intimidación en el texto como subtipos agravados del delito de agresión fue rechazada desde una primera instancia por el ala morada. Unidas Podemos mantiene que la aprobación de esta reforma supone volver a la ley anterior, y que además manda al traste el proyecto estrella de Igualdad para esta legislatura: eliminar la subdivisión del crimen según el consentimiento explícito y aglutinar todas las agresiones dentro de una misma horquilla de penas.
Distanciarse del PSOE, ‘marcar’ a Yolanda, reforzar a Irene y ‘escuchar’ a Pablo, referencias clave en la agenda electoral de Podemos
La ruptura entre ambos partidos en esta materia es clara y se evidenció en el debate del martes. Irene Montero asistió a la sesión con el único apoyo de su compañera de partido, Ione Belarra. Ni el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ni la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, pasaron por el hemiciclo (Díaz sólo acudió a la hora de las votaciones). Los ministros socialistas tampoco siguieron el debate desde su escaño.
La situación de Unidas Podemos en las encuestas a raíz de la polémica que ha suscitado la norma de Igualdad en las últimas semanas empieza a ser alarmante. El último barómetro de 40db, en un sondeo para El País y la Cadena Ser, sitúa a la formación morada en el 12,3% de la estimación de voto, es decir, en dos escaños más que su última estimación. Electo Panel, para Electomanía, da unas cifras similares a Unidas Podemos.
Sin embargo, otros medidores menos favorables para la formación inquietan al partido. Sociométrica, en una encuesta para El Español, estima el apoyo del 11,2% del electorado. Gesop, en una encuesta para El Periódico de España, marca el límite morado en el 11,8%. La estimación menos halagüeña es la de SigmaDos, que en un sondeo para El Mundo reduce los apoyos morados al 9,8%. Es decir, pese a que los morados resisten en algunos sondeos, el declive empieza a ser notorio en muchos otros.
Con las citas electorales a la vuelta de la esquina, en Unidas Podemos ya han puesto a trabajar la maquinaria para tratar de dar la vuelta a esta situación en tiempo récord. El partido trata estas semanas de articular un discurso propio diferenciado del PSOE que revitalice su importancia para la izquierda mientras Díaz ultima su proyecto. La buena sintonía entre los socios mayoritarios parece que brillará por su ausencia estos meses de campaña.
El feminismo como punta de lanza
El primer síntoma de este nuevo rumbo del discurso de Podemos se ha palpado en esta disputa por la bandera feminista. La ministra de Igualdad, Irene Montero, lamentó este martes el resultado de la votación de la reforma de la ley articulada por su departamento. “Es una mala noticia para las mujeres que el PSOE se dé la mano con el PP”, comentó a la salida de la sesión a propósito de la votación. La ministra volvió a indicar que la aprobación de la reforma significa una vuelta al “Código Penal de `la manada´ ”. La titular del ministerio ha explicado en más de una ocasión estas semanas que la reforma “plantea volver al esquema penal de la violencia y la intimidación”. Así pues, Montero se mantiene firme y se distancia de la postura socialista, situando a Podemos como máxima garantía de cambio para las mujeres.
La secretaria general del partido, Ione Belarra, también ha sido muy dura con la iniciativa socialista. “La conclusión que queda del debate de ayer es la tristeza de que por primera vez el PSOE, de la mano del PP, haya llevado a cabo la primera involución en derechos de las mujeres de toda la legislatura”, opinó la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 este miércoles. Hace sólo unos días, además, defendió el desempeño de Montero al frente del ministerio, indicando que “no hay nadie” que se haya volcado más en defender los derechos de las mujeres.

Los resultados de las votaciones, con un PSOE alineado con el PP, no dejan de ser llamativos. Podemos podría tener en este `colegueo´ entre socialistas y populares un argumento para enarbolar la bandera del feminismo más que nunca. Para Montero, además, puede suponer una gran oportunidad de recuperar el fuelle perdido desde que comenzaron a sucederse las rebajas de penas por la nueva legislación.
No obstante, el feminismo no es el único terreno donde Podemos está tratando de recuperar su `marca´.
Ley de Vivienda, Mordaza… campo de batalla para la reivindicación morada
Iniciativas legislativas atascadas y que parecían condenadas al ostracismo en esta recta final de la legislatura parecen haber cobrado importancia las últimas semanas. Y, en algunos casos, no precisamente por estar cerca de aprobarse. En todas ellas el desacuerdo entre socialistas y morados continúa y parece difícil que buena parte del paquete de normas se apruebe antes de fin de año. Sin embargo, todo parece indicar que su debate será importante de cara a las elecciones.
En el caso de la Ley de Vivienda, cuando todo parecía indicar que las mediaciones de ERC y EH Bildu habían logrado el acuerdo entre los socios mayoritarios, el asunto se ha vuelto a enturbiar en la recta final de las negociaciones. Y esta vez con una acusación directa del coportavoz estatal morado, Pablo Fernández, a la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, a la que ha señalado como “el principal escollo” para que la norma se apruebe. La limitación de los precios del alquiler sigue siendo el principal obstáculo para lograr un consenso, y desde Podemos ya no se cortan a la hora de señalar culpables.
La reforma de la Ley Mordaza también sigue parada. Las ampliaciones de plazos de enmiendas desde septiembre de 2021 se cuentan ya por 59. Los numerosos puntos de desencuentro, como el uso de material antidisturbios, las sanciones por falta de respeto a los agentes o las `devoluciones en caliente´ alejan de momento un posible acuerdo sobre una ley que era uno de los principales compromisos del gobierno de coalición. En este caso los socios del bloque de la investidura, al igual que ha ocurrido en la cuestión feminista, se alinean (salvo el PNV) con Unidas Podemos, rechazando la reforma “light” que según ellos propone el PSOE.
Los desencuentros con los socialistas podrían ser el principal argumento de los morados para reclamar la importancia de su presencia en el Ejecutivo como principal promotor de políticas de izquierdas
El tope a la cesta de la compra no se queda atrás en esta serie de desencuentros. Podemos sigue presionando durante las últimas semanas a los socialistas para hacerlo efectivo cuanto antes. Los últimos datos sobre el incremento del IPC anual son para los morados motivos más que suficientes para que se lleve a cabo. Belarra declaró al respecto hace unos días en redes sociales que la ciudadanía necesita “un Gobierno valiente”, lo cual contrasta con la tranquilidad que transmite la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, que mantiene que la situación se mantiene “positiva” pese a las últimas novedades sobre el IPC.
La reforma de las pensiones o el envío de armamento a Ucrania son otros puntos donde los morados discrepan abiertamente de sus socios socialistas.
No obstante, estos desencuentros podrían ser el principal argumento de Podemos para reclamar la importancia de su presencia en el Ejecutivo como principal promotor de políticas de izquierdas. La buena sintonía con el resto de aliados de la investidura en buena parte de estas cuestiones puede ser también otro punto a favor de los morados, que podrían presentarse como garantía de convivencia con los socios minoritarios.
Iglesias como fiel escudero
Pocos dudan a estas alturas de la influencia que Pablo Iglesias sigue teniendo en el partido fundado por él mismo. El ex vicepresidente segundo del Gobierno marca en buena medida la agenda del partido a través de sus distintos canales mediáticos desde su salida de la política. Su nuevo proyecto Canal Red, que ha establecido su sede mercantil en Barcelona y que pronto “dará más detalles” sobre su puesta en marcha, se une al podcast radiofónico La Base, que lleva tiempo dirigiendo los pasos de la formación morada hasta su reciente cierre para dar paso a su anunciado sucesor en formato televisivo.
El principal objetivo del exlíder morado los últimos meses desde este altavoz ha sido minimizar el impacto de Yolanda Díaz en el buen devenir del partido. Tanto desde su propio podcast como desde su puesto como colaborador en tertulias de la Cadena Ser o RAC1 Iglesias ha tratado de contrarrestar el `efecto Díaz´: la vicepresidenta segunda lidera desde hace meses las encuestas a la política mejor valorada, y los morados temen quedar relegados a un plano insignificante en los próximos comicios generales.
La tensión estalló el pasado mes de noviembre, cuando Díaz empezó su gira nacional para presentar su proyecto. Ya entonces Iglesias, molesto por el ninguneo de la vicepresidenta a miembros de su partido en alguno de esos actos, recordó quién la había “aupado” a su puesto, además de pedir “respeto” para su partido.

Hace unos días, durante la presentación del libro de Pablo Echenique, “Memorias de un piloto de combate”. Iglesias volvió a lanzar un mensaje a esa política a la que hace tan solo dos años bañaba en elogios. El ex vicepresidente señaló la necesidad de “escuchar con carácter vinculante” a la ciudadanía, en alusión al proyecto `Sumar´. Iglesias pide a Díaz unas primarias, a partir de las cuales “todo el mundo podrá actuar con legitimidad”.
El fundador de Podemos también aprovechó el acto para recalcar el trabajo de su partido en el Ejecutivo. Quiso dejar claro que sin Podemos no existiría un perfil como el de Díaz en una vicepresidencia segunda, que no habría Ley Trans o que nadie pelearía por la ley del `sí es sí´ mientras otros “se ponen de perfil”.
Sigue siendo, asimismo, un usuario activo en redes sociales. Esta misma semana ha usado Twitter para defender a Irene Montero e Ione Belarra. “Si cuando el PSOE pacta con el PP el marco de la progresía mediática es que Podemos habla fuerte y que deberían irse del Gobierno, las conclusiones son obvias (…) Ni un paso atrás, compañeras”, indicó el ex vicepresidente desde su cuenta acerca de los acontecimientos de esta semana.
Iglesias lleva meses marcando la agenda de su partido, llegando en ocasiones incluso a anticiparse a la postura oficial de la formación morada en diversas cuestiones. En la misma reforma del `sí es sí´ podemos apreciar un ejemplo de ello: a finales de enero, Iglesias opinó en la Cadena Ser que si el PSOE pactaba con el PP “volver al Código Penal que permitió la sentencia de La Manada” estaría cometiendo “un error”. Este concepto de “Código Penal de La Manada” se empezó a usar casi ipso facto por distintos representantes del partido.
Parece bastante claro que el altavoz mediático de un siempre activo Iglesias jugará un papel vital en esta nueva línea regeneracionista de la formación morada.
“Gobierno para rato”
Los ataques desde uno y otro lado han sido intensos estos días. Mientras que Yolanda Díaz se posiciona en un punto intermedio y pide “responsabilidad” a todas las partes, Podemos y PSOE han mantenido una auténtica batalla dialéctica respecto a la reforma votada este martes en el Congreso. No obstante, ambas partes han insistido en la férrea salud del gobierno de coalición. Figuras como María Jesús Montero, que ha insistido en que al Gobierno “le queda camino por recorrer” o la propia Irene Montero han dejado claro que lo que está en peligro “no es el Gobierno de coalición”. Más claro aún ha sido el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que ha subrayado que hay “Gobierno para rato”.
En Podemos tienen un arduo trabajo por delante. El abandono de Iglesias dejó al partido huérfano de liderazgo e identidad propia. Reconstruir esa figura de líder en Irene Montero, recuperar su `marca´ ideológica y `mantener a raya´ a Díaz será fundamental en los próximos meses para que el partido no quede relegado a un papel secundario en el tablero político.